once

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Johnny había notado la distancia que había establecido DoYoung entre ellos, y sinceramente le sentaba mal, estaba tan acostumbrado a verle sonreír y escucharle que se sintió extraño cuando ni siquiera podía verle a los ojos.

“Debemos hablar.”

Decidió por fin hablar después de que DoYoung salió del cuarto de Donghyuck, solía irse rápido después de hacerlo, a veces sin despedirse, antes hasta se quedaba a dormir sin importar que fuera invitando o no.

“¿Uhm?, ¿nosotros?, Donghyuck esta a la perfección.”

Escucho la voz del chico, también siguió su mirada, la cual miraba ansiosa su mochila, se notaba que deseaba irse, pero no quería dejarlo ir tan fácilmente.

“Por favor, DoYoung.”

Suplicó, sentía sus ojos ardiendo, muestra de que seguramente estarían cristalizados, pero siendo sinceros, siempre había sido así de sensible.

“Lo siento.”

Volvió hablar, ahora en un tono más bajo, casi como un susurro, no aparto su mirada de DoYoung en ningún momento, aunque pareciera que estaba en un tipo de shock.

“Lamento ser tan tonto contigo, tan lento siempre, en serio lo siento.”

No pudo evitar decir tratando de cubrir el silencio que se formo.

“Perdoname por siempre pedirte explicaciones de tu vida, yo, si tú te sientes incómodo puedo buscar alguien más que cuide de Donghyuckie, aceptaré la culpa.”

Su mirada había sido despegada de DoYoung, no sabía como es que su voz no llegó a quebrarse, estaba distraído pensando en lo que sería su vida sin el menor de pelos negros que ni siquiera notó cuando su delgada figura se puso delante de él.

Sintio como sus delicadas manos estaban en sus mejillas, haciendo que se vieran cara a cara, a solo centímetros de distancia, pero el menor tenía una mirada decidida.

“Nunca los dejaría. Ustedes son mi familia, Johnny.”

Jamás había escuchado su nombre de esa forma, de la persona correcta sonaba glorioso, así que no puedo evitar cerrar los ojos dejando escapar un par de lágrimas.

No solía llorar mucho, pero a veces la soledad invadía su ser, Hyuck es su gran soporte, pero tiene miedo de no ser un buen padre, de no poder ser lo suficiente.

Muy dentro de su ser, tiene miedo de volver ser abandonado, nunca formo ningún vínculo respecto a sentimientos con Chittaphon, pero le lastimaba que dejado un ser tan hermoso sin importarle lo que sucedería en un futuro.

“No llores, por favor no llores, cielo.”

Los suaves susurros de su menor lo trajeron de vuelta a la realidad, pero no quería abrir sus ojos, este era un momento lleno de sinceridad y amor, pero estaba asustado, jamás se había sentido tan vulnerable frente a alguien, solía ser el chico genial con una vida afortunada, ahora con un hijo precioso, pero nadie veía a transfondo.

Sintió suaves caricias, y se dejo mimar por un rato, queriendo que fuera para siempre, queriendo que DoYoung estuviera con Hyuck y él por mucho tiempo, incluso por una vida si fuera posible.

“No nos dejes nunca.”

Probablemente sonaba egoísta, pero sabía que DoYoung no hacía las cosas por compromiso, que la sinceridad siempre iba a reinar en su ser, si no lo conociera tanto probablemente nunca se hubiera atrevido a llorar frente a él.

“Jamás lo haré.”

Dejo salir más lágrimas, porque sus palabras sonaban tan sinceras y tan dulces, se sintió en el paraíso, la nostalgia estaba invadiendo su ser de forma inexplicable.

Abrió los ojos con lentitud, pero lo único que observo fue a su pequeño DoYoung viéndolo con amor, y su corazón se sintió lleno, sin pensarlo mucho lo envolvió en un abrazo, susurrando miles de palabra dulces con un par de disculpos.

Para Johnny, todos los días eran buenos a lado de su adorable hijo, pero este había sido marcado de los más especiales, junto con la llegada de Donghyuck.

“Johnny.”

Escucho como DoYoung decía su nombre mientras lo estrechaba en su pecho, lleno de emoción.

“Me estás. . .asfixiando.”

La risa fue instantánea mientras lo soltaba, anhelando poder abrazarlo de nuevo.

“Te ves mejor cuando ríes, eres feo llorando.”

Bromeo su amigo, con un tono juguetón sacándole la lengua, así empezó una guerra de cosquillas, donde el perdedor fue DoYoung y también dieron como resultado a un Donghyuck despierto haciendo pucheritos por haber interrumpido su sueño, exigiendo dormir junto a los dos como recompensa.

Johnny no se negó, pero DoYoung se sonrojo, nunca había dormido con Johnny, tampoco es como si fueran hacer algo, pero sus sentimientos le hacían ponerse algo raro, pero termino aceptando también.

Donghyuck se tiro a la gran cama de su padre y cayo dormido, justo en medio, DoYoung pensó que podría evitar dormir con los dos, pero en cuanto Johnny noto sus intenciones negó.

“Una promesa es una promesa, dejame prestarte un pijama.”

“Quiero la de pingüinos.”

Exigió sin notarlo, siempre había deseado utilizarla.

“Te quedará gigante.”

Johnny le advirtió mientras se la pasaba, se encontraban susurrando para no volver a despertar al más pequeño de los tres, el cual permanecia inmerso en sus sueños, DoYoung nego mientras se dirigía al baño para poder cambiarse.

“Toca dos veces la puerta cuando tu termines de ponerte la pijama.”

Fue lo único que le dijo el menor, mientras entraba al baño, el se apresuro a ponerse su pijama, tampoco es que fuera demasiado difícil, aparte, estaba emocionado de poder dormir junto a DoYoung.

No pasaron ni cuatro minutos cuando dio ambos toques a la puerta, para después dirigirse a la parte de su cama, la izquierda, dos minutos después vio salir a DoYoung.

“Te dije que te quedaría gigante, la de conejitos hubiera estado mejor.”

Adorable, pensó, pero no quiso decirlo.

El chico sólo le regalo una mirada de fastidio, mientras se recostaba, de paso apago la única lampara que quedaba prendida.

Ambos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad, viéndose un poco entre ellos, con un Donghyuck dormido, claramente.

DoYoung noto que Johnny cerro los ojos, decidió hacer lo mismo, al pasar los minutos escuchó un suave susurro.

El sueño parecía vencerle, pero él sabía que es escuchó un "los amo", los tres durmieron con una paz inmensa, como una familia, eso es lo que son.











[ siento que no le doy mucho protagonismo a bebé pudú y me indigna, pero no se cómo demostrar todo el amor que sienten DoYoung e Johnny hacía él. ]

¿Qué culpa tiene el niño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora