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(narra Tao)

-  Joven Tao.

-  …

-   Joven Tao, por favor despierte.

-   ¿Mm?

-    Joven Tao, algo le pasó a sus hermanos.

-   ¿¡QUÉ?! –desperté agitado.

-  Cálmese, no es cierto.

-    P-pero si usted… ¡Oiga! –Estela se reía.

-  Puede reclamarme después. Por ahora, me gustaría que se tapara primero. No comprendía del todo hasta que Estela se dio la vuelta. Miré hacia abajo y casi me caigo de la cama al ver que estaba completamente desnudo. Quise pararme rápido pero caí por el dolor en mi cadera. Como pude, agarré la bata que estaba en el piso y le avisé a Estela que podía voltear. Ella me sonrió de forma sencilla.

-    Bien, he venido a avisarle sobre la escuela para sus hermanos.

-      Ah, sí.

-   Bien, para evitar que haya conflictos, decidí inscribirlos en la misma escuela. Sin embargo, tuve que ponerlo a usted como su tutor.

-  Oh, no hay problema.

-   Bien. Hoy llevaremos a los niños con el sastre para que les tome medidas y puedan tener sus uniformes mañana.

-  ¿Mañana? ¿Qué día es mañana?

-     Domingo. En lo que esperamos la visita del sastre podemos ir al centro comercial y comprar todo tipo de artículos escolares; incluyendo mochilas.

-    Ah…

-  Para que así estén listos para el lunes –sonrió.

-    Suena demasiado trabajo… ¿No se cansa?

-  La costumbre gana.

-   ¿En serio? ¿Cuánto tiempo ha estado aquí?

-  Exactamente la edad del joven Wu.

-          ¡Woa! ¿De verdad?

-          Sí.

-          ¿Entonces ha visto a Kris desde que era bebé?

-          Sí.

-          ¿De casualidad…?

-          Si quiere obtener fotos del joven Wu de pequeño, debo informarle que no tengo ninguna.

-          No, no… ¿Cómo supo?

-          Pude imaginarlo.

-          Ah…

-          ¿Quiere bajar a desayunar? Los niños ya han terminado.

-          ¿En serio?

-          Por supuesto.

-          En un momento bajo…

Estela salió por la puerta y yo me tumbé en la cama otra vez. Pude notar, de nuevo, que Kris ya no estaba en ella, y eso me hizo sentir un poco triste y decepcionado a la vez. Después de todo lo que hicimos ayer… ya no sé cómo puedo verlo a la cara… No tengo ni la más mínima idea de cómo voy a reaccionar cuando lo vea otra vez…

Para quitarme esos pensamientos de encima me metí a la regadera. Lo malo estuvo en que cada vez que resbalaba el agua por mi cuerpo mi mente recordaba los momentos en los que Kris me acariciaba lentamente por esas áreas. Creándome una excitación que no pude contrarrestar de inmediato, pero lo hice.

For you I knew the love and the meaning of protecting others.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora