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(Narra Tao )

Desperté a la hora usual de siempre, con la ligera diferencia que ahora llevaba una piyama con caras de panda gigante por todos lados. Me estiré estando todavía en la cama y dejé caer mi brazo en la almohada de al lado, pero mi codo chocó con un pedazo de papel. Me senté en la cama y lo miré extrañado. Agarré el papel y lo desenvolví, era una nota.

“Prometo llegar temprano el día de hoy. Ah, fue muy agradable ver cómo dormías.

Kris.”

Cuando menos me di cuenta, mis manos estaban temblando y mis mejillas se estaban tornando rojizas. Un simple mensaje me llenó de felicidad en ese instante. Recuerdos vagos de la noche pasada me hicieron sonrojarme, pero esa nota sencillamente alegraba y calentaba de forma agradable mi corazón, por lo que salí casi corriendo a darme un baño y bajé al comedor, en él ya me esperaba Estela.

-          Buen día, joven Tao.

-          Buenos días, Estela.

-          Parece ser que tuvo un buen sueño y/o descanso.

-          Yo creo que mi mañana fue la buena, jeje. Ah, gracias por lo del otro día.

-          ¿De qué habla?

-          ¿Recuerda que me dijo que preocupara a Kris? Bien, creo que lo hice inconscientemente y funcionó.

-          Bueno, en ese caso me alegro por usted.

-          ¿Y mis hermanos?

-          Trataron de despertarlo pero no lo hizo. Un chofer los llevó a la escuela.

-          Mmm… supongo que debo comprar una alarma para despertarme… sencillamente no creo hacerlo con unas simples palabras…

-          Vaya coincidencia. ¿Sabe qué le agregaría leña al fuego, joven Tao?

-          ¿Eh? ¿De qué habla?

-          Sería bueno que fuera a visitar al joven Wu esta tarde, antes de pasar por los niños.

-          ¿Usted cree? ¿Y para qué?

-          Confíe en mí, joven Tao. Además, yo sé que usted se moriría de ganas por hacerle una visita sorpresa. Con permiso.

A veces me sorprendía cómo es que Estela podía leer mi mente, pero de cierto modo eso me avergonzaba… ¿Acaso mis acciones son tan obvias como para delatarme y dar cuenta que realmente me está gustando Kris? ¿Y si Kris se entera y se aprovecha de eso? ¿Y qué tal si ya lo sabe y por eso me dejó la nota?

-          ¡Joven Tao! ¡Ya le he dicho que hable en voz baja o en su mente! –gritó Estela desde la cocina.

-          ¡LO SIENTO!

Terminé de desayunar rápidamente y fui a la habitación de Kris. Si realmente compartiéramos esa habitación también yo le podría dar un toque distinto. Aunque, honestamente, no lo haría. Me agrada el estilo simple y varonil que tiene su habitación. Sin querer, me quedé viendo los alrededores y no me di cuenta que una de las sirvientas había entrado a hurtadillas.

-          ¡AH! –grité al darme cuenta.

-          ¡Oh! lo siento, no quise espantarlo.

-          Está bien, está bien… –dije agarrándome el pecho–, ¿qué haces aquí?

-          Bueno, pues… verá…

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora