Amor Reencarnado (yaoi)

...20 años despues

En aquella limusina, que hace unas horas subía cuesta arriba hacia la academia Cross, ahora bajaba hacia el pueblo nuevamente para dirigirse a la mansión Kuran, lugar de donde provenía desde un principio.

En su interior ya no venían 3 personas como anteriormente, ahora solo venían dos, la madre, Kuran Yukki, la cual dormía plácidamente en uno de los asientos, y al frente de ella el padre, Kuran Kaname, el cual se encontraba con una expresión seria en su asiento completamente sumergido en su mundo de pensamientos.

-"con que esto es todo lo que ha pasado en estos 20 años"- pensó con  tristeza- tsk

Chasquio su lengua demostrando su disgusto y empuño ambas manos.

-"Zero, no dejare que alguien más te posea, tu eres mío, maldito Einzig que crees que lo mantendrás a tu lado, si crees que juegas bien, principito, espera a jugar con el rey"

Po'v Rin

-"tan excitante"- eso era lo único coherente que mi cerebro podía procesar en ese momento, y no era una tontería, ya que los labios de este niño me tenían delirando. Eran tan delgados pero a su vez carnosos, y tenían un delicioso sabor caramelo, era como tocar momentáneamente el cielo.

Era todo tan placentero y delicioso, cuando un pesado pensamiento llego de la nada, uno escalofriante- "Hikari me va a matar".

Después de que aquel pensamiento llenara mi cerebro me separe del peli plata bruscamente en un acto de reflejo.

El simplemente se quedó mirándome, mientras limpiaba su boca del rastro de saliva que se desbordó después del brusco movimiento.

-tus padres...- hable pare salir del lugar, acababa de hacer algo que no era propio de mí, me deje llevar por mi deseo de saborear aquellos delicioso labios- te deben de estar esperando...

-¿mis padres?- de repente vi como una chispa de alegría brotaba de sus hermosos ojos dorados- ¿dónde están?

Preguntó animándose cual niño pequeño, se veía tan dulce e inocente con esas mejillas sonrosadas, no parecía aquel chico atrevido y juguetón que había besado segundos antes.

-en el salón de música- respondí mientras observaba la cara de felicidad que se formaba en el rostro de aquel tan lindo niño.

Rápidamente emprendió camino hacia el lugar, y cuando ya estaba encaminado hacia el pasillo ladeó su rostro hacia mí, y con una sonrisa de lado y sus mejillas sonrojadas pronuncio con algo de vergüenza un tímido "gracias, Kuran" y luego siguió su carrera al salón

Esas tímidas palabras y esa expresión en su rostro me dejaron flechado, si, así es, me enamore de ese niño tan hermoso, y ahora que me acababa de mostrar tan linda faceta suya quede embobado por él, ya podía sentir esas estúpidas mariposas en mi estómago.

-maldición, parezco una quinceañera- dije para mí mismo y me empecé a dirigir hacia los dormitorios del sol, cuando sentí que una presencia bastante rotunda y poderosa me seguía.

Voltio mi cuerpo y dirigí mi mirada hacia una columna de mármol.

-sal de ahí, sé que eres tú, Hana- hable tranquilamente

De la columna salió una chica delicadamente, esbelta y no muy alta, de cabello castaño claro, muy claro, y ojos amarillo opaco que escondían un toque de malicia; portaba el uniforme nocturno impecablemente y sus movimientos eran delicados y agraciados.

- cuanto tiempo sin verte, Rin- dijo mientras cruzaba sus brazo sobre su abdomen

Se trataba de Hana Zieds, una purasangre de alta estirpe, que era cercana a los Kuran, mi prometida para ser más específico, con la cual deseaba romper el compromiso por evidentes razones.