Prólogo

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Jimin salió del trabajo. Siendo las seis de la tarde, caminaba a pasos lentos hacia su casa, y antes de llegar a la parada de buses, quería consumir un poco de café en la cafetería más famoso de Corea, Mr. Kim.

Unos diez minutos después, ya estaba dentro del local. Fue recibido por una mujer. No era tan alta ni baja, se veía agradable por lo que Jimin preguntó si podía estar sentado cerca del ventanal, a lo que la chica asintió.

A pasos acelerados, llegó a la mesa y se sentó en la silla. Empezó a observar hacia la ventana. Miró y admiró a las personas correr bajo la lluvia que caía con lentitud en las calles de Seúl.

—Buenas tardes, ¿le puedo tomar su orden?

Jimin asintió. Una vez hecha, la mesera salió de su vista con su anotador. Los minutos pasaron y un mozo colocó la taza en su mesa.

—Gracias.

—A ti.

Fueron las palabras del chico y salió de su vista. Al disfrutar del sabor dulce y amargo de su pedido, no se esperaba que, aquella mesera que sacó la orden venga junto a él con algunas flores grandes y de múltiples colores.

—Disculpe, ¿Park Jimin?

—Eh, ¿sí? ¿Qué sucede?

—No me lo malinterprete, por favor —se disculpó. —. Alguien te mandó estas flores y esta nota.

Jimin agradeció a la chica por el gesto. Ella sonrió y fue a otra mesa. Él iba a seguir con sus cosas, pero se quiso golpear la cara y hacer una mueca de disgusto porque se había olvidado en preguntarle a la señorita quién le había mandado las rosas.

Sin esperar mucho, colocó a un costado de la mesa las flores, seguida de esta abrió la nota. En ella, decía lo siguiente:

Para: Park Jimin.

Te noté desanimado hoy, espero que estas rosas te lo recompensen, mi amor.

Atte.: T.

Lo recompensa y mucho pensó sonrojado, ante la respuesta interna que se mandó. Mirando con una sonrisa la nota, no se percató que, alguien más, a lo lejos, le estaba viendo con una sonrisa cuadrada y brillante en el mostrador del lugar.

Los días, semanas y meses en adelante para el diseñador estaban por cambiarse. Pues, en su interior frío comenzaría a florecer un dulce, suave y adorable amor por aquel chico o chica misteriosa.

El chico de la cafetería • 𝐕𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora