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Narra 096

Todo es muy confuso... Esos humanos me colocaron de nuevo una bolsa en mi cabeza, no puedo ver nada ni a nadie, solo puedo escuchar un montón de pasos, voces y otros ruidos alrededor mío. Siento miedo...

Derrepente, siento cómo todo a mi alrededor queda en silencio.
Me quito con delicadeza la bolsa de mi cabeza y pude ver finalmente en donde me encontraba. Estaba en una pequeña celda abierta en medio de una enorme sala brillante. Delante mío había una celda igual a la mía, solo que no lograba ver lo que había dentro de esta.
La celda se abrió derrepente, pero no salió nada de ella.

Alse la cabeza para ver más del lugar. Para mi sorpresa, no tenía nada en especial. Solo una sala extensa con dos celdas... Pero... Un lejano sonido llegó a mis oídos. Me gire asustado, para finalmente encontrarme con una extraña... Escultura? Estaba allí, mirándome fijamente sin mover ni un solo musculo... Me limite solamente a alejarme lentamente de esa cosa...

Me gire para volver a caminar por la sala y encontrar una especie de salida.
En ese momento empecé a sentir malestar... Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas de un segundo a otro, y comence a llorar.
Inmediatamente, escuché un sonido de piedras rozando con el suelo, me gire y vi que esa extraña estatua estaba muy cerca mío.
Sentí miedo de nuevo, me aleje repidamente de ese bicho sin quitarle los ojos de encima.
El ser no se movía, seguía en la misma posición todo el tiempo. Hasta que... Al parpadear, desapareció de mi vista.

Empecé a buscarlo por toda la sala, no lo encontré. Parpadee otra vez y... Por arte de magia el bicho apareció delante mío de nuevo. Me miraba con una sonrisa algo perturbadora.

-¿Por qué lloras? -Me preguntó derrepente mientras se fijaba en las lágrimas que todavía brotaban de mis ojos.

-¿E-Eh...? -Me limite a decir, no me imaginaba de que este bicho podía hablar.

-¿Por qué estás llorando? ¿Acaso esos humanos te hicieron algo? - Repitió sin mover ningún "musculo" todavía.

-N-no... -Le respondí agachando la cabeza para evitar el contacto visual.

-¿Entonces por qué lloras? -Me preguntó de nuevo.

-... -No le respondí, solo me limite a seguir con la cabeza agachada, no me gustaba mirarlo.

-¿Eres tímido? -Me preguntó de nuevo, tal parece que no se cansa de preguntar cosas.

-.... -Seguí con la cabeza agachada.

-Ya veo... No tienes porque ponerte tímido! Yo solo quiero conversar contigo! -Respondió con un tono alegre, levante la cabeza para mirarlo.

-¿...Por qué quieres hablar conmigo...? -Le pregunte mientras mis lágrimas seguían cayendo.

-Porque no me gusta verte llorar, quiero tratar de alegrarte un poco! -Alzó la voz al decir lo último.

Me quede callado viéndolo confundido.
¿Alegrarme? ¿Qué significaba eso...?

Le hubiera preguntado sobre eso, pero su mirada fija me empezó a incomodar. Aparté mi mirada con algo de vergüenza.

-...¿Puedes dejar de mirarme de esa forma...? -Le dije con un tono agresivo, estaba perdiendo el control de nuevo.

-¿Uh? ¿Por qué? -Se acercó mucho más a mí, asiendome sentir más incómodo.

-¡Ah! Solo... ¡¡No me mires!! -Le grite y me di la vuelta para no mirarlo.

No lo volví a escuchar hablar, lo cual me tranquilizó un poco. Pero todavía podía sentir su presencia atrás mío, parece que me seguía observando con esa molesta mirada.

Después de un rato, se abrió una gran puerta que conducía a los pasillos de la instalación. Empezaron a entrar muchos soldados, la mayoría armados. Todos miraban fijamente a la estatua rara, de vez en cuando uno decía la palabra "parpadeo".
Ninguno me miraba. Suspiré y me empeze a alejar de la escultura y de los humanos.

Mientras me iba acercando a la puerta para intentar salir, vi como esos hombres colocaron a ese bicho en una especie de jaula con ruedas y se lo empezaron a llevar. La estatua me seguía con la mirada, lo mire molesto.

Sentí como alguien se me acercaba por atrás, cuando me quise girar una bolsa fue colocada en mi cabeza, haciendo de que no pueda ver nada de nuevo.
Sentí miedo una vez más...

Me dejaron en un cuarto y cerraron la puerta. Me quite la bolsa con cuidado y pude ver que estaba en mi oscura y fría celda de contención.

Me senté en la esquina izquierda de la habitación y mis lágrimas empezaron a brotar solas. Me sentía tan solo, asustado, perdido... Solo quiero volver a mi hogar...

¡¡𝙽𝚘 𝙼𝚎 𝙼𝚒𝚛𝚎𝚜!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora