trece

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Cuando Donghyuck término el año, Johnny esperaba compasión de la directora, pero esta le entrego los papeles de su hijo con una gran sonrisa y un apretón de manos que demostraba su emoción. Quizo decirle que no hacía falta tanta emoción, pero sólo se callo y suspiro rendido.

Podría decir que estuvo buscando escuelas, pero en realidad se dejo guiar por su padre y decidió meterlo a un instituto privado, también podría hacer escuela media ahí, así que no le incomodaba de ninguna forma, más a DoYoung parecía causarle demasiados problemas.

“Johnny, no creo que sea bueno que lo metas en un instituto.”

Le había dicho cuando le comentaba lo que había sugerido su padre.

“¿Por qué te niegas?, es el mismo instituto donde tú estudiaste, tu padre se lo recomendo al mío.”

Su respuesta fue con tono de voz confundido, no era mentira lo último, también por eso no lo había cuestionado mucho, DoYoung era una maravillosa persona y no dudaba que era por la educación que había recibido a lo largo de su vida, así que de alguna forma u otra le extraño que no lo quisiera, más sabía que el chico con parecido de conejos siempre tenía una buena explicación ante este tipo de sucesos.

“Es un buen instituto, da una buena educación, pero la gente-”

DoYoung se había visto interrumpido por la voz de Johnny, que ya mantenía los brazos cruzados.

“Hyuck va a estudiar, la gente no importa. Esta vez no puedo darte la razón, lindo.”

Respondió, imagino que la última palabra le calmaría, pero sólo consiguió que frunciera el ceño mientras realizaba un puchero, cosa que no dejo feliz a Johnny pero también le deleito ante adorable imagen.

“Iré a despertar a Hyuck.”

Escuchó al chico murmurar y decidio centrarse en los papeles que debía de llenar para poder inscribir al pequeño niño en la escuela, desearía haberle dado la razón a DoYoung, pero no podía, las inscripciones estaban cercas y desgraciadamente habían dejado para el final, las fechas estaban sobre ellos y por nada del mundo dejaría que su hijo perdiera un año solo por irresponsabilidad.

Mientras aquello sucedía, DoYoung se aproximaba a la habitación, a pesar de que ha estado por un largo tiempo a lado de Johnny e Donghyuck, el mayor no le conoce por completo, hay cosas que le gustaría nunca haber hecho y de las que desea olvidarse, pero sabía que debía ser sincero con Johnny.

No es que fuera una mala persona, todo lo malo que había hecho lo pago a su debido tiempo.

No podía evitar preocuparse por Donghyuck, el pequeño era un sol, aquel instituto fue un infierno para él, que estuvo desde jardín de niños, aunque los primeros años fueron excelentes, a veces los niños pueden ser crueles, le lástima admitir que era una persona cruel, sus padres pusieron la excusa de que era un niño como para saber lo que hacía, pero sinceramente para DoYoung siempre estuvo presente que estaba mal.

Estaba preocupado porque sabía que tipo de gente había en ese lugar, gente arrogante, sin humildad y con falta de atención, su niño era bueno, pero había personas que eran malas y temía de que su pequeño cambiará.

“Hyuck es hora de despertar, ya esta listo el desayuno.”

Susurro con una suave sonrisa acariciando el cabello azabache del menor, el cual estaba un poco largo, dándole un aspecto adorable.

Vio como el pequeño iba abriendo de a poco sus ojos, para después tallarlos con sus manitas.

“¿Qué vamos a desayunar, papi conejito?”

Parecía estar más dormido que despierto, pero DoYoung no estaba ni un poco sorprendido, hace dos años le había descubierto y después de un tiempo hablo con él, no para detenerlo, si no para decirle que no debía de guardarlo más. Que si es deseaba llamarle así, entonces el estaba bien. La felicidad que desbordó su pequeño ese día le hizo sentir que valía la pena todo lo malo que antes le llego a suceder.

“Waffles, mi vida.”

Contesto mientras se alejaba de la cama, buscando ropa adecuada para Donghyuck.

“¿Me tengo que vestir tan pronto?”

Le preguntó su menor mientras se ponía sus pantunflaa.

“La preparó de una vez ya que hoy me iré temprano, después de desayunar te metes a bañar, ¿si?”

Le informo a Donghyuck, el cual no se vio conforme con la respuesta.

“¿No vas a desayunar conmigo?”

Negó con su cabeza ante la pregunta del niño, tenía que reunirse con sus padres debido a que deseaban remodelar la casa, y bueno, para algo había estudiado arquitectura.

“Lo siento cariño, papi osito esta aquí, desayunaras con él.”

Le respondio segundos después de notar como el pequeño tenía una mirada como si estuviera realizando un plan.

“Me gustan los desayunos en familia. Mi familia esta conformada por tres personas.”

Las respuestas de Donghyuck siempre le hacían suspirar, a pesar de ser tan ágil, nunca lo demostraba con otra persona que no fuera el de cabellos negros, y sólo a veces con su padre.

“Mi familia esta conformada por ti, mi papá y yo. Me gusta estar de tres, no de dos.”

Dijo por último, soltando un suspiro, DoYoung sólo le miro con lástima, deseando poder quedarse.

“Cariño, sabes que paso todo lo que puedo contigo y tu papi, pero tengo trabajo y no puedo seguir atrasandolo.”

Dejo un suave beso en su frente mientras revolvía el cabello ya despeinado de Hyuck, este solto un suspiro, tratando de entender a su mayor.

A veces no le era sencillo, para DoYoung fue bastante difícil al principio, después de ver que pasaba más tiempo en la casa de Johnny, éste le ofreció mudarse y no pudo negarse.

Vio como Donghyuck salía del cuarto dando saltitos, se apresuro en ir tras él.

“Ya me voy, volvere en un rato.”

Grito deteniéndose en la puerta, tomando su chaqueta.

“Cuídate mucho, conejito.”

“Si, papi conejito, regresa sano y salvo a casa.”

Escuchó a lo lejos a las dos personas que habían ganado su corazón, así fue como salio con una gran sonrisa, agradeciendo a la vida por ponerlos en su camino.

¿Qué culpa tiene el niño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora