FINAL

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Al día siguiente Temo ya se sentía mucho mejor y fue nuevamente a donde vendían el medicamento para su papá.

- Hola, buenos días - dijo con una sonrisa - quería saber si manejaban unas gotas para los ojos que también venían en la lista.

- Si señor - sonrió tranquilamente la chica - ¿quieres solo uno?

- Si, fue lo único que no pagó el doctor Andrés.

- ¿"Doctor"? - preguntó confundida.

- Si, el vino a pagar y pedir los medicamentos.

- Perdóname Temo, pero no tengo ningún dato sobre el - dijo mientras revisaba los papeles - el no fue quien dio el dinero completo.

- Entonces, ¿Quién dio los 15mil pesos? - no lograba comprender.

- Su esposo Aristóteles, pensé que usted ya lo sabia.

Temo quedó sorprendido ante lo mencionado, Aris había sido quien pagó los medicamentos y le dio las gracias a Andrés. Se sintió de lo peor y salió de ahí olvidando el frasco de gotas, sus lágrimas comenzaron a caer y en cuanto llego a casa fue rápidamente por su anillo de boda. Estaba tan feliz por saber que su propio esposo hizo aquello que le importaba demasiado.

[*]

Aristóteles estaba apunto de irse de casa, estaba alistando sus cosas, pero Diego entró a donde el estaba.

- Oye, hermano - dijo el chico feliz - Temo esta afuera.

- ¿Mi Temo? - sonrió sorprendido.

Salió rápido y efectivamente, ahí se encontraba el castaño con una sonrisa en el rostro y lágrimas en sus ojos.

- Si no te había dicho que eres alguien maravilloso, lo eres - sonrió y tomo las manos del rizado - Si no te he dicho que te perdono, ya lo hice. Si no te he dicho que te amo, pues te amo Aristóteles Córcega. Algo en ti cambio que también quiero que pasé en mi.

- Así será, amor.

Ambos chicos se abrazaron para después besarse con mucha ternura, todo había quedado sano en ellos y en su matrimonio.

[*]

En las siguientes semanas ambos iniciaron una nueva vida juntos y prometieron llevar un matrimonio sin importar los próximos obstáculos que se les presentarán.

[*]

Temo tenia su cabeza recargada en el pecho del rizado mientras lo tomaba de la espalda baja y sus otras manos las tenían entrelazadas.

- Tahi - preguntó con una voz dulce - ¿Alguna vez dejaste de amarme?

- ¿Dejar de amarte? - preguntó mirando los ojos del menor - Jamás he dejado de amarte ni jamás lo haré. Lo eres todo para mi Tahi.

Ambos chicos se sonrieron y Aris le dio un beso en la frente a su menor.

Fin :)

Gracias por leer ♡

30 Días [Aristemo] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora