V
ZARA
Hoy es miércoles.
Mi segunda semana de trabajo está en curso. Thomas aun no me habla y lo extraño un poco. Extraño sus estúpidas quejas sobre mi y también que sea tan sobre protector conmigo a pesar de que él mismo me enseño a defenderme de "hombres como él".
Sonrío ante ese recuerdo.
"- Ubica bien tus piernas, nunca dejes los ojos de tu oponente, ¿Okey? Oye, Zara - llama mi atención -. Préstame atención maldita sea. Hombres como yo se acercaran a ti y no podré impedirlo siempre. Tienes que hacer lo que te diga.
Con "hombres como yo" no sé a que se refiere, él no es malo.
Su puño va a mi rostro y lo esquivo hábilmente, Thomas sonríe orgulloso.
- Intenta pegarme - dice jadeando mientras salta de lado a lado como todo un profesional del boxeo -. Vamos, Zara, golpéame.
Voy a pegarle pero él rápidamente agarra mi puño y lo gira bruscamente, chillo por la sorpresa y también por el dolor
- Idiota, me estás lastimando.
- Haz que te suelte - dice tranquilo, pero suena a orden -. Zara, haz que te suelte o pasaremos toda la noche aquí.
Miro todo a mi alrededor, el gimnasio de papá se cae a pedazos.
Odio esto.
Mi hermano se distrae por un momento mirando su entorno, al igual que yo, y aprovecho su distracción para propinarle un fuerte golpe con mi rodilla en sus bolas.
Thomas suelta mis muñecas rápidamente y se agacha, dando pequeños saltitos para calmar el dolor.
Sonrío maliciosa.
- Muy bien, hermanita - dice riendo en medio del dolor -. Lo hiciste bien."
Muevo mi cabeza para volver a la realidad, a la actualidad. Él es importante para mi aunque no se lo demuestre muy seguido.
Lo es unque no se lo diga.
Marie aparece en mi campo de visión con una bandeja entre sus arrugadas manos, visualizo un vaso con zumo de naranja y unas cuantas galletas. Se me hace agua la boca.
- Querida, descansa un poco - pasa por mi lado y agrega:-. Sigueme, vamos.
Curiosa la sigo hasta las escaleras, me sorprendo cuando Marie las esquiva y entra debajo de ella. Me quedo en la puerta, es una pequeña habitación, hay una cama con grandes almohadas blancas y una frazada color vino. Hay también un pequeño ropero y una televisión plana.
¿Vive aquí?, si Harry Potter pudiese ver ésto... estaría indignado por tantos lujos.
- Bienvenida a mi habitación, ponte cómoda - apoya la bandeja en su mesita de luz y me mira con ojos dulces -. Ven niña, siéntate y come. Luego sigues limpiando.
Hago lo que dice, me siento en su cama, cerca de la mesita. Ella es tan buena que no quiero desobedecer en ningún momento, es la única persona que me da ordenes y no la mando a la mierda.
Al menos lo es ahora.
- Yo seguiré en la cocina, el Señor Hamilton vendrá con invitados ésta noche - sujeta sus manos frente a ella -. Me pidió que hablara contigo para que te quedaras a ayudarme, le dije que no sería necesario pero él insistió y yo...
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JACOB
RandomNo todos los días tu hermano te obliga a trabajar en la casa de su enemigo número uno. No todos los días debes encerrarte en la casa del hijo de su enemigo para estar a salvo. Pero sobre todas las cosas, no todos los días desarrollas sentimientos ha...