30 Días [Aristemo] ✔

21

Temo fue a buscar a Andrés y por suerte lo encontró en el pasillo, sonrió y fue directamente hacia el.

- Hola Andrés - dijo feliz.

- Ah, hola - dijo fingiendo una sonrisa - Estoy algo apurado así que debo irme ya.

- Eh claro, ¿nos vemos en el almuerzo?

- No lo creo, será después... - trataba de evitar el verlo a los ojos, los nervios lo consumían por dentro, pero quería evitar una paliza por parte del rizado.

- Ah si, si entiendo - se desanimo por la actitud del peli-negro - nos vemos después.

Andrés se fue sin decir nada, Temo se fue también desanimado y confundido, ¿por qué de la nada Andrés actuaba raro y lo había rechazado de esa manera?
Aunque no se imaginaba que Aristóteles tuviese algo que ver.

[*]

Una hora después ya se encontraba en el comedor comiendo con Ale, por fin habían coincidido en sus horas de descanso.

- ¿Qué tal te ha ido esta semana? - preguntó la chica mientras le daba una mordida a su hamburguesa.

- Pues no del todo bien - suspiro mientras recordaba la actitud del peli-negro y sobre su divorcio - es difícil tomar decisiones.

- Temo, esto es solo el comienzo, intenta ser mas inteligente.

- Eso intento pero Ale, se siente tan bien cuando alguien te comienza a demostrar afecto y te hace sentir importante.

- ¿Hablas de Andrés? - la chica se puso seria al nombrarlo.

- Pues si - sonrió triste.

- Temo - suspiro un poco molesta - ¿Has pensado en que el podría hacerte lo mismo? Es decir, estas casado y ha estado detrás de ti, ¿Qué te asegura que no te hará lo mismo con alguien mas?

- ¿Vamos a tomar este tema? Ya no tengo hambre, gracias.

Temo se levanto y salió del lugar dejando a su mejor amiga sola, no le había mencionado a nadie sobre su divorcio. No podía mentirse a si mismo, empezaba a dudar sobre la decisión que tomó. Temo se dirigía a su propia oficina, pero en su camino pudo divisar a Andrés a lo lejos coqueteándole a una enfermera, eso lo hizo entristecer.
Ale tenia razón, Andrés solo era alguien que buscaba un pasatiempo dentro del trabajo pero lo peor de todo es que nadie, ni siquiera Temo sabían que el chico peli-negro, era casado.