Llegada

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En una lujosa limusina que iba cuesta arriba en una colina estaba una muy prestigiosa familia, si es que aún se le podía denominar así...

Se trataba de la familia Kuran, la familia real de entre los vampiros.

La familia estaba formada por el padre de joven apariencia, Kaname Kuran, de cabellos color chocolate y unas orbes con un tono vino, la mujer a su lado era su esposa Yukki Kuran de largos cabellos castaños con algunas puntas desaliñadas y ojos color marrón mirando al vacío con cierto sadismo escondido en ellos, al frente de ellos se encontraba su hijo, Rin Kuran, un joven esbelto  de tez pálida, cabellos lacios en su longitud la cual llegaba a sus hombros y ondulado en las puntas, una copia de su padre.

Estaban camino a la prestigiosa academia Cross, lugar donde el padre planeaba inscribir a su hijo para que en ese último año que el quedaba como menor de edad conviviese con los humanos.

Un rato después llegaron a su destino y el vehículo se detuvo frente a unas cercas negras hechas simétricamente color negro con forma de rosas abstractas. Entraron pues a ese lugar y el chofer se estaciono frente a las puertas principales, y enseguida se bajó el más joven de los tres, a él en verdad no le gustaba estar en ese tan pesado ambiente que se hacía cuando estaban los 3 reunidos en un mismo espacio, cuando tenía unos cuatro años de edad no se le permitió acercarse mucho a su madre, pues al parecer esta enloqueció, y no era para menos, ya que esta había intentado asfixiarle o hacerle daños múltiples veces.

Seguido a el bajo su padre que en su brazo tenia encaramada a la mujer apretujándole fuertemente.

Enseguida se encaminaron al interior de aquella academia, rápidamente Kaname pudo reconocer cada uno de los pasillos, la academia no había cambiado mucho los últimos 20 años, pero Yukki observaba todo el lugar con una mueca de desagrado, mientras Rin miraba todo el lugar con curiosidad.

Pronto se acercaron a la oficina del director y tocaron la puerta, ese grupo llamo bastante la atención de los estudiantes del turno del sol, ya que no era común ver seres tan perfectos y elegantes todos los días.

 — Adelante—se escuchó la voz tan única de Cross.

  Kaname abrió la puerta y entro, no sin antes notar a alguien que se podía ver a través de la ventana.

En uno de los patios de la academia Cross se podía ver a una ágil figura practicando tiro al blanco, este ser dejo helado a Kaname y curioso a Rin.

De unos singulares cabellos color plata y unos hermosos ojos del color del sol un chico de unos 15 años se entrenaba en una especie de patio cerrado.

Pronto, padre e hijo tuvieron que salir de trance ya que Yukki les empujo a la oficina perdiendo así de vista aquel tan esplendido cuadro.

—Bienvenidos de nuevo a la academia Cross, familia Kuran— dijo en un tono serio el director

— Gracias director Cross— hablo Kaname con una cordial sonrisa.
— ¿En que les puedo ayudar?—pregunto.

— Bueno director Cross—continuo Kaname enderezándose aun mas—, deseo inscribir a Rin, mi hijo, en esta academia.

— Mmm ya veo—de la nada Cross se levantó de su asiento—. No lo creo posible Kaname-kun~

— ¿Me podría la razón por la cual no es posible la inscripción de Rin?— pregunto Kaname.

— tu más que nadie deberías de saberla— dijo el director poniéndose serio.

— No entremos en temas personales— dijo, pensando en un incidente ocurrido hace unos 20 años, la pelea con Rido y el día en que se le cayó el mundo a un hermoso peliplata.

— Oh... ¡No se preocupe por eso Kaname-kun! No tiene que ver con Zero ni nada por el estilo— dijo descuidadamente volviendo a su tono habitual.

El solo hecho de mencionar ese nombre hizo que Yukki rompiera algunas ventanas y dejo sorprendido y curioso a Rin, al parecer esa persona la cual su padre se enamoro tenía que ver con esta academia.

— Señorita Kuran le agradecería que por favor se mantuviese discreta, no queremos ningún tipo de problemas— el director volvió a una pose seria, pero esta vez si iba en serio.

— ¡¿Pero quién te crees tú para decirme lo que debo de hacer?!—respondió histérica la mujer—. ¡agrh!¡¿Porque tenía que mencionar a esa perra infeliz?!

Un 'clic' dio en el cerebro de Rin, ¡su madre conoce a la persona que posee el corazón de su padre!

—¡Siempre husmeando y metiéndose en lo que no le importa! ¡Me pregunto si ya se habrá podrido!— la castaña estuvo a punto de desatar su poder cuando sintió un frío metal posado en su sien.

— ¿Qué tal si en vez de ofender a los demás no te vas y te pudres en tu gran mansión?—esto fue lo que salió de la boca de un chico, aquel hermoso chico de cabellos plata y ojos como el sol que vieron por la ventana, solo que esta vez estaba apuntado y sin duda alguna dispuesto a acabar con una psicópata purasangre.

— ¡Tú! ¡¿Cómo te atreves?!— dijo apunto de soltar su poder contra el chico cosa que no pudo hacer porque su marido se lo impidió.

— ¡Señorita Kuran!— el director alzo su voz—. No, definitivamente no, mira lo que ya ha pasado y no lleváis ni 20 minutos aquí, por favor Sora, llévalos a la salida.

— Sora eh~...— dijo Rin observando detalladamente al peliplata.

— Entendido director— respondió monótonamente guardando su arma de mano color negro con algunos detalles plata y una rosa de oro en el mango.

—¡Dime abuelo!— se quejó Cross.

Esto último dejo a los Kuran en piedra... ¿abuelo?... ¿Cross adopto a otra persona que le dio nietos?...no, no será que... Esto estremeció al castaño mayor... ¡¿El hijo de Zero Kiryuu?!

Amor Reencarnado (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora