📝 | «Mes de enero. Comienzo de año. Trabajo nuevo. ¿Qué más podría pedir, Park Jimin?
Pareja. Es lo que muchos de sus amigos le han dicho. Pero esta absurda idea, él lo quitaba de su mente.
Lo que nunca contó a ellos fue que, va todos los días a un...
—Jimin se está sobre exigiendo mucho. —confesó entre sollozos.
Taehyung se sorprendió. Sin decir nada, se acercó más al otro y siguió estando en silencio. El breve lenguaje corporal que demostró hizo que, Jack posará su cabeza sobre su hombro.
—¿Cómo? —cuestionó, acariciando sus cabellos negros y escuchando sus leves sollozos. —Hey, está bien. Mira, esperemos hasta mañana y vemos que tal amaneció —siguió y propuso. —. Yo debo ir a trabajar al día siguiente, ¿y tú?
El nombrado se secó las lágrimas con una mano, negó con la cabeza y miró al castaño. No le parecía mala idea, pero no quería que otra persona cargara la situación de su compañero, agregando que sabía cómo trabajaba y hacia sus deberes en la oficina.
—Ve. Yo me quedaré, Tae —respondió. —. Tengo doble turno. De mañana y tarde. Te avisaré cualquier cosa, ¿está bien?
Taehyung asintió. Deslizó su mano hacia su bolsillo, agarrando sus llaves y moviéndose un poco. Se iba a levantar. El azabache entendiendo el mensaje, se acomodó en el sillón dejando al otro levantarse.
—Adivino, eras su cita y vino contigo, ¿no?
—Sí, le traje hasta aquí —comentó, jugando con sus llaves. —. Fue difícil, pero supe cómo manejarlo. Respecto a la cita, no llego a serlo.
—Qué mal, ¿supo que eran tus notas cursis?
Taehyung antes de marcharse, al escuchar semejante pregunta, se tensó. De alguna forma estaba triste. Se giró y le miró a los ojos.
—No del todo. —dijo en seco, con su mandíbula apretada.
Estaba herido por su respuesta, hizo una reverencia y salió de la habitación.
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Taehyung camino por los pasillos del hospital, recordando aquella escena tan preocupante del rubio.
—Minie... bebé. —susurró preocupado.
Con cuidado, deslizó su mano hacia las piernas del rubio hacia sus muslos y le alzó. Por un momento, le miró. Se veía agotado.La gente observó la escena alarmados, algunos querían llamar a la ambulancia, pero el castaño negó con la cabeza.
—No se preocupen, está en buenas manos. —murmuró Taehyung de forma tranquila a la multitud y alejarse hacia el mostrador, donde yacía su amigo limpiando la mesa.
—Tae... —calló rápidamente al ver al rubio en sus brazos. —¿Qué le pasó?
—¿Hay un hospital cerca de aquí, Jay? —preguntó sin rodeos. Él solo asintió. —¿Dónde?
