seis

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Después de haber estado diez minutos en aquel parque, Donghyuck se acerco a él, haciendo que de paso se agachará, y cuando estuvo a su altura murmuró algo en su oído.

“Conejito hyung esta llorando en los columpios, papi.”

Después de aquello había salido corriendo hacía las resbaladillas, para jugar con otra par de niños, Johnny estaba sorprendido, a la única persona que a la que Hyuck le decía conejito era a DoYoung.

Donghyuck solía llamar a las personas que eran cercanas a ellos por animalitos, admite que fue su culpa al decirle que el era papá oso y él un pequeño pudú.

Con algo de curiosidad fue hasta los columpios, los cuales no estaban muy alejados de las resbaladillas, por lo cual podía vigilar a su hijo mientras saciaba su curiosidad.

“¿DoYoung?”

Preguntó suavemente mientras se colocaba frente al chico, no había visto su rostro, pero su pelo e ropa indicaban que si era el menor.

“Le dije a Hyuckie que no te dijera.”

Su voz era entrecortada y débil, se preguntó que había sucedido, hace dos horas los dos estaban hablando, DoYoung tenía una sonrisa en su rostro, aún si habían discutido, el de cabellos negros estaba resplandeciente esa tarde.

“¿Qué sucedió?”

No pudo evitar agacharse, para poder mirarle, dado que sabía que DoYoung se negaría a levantar la cabeza, odiaba que le vieran llorar.

Pensó que DoYoung era un bebé, tal como Donghyuck, por eso no pudo evitar llevar sus manos al rostros del menor, donde limpió sus lágrimas, las cuales seguían siendo derramadas.

“¿Fue ese chico con el que te reunirías?”

La escena era extraña, pero le importaba en lo mínimo, un sentimiento de enojo inundo su alma, tenía la necesidad de proteger a DoYoung desde hace un tiempo, cuando notó todo el cariño que portaba la mirada del menor cuando veía a su hijo. Sólo necesitaba eso, alguien que quisiera a Hyuck y que se notará sin que tuviera que hablar.

Todo era silencio, DoYoung se negaba a pronunciar palabra y lo estaba exasperando, quería saber que le había sucedido, el por qué de su llanto.

“DoYoung, necesito que me digas que sucedió, ¿qué hizo ese idiota?”

Se levanto para poder acariciar los cabellos de DoYoung, todavía había lágrimas en sus mejillas, su nariz estaba un poco roja.

“¿Cuanto llevas llorando?”

Tomó su mano con cuidado, acariciándola suavemente, queriendo transmitir paz que no poseía.

Cuando parecía que por fin DoYoung levantaría su cabeza y le contaría todo, pero Donghyuck apareció, gritando como le era costumbre, no tardo en tratar de abrazar al su hyung conejito.

Cuando Johnny vio la sonrisa tímida de DoYoung cuando su pequeño pudú limpia sus lágrimas con sus pequeñas manos, se sintió agradecido, por tener a esas dos personas en su vida, y de que ellos se tuvieran mutuamente.

🍃🍃🍃

Donghyuck estaba dormido en su habitación, ¿y el?, por más que deseaba acompañar a su hijo en su siesta como solía hacerlo, más sin embargo estaba atendiendo a DoYoung, pero tampoco le disgustaba, más bien, el chico le emanaba una paz genuina.

“¿Vas a contarme que sucedió?”

Se sentó frente a él, viendo como soplaba su té con cuidado para después darle pequeños sorbos, la vista era maravillosa, pero a Johnny le fastidiaba el silencio, y más si había hecho una pregunta momentos antes.

Soltó un bufido, dedicándole una mirada decidida al menor, si el no lo decía de alguna forma iba a averiguarlo.

“No sucedió nada.”

Fue lo único que consiguió que le dijera, pero no era suficiente, era nada, literalmente no era nada.

“¿Me estas diciendo que ese algo por el que te pusiste llorando fue nada?”

Preguntó algo enojado, si bien no era nadie más que su jefe en la vida de DoYoung, imagino que había más confianza.

“DoYoung, puedes decirme si ese chico con el que ibas verte te hizo algo.”

Le dijo regresando su tono de voz a uno calmado, paso su mano por su cabello, despeinandolo, también soltó otro bufido, el cual le dejo claro a DoYoung que había acabo con su paciencia.

Vio como Johnny se levanto, cuando pensó que  éste se iría y se rendiría con la misión de sacarle información, sintió como el sillón se hundía, indicando que había otro peso en el, que era el de su jefe.

Johnny volvió a tomar una de sus manos, y la otra la dirigió a su mejilla, haciendo que sus miradas se conectarán y que su corazón latiera desenfrenadamente, seguramente sus orejas ya estaban rojas.

“N...No, sucedió nada, a la cita que iba era con mi psicólogo, ¿no lo mencione?”

Preguntó esto último perdiéndose en sus recuerdos, los cuales en esos momentos no eran demasiados claros, aunque tampoco sus pensamientos. Nada estaba claro para DoYoung en ese momento.

Johnny cerro los ojos, recordando el momento en que lo dijo "es un psicólogo, tonto.", se sentía tonto, bueno, para ese paso ya sentía que lo era, todo se había ido de su mente cuando notó que DoYoung había estado llorando, así que sólo asintió ante las palabras del menor, dándole la razón.

“Si, me lo dijiste, lamento ser tan descuidado.”

Murmuró apartando su mano de la mejilla del menor, notando el sonrojo que portaba, no pudo evitar pensar que era adorable, y fue automático darle un pequeño beso en su frente, eso hizo que el de ojos de conejo se sonrojara aún más, y se sintió más feliz.

Porque bien, Johnny no sabía la razón por la cual DoYoung lloraba, sabía que era por su pasado, no sabía muchas cosas sobre ese pasado pero sabia lo que era clave, y el no pensaba obligar a DoYoung a que le dijera todo, no lo forzaría, quería que el lo hiciera cuando estuviera lista.

Las lágrimas fueron reemplazadas con risas cuando Johnny empezó a burlarse de él por llorar en un lugar lleno de niños e padres, como un bebé, y el menor sólo comentaba lo vergonzoso que fue, también llenando el lugar con risas.

¿Qué culpa tiene el niño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora