Jaemin.
— ¿Qué demonios estás diciendo ahora, Jeno? —aparté mi cabeza de su pecho y lo miré directamente a los ojos. Me fue imposible no acusarlo; como si de un momento a otro se hubiera vuelto completamente loco, ¿Albergaba todavía aquellos estúpidos sentimientos de venganza? ¿Era posible? ¿Seguíamos hablando de la misma persona? ¡Se suponía que yo era el rencoroso! ¡El infantil! ¡No él!
Jeno siempre había sido de los dos el que más mostraba su lado humano y, justo en ese momento cuando más necesitaba de su empatía y el perdón en general, me decía que sería una fantástica idea portarse como un completo imbécil, ¿Dónde había quedado el Jeno bueno y bondadoso?—. ¿No crees que ya hemos tenido suficiente con todo esos estúpidos dramas como para empezar con uno nuevo? ¡Tú no ganarías absolutamente nada con romperle la cara! ¡Ni siquiera cuando claramente se lo merece! Porque sé muy bien que en estos momentos piensas que yo aún tengo ganas de defenderlo, pero te diré algo, no vacilo ni un momento al aclarar que lo odio, y que no habrá fuerza en este mundo que me haga perdonarlo, o al menos, no desde el fondo de mi corazón. ¿No es suficiente con eso?
Decir aquello me dejó sin aire. Estaba asustado y sentía como mis mejillas comenzaban a tomar un extraño calor. Sin embargo, no me permití despegar mi mirada de la suya, tentando a mi suerte, quería sentirme un poquito menos estúpido conservando el orgullo.
No entendía cómo podía seguir doliéndome, pero lo hacía. Después de todo y aunque de verdad lo deseara, no estaba listo para desatar mi furia hacia quien algún día se hiciera llamar mi mejor amigo. La melancolía en cambio, parecía ser un sentimiento con el cual comenzaba a llevarme de maravilla. Pero no era prudente decirlo en voz alta, pues, aun imaginándomelo me parecía terriblemente absurdo.
Jeno me miró extrañado, quizá pensando que en algún punto yo saltaría a defender a Mark de toda esa absurda situación. No podía juzgarlo, en otro momento de mi vida quizá las cosas hubieran sido de esa forma. Pero justo en ese momento, después de entender todo el daño que nos había hecho no solo a nosotros como pareja, sino como personas, no podía dejar de pensar en lo idiota que había sido durante tanto tiempo. Y lo peor, sin saberlo.
—Chanel —Jeno se mordió el labio inferior con fuerza, mirándome un tanto apenado. Quizá se había dado cuenta demasiado tarde del apodo que de nuevo estaba utilizando para mí y que parecía no dejar de florecer naturalmente de sus labios. Me permití considerar aquel gesto como tonto, infantil y sobre todo tierno. Seguramente aún tenía miedo de que las cosas entre nosotros siguieran inestables, justo como yo mismo las sentía, pero que intentara pedirme permiso para entrar de nuevo a mi vida con acciones tan sutiles como esa, me dejaban desorientado, porque después de todo, Jeno nunca había salido de ella—, entiendo que no estés de acuerdo con lo que te digo, pero las cosas no pueden quedarse como si nada. No puedo permitirlo. Me duele y sé que a ti también lo hace. Es necesario que alguno de los dos hable con él y como estoy seguro de que aún no quieres verlo, me tomaré la libertad de decirle algunas cuantas cosas.
Intenté que de mi saliera un gesto molesto. Algo que le diera a entender que no estaba conforme con esa solución, principalmente porque sentía que ya no había necesidad de continuar con aquella tortura que nos había y todavía nos costaba el corazón, pero finalmente no pude molestarme por nada porque no tenía derecho de hacerlo. Jeno después de todo también estaba involucrado y en él se almacenaban sentimientos completamente diferentes a los míos. Tenía sus motivos y yo lo míos. No podían mezclarse.
Por otro lado, no dejaba de pensar que Mark había tenido algo de culpa sobre la ruptura de nuestra relación gracias a sus sucias y malditas acciones. Sin embargo, lo quisiéramos o no, ya nada podía hacerse contra ello.
ESTÁS LEYENDO
Odio |NoMin
FanfictionHe vuelto a ser el mismo idiota sin sentimientos de siempre. La única diferencia es que ahora hay un montón de fisuras en mi corazón que no sanan con nada. Por más que intente siguen ahí. Como un claro recordatorio de todo lo que un chico tan simple...