diecisiete

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DoYoung no había ido a la casa desde ya hace dos semanas, aunque para el mismo era un martirio el hecho de no estar con las personas que amaba, un gran daño yacía en su alma y quería ser capaz de dejarlo ir antes de regresar.

Estaba lastimado, la muerte de Jeno había sido muy repentina, definitivamente nadie la esperaba, DoYoung pensaba que pelearía un tiempo más con su pequeño hermano, pero la vida no lo quiso así.

Si bien Johnny volvio a abrir una herida que el mismo había cerrado, se sentía injusto, como él lo menciono sólo era un niño, dio lo mejor de si para cuidar a su hermano, cuando muchas personas no lo harían.

Antes solía culparse, pero no mato a su hermano, él solo actuó como un niño de su edad, queriendo descubrir un poco más y actuando con egoísmo, sus padres nunca le culparon de nada y aún sabiendo que no había a quien culpar se culparon así mismos dándose cuenta todo el peso que pusieron en los hombros de otro de sus pequeños.

Jeno murio en Marzo, siempre había sido un niño alegre y lleno de vida, al igual que inteligente para la edad que tenía, era un hermoso niño, pero parecía que las personas no merecían a un ángel como él.

Era una tarde soleada, ambos Kim estaban en el jardín trasero, donde se encontraba una piscina, DoYoung permanecía haciendo tarea y Jeno jugando con sus juguetes.

“Jeno, alejate de la piscina, recuerda que no sabes nadar. Ven a jugar cerca de mi.”

Recuerda haber dicho DoYoung, a los segundos dejo de prestar atención dado que un mensaje llego a su teléfono, era de Yuta.

» Estoy cerca de tu casa, te veo en la tienda de la esquina para comprar paletas. 😎🤘🏻 «

Por un momento se pregunto si sería buena idea, Jeno era obediente y la gente que su madre contrataba para el aseo estaba cercas, aparte, no se demoraría.

Se hincó cerca de Jeno y acarició su cabello.

“Nono, iré por una paleta, ¿quieres una?”

Vio como los ojitos de su hermano brillaban mientras se permitía asentir repetidamente, le hizo soltar una suave risa.

“¿De limón?”

Su hermano volvio a asentir mientras le abrazaba, susurrándole que le amaba, DoYoung guarda esas palabras en su corazón, deseando diariamente haberlo cargado y llevarlo junto a él.

“Vuelvo pronto, no hagas nada malo.”

Dejo un suave beso en su frente, y corrió fuera del jardín, salio de casa sin avisar a nadie, sin decirle a nadie que Jeno estaba solo.

Se prometió así mismo no tardar, pero tanto Yuta como él se habían quedado leyendo un manga de la tienda, el cual deberían comprar pero no querian hacerlo.

DoYoung al darse cuenta que habían pasado más de 15 minutos le dijo a Yuta que se fueran, comprando también la pelata de limón, ya podía imaginar a su hermano contento.

Pero cuando llegaron, nada fue lo esperado, se escuchaban gritos por toda la casa, una ambulancia permanecía afuera de esta, DoYoung jamás dejo la paleta, la tomo aún con más fuerza, destrozando el contenido y corriendo hacía el jardín, donde su hermano estaba tirado en el pasto, con su ropa y cabellos mojado, DoYoung se permitio pasar saliva.

Era como si todos a su alrededor hubieran desaparecido y el tiempo se hubiera detenido, las lagrimas yacían en sus mejillas pero no lo notaba, fue acercándose lentamente.

Se hinco hasta quedar en el pasto, aun costado en el que ahora era el cuerpo de su hermanito.

Y ahí, con el corazón hecho pedazos, se permitió soltar la basura y abrazar al cuerpo, sientiendo que la calidez había sido remplazada.

La vista partio el corazón de muchos, más de sus padres, DoYoung noto que ellos estaban ahí cuando su padre le abrazo susurrando que ellos debían de hacer su trabajo.

DoYoung no se alejo demasiado, siempre cercas, su hermano era obediente, pero a su hermano le asustaba estar solo en lugares desconocidos, DoYoung se sentía perdido, tenía miedo de que su hermanito estuviera asustado.

Yuta había tomado el papel de su padre y le abrazaba, escuchando los constantes sollozos, también suaves murmuros donde lo único que hacia era decir que era su culpa, lo cual le rompía el corazón al de pelo café.

Nunca fue culpado por nadie, pero todo en su interior le recordaba que tan culpable era.

Jeno se había metido a los segundos que se fue, y no fue porque lo haya querido, uno de sus juguetes había parado ahí y al parecer él no planeaba dejar de usarlo.

Su hermano penso que se podía caminar en el agua, camino con toda seguridad y cayo, descomponiéndolo, si no sabia nadar ahora peor, eso le habia despistado más, en la grabación se ve su esfuerzo por ayuda, desgraciadamente para todos fue tarde.

DoYoung por un tiempo se sintió perdido, como si su alma se hubiera ido junto con su hermano, sentía que vivía en delirios, lo cual era, hasta cierto punto, una tortura.

DoYoung era impulsivo, hacia las cosas por hacerlas y no por gusto, solía llorar y cuando lo evitaba la frustración llegaba en su lugar, tratando mal a tantas personas.

Su carácter fue alejando a personas a las cuales amaba, no podía culparlas, él único que se quedo era Yuta, y si antes eran sólo amigos, ahora eran más que hermanos. Los dos se amaban de la manera más pura, los dos agradecían tenerse.

Yuta tomo de su mano con fuerza mientras iban a la vieja casa de DoYoung, apesar de no vivir más ahí, sus padres no habian querido venderla.

Venían cada cumpleaños de su hermanito, donde se permitía traerle una paleta.

Cuando llegaron se adentraron hasta la cocina, donde DoYoung pudo ver las paletas.

Quiso llorar, se permitió soltar lágrimas pero no las suficientes para detener su misión.

“DoYoung, sabes que no es necesario, John dijo las cosas por impulso, cariño.”

El negó delicadamente, mientras sacaba una paleta y revisaba la fecha de su caducidad.

“No es por él, es por mi. Apesar de todos los avances que he hecho, todavía no me perdono, y se que Jeno podría enojarse por eso.”

Murmuro, mientras le pasaba a su amigo un puñado de paletas.

Juntos tiraron y comieron paletas juntos, hasta que llegó el momento de la última, su envoltura no era perfecta como la de las otros, estaba aplastada, DoYoung lloro con su alma, pidiendo disculpas otra vez, una y otra vez.

Pero lo dejo ir, después de tanto tiempo, lo dejo descansar, se permitió tirar la paleta.

¿Qué culpa tiene el niño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora