...ᘛ⁐̤ᕐᐷ35

330 37 0
                                    

(Narra Tao )

— ¿Q-qué?

— Es cierto lo que te digo, Tao.

— P-pero Kris… ¿estás seguro? Es decir… ¿por qué lo harías?

— No puedo arriesgar su vida, Tao. Ustedes son lo suficientemente importantes para mí como para que los pueda perder.

— ¿Pero por qué estaríamos en peligro?

— Escúchame, Tao –agarró mis hombros–. Limitaré mis palabras al decir que ese hombre hará todo lo posible por conseguir la empresa de mi familia, y si eso involucra el amenazarme con hacerles algo a ustedes, lo hará sin ningún remordimiento…

— P-pero… eso es imposible…

— No lo es, Tao.

Kris fue alejándose poco a poco hasta quedar nuevamente sentado. Llevó sus manos a su cabello y lo alborotó un poco. Suspiró muchas veces y se levantó. Se puso atrás de mí y me abrazó, aunque su abrazo no duró mucho. Seguido de esto se inclinó para darme un beso. Podía sonar ridículo o absurdo, pero aquel beso me demostraba todo el miedo que sentía Kris por perdernos. De repente, su beso comenzó a subir de “volumen”.

— K-Kris…

— Lo lamento –se alejó un poquito–. Estoy un poco ansioso porque no he podido estar a solas contigo…

— N-no me malinterpretes. Yo no quería que te detuvieras, pero no quería que fuera aquí…

Kris soltó una risita y se dedicó a pasar sus manos en mi cintura en lo que hacía que le levantara y me besaba en el proceso. Estaba muy concentrado en aquel beso que no me di cuenta de la mini bajadita que había entre el comedor y la sala que terminé tropezando, cayendo encima de la alfombra y teniendo a Kris encima de mí. Me sobé un poco la cabeza y Kris me dio un beso en esa área. Funcionaba de la misma forma como cuando tu madre te da un beso y se esfumaba de inmediato el dolor.

— Estás consciente de que no tengo nada cerca para prepararte, ¿verdad? –preguntó Kris.

— N-no importa…

— Bien.

Los labios de Kris comenzaron su camino en mi cuello. Dejaba besos húmedos por todo el lugar y fue bajando lentamente. La velocidad con lo que lo hacía me desesperaba, pero también era un deleite inexplicable. Él siguió su camino hasta que llegó a mi pecho. Cabe mencionar que no nos habíamos liberado de nuestra ropa en ningún momento, así que Kris lamía y chupaba sobre ella. Eso no me incomodaba, pero hacía que mi calor corporal se volviera loco por querer salir lo más pronto posible.

— K-Kris… la ropa…

— ¿Qué tiene?

— Estorba…

— ¿Tú crees? ¿Quién debería ser el primero en deshacerse de ella?

— Por favor, Kris…

— ¿Te la quitas tú o yo?

— K-Kris…

— O… –se acercó a mi oído– ¿te la quito yo?

Con aquél susurro perdí todas las fuerzas que me quedaban y Kris comenzó a desabotonar mi camisa. Lo hacía con una lentitud desesperante y placentera a la vez. Sus manos se adentraron a tocar mi pecho y mi abdomen con tortuosa delicadeza. Cada vez que sus dedos acariciaban una parte de mí mi piel se erizaba al instante. No sabía con exactitud si era por la suavidad de sus manos o simplemente porque era Kris.

De un momento a otro mi camisa había volado a quién sabe qué lugar de la sala y Kris se encargaba de darle besos húmedos a mi abdomen. No sabía cuánto tiempo más iba a estar torturándome, así que decidí que ya no aguantaba más. En un rápido movimiento pude voltear a Kris e invertir las posiciones en las que nos encontrábamos hace unos momentos. Mi ansiedad me estaba haciendo actuar de una forma desvergonzada.

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora