Uno.

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Hace un muy largo tiempo atrás, entre las tierras más recónditas de la vieja y herida Europa vivió un hombre de humilde origen; dulce como sólo un alma pura lo era y gentil como el canto de una madre a su tierno retoño en brazos. El dócil hombre habitaba en un hermoso y majestuoso castillo en el cual trabajaba con la servidumbre para dar con amabilidad sus servicios a la familia llena de generosidad de magos sangre pura que regía en la zona de un pequeño poblado: los Potter.

En el transcurso de su vida llena de ciega felicidad, el dócil hombre de afable corazón cayó rendido a los pies de una bella dama que poseía un hermoso rostro y un alma gentil, la cual, correspondió al dulce hombre que le adoraba con todo su corazón y alma, tras el transcurso del tiempo y en la necesidad que sólo dos amantes dichosos pueden tener buscaron intimidad reconociendo cada rincón del cuerpo ajeno en un regocijo mutuo, en la consumación de tan ciego y entregado amor tuvieron a su primer y único hijo, un varón de tez dulce y con bellos ojos llenos de miel cristalina que transmitían con ternura todo el amor con el que fue traído al mundo al cual pusieron por nombre Remus.

El joven que era tan buen mozo como su padre y gentil como su madre poseía la tranquilidad en la sangre y, al igual que su padre, daba su vida y honor a la familia que le brindaba un hogar y sustento con gran lealtad y sosiego. Además de su nobleza por naturaleza se esforzaba constantemente por mejorar;  gustaba con gran entusiasmo de la lectura (Los libros con imágenes eran sus favoritos, incluso si era algo demasiado infantil), además de contar con un gran deleite por la música que sonaba con frecuencia por todo el castillo, todo esto siempre bajo la amorosa crianza de sus padres que le adoraban con gran devoción y le guiaban por dónde consideraban correcto.

El joven Lupin, que curiosamente compartía la edad de los primogénitos de nobles familias Black y Potter, con sus bellos modales y encantos pronto se ganó el corazón de ambos muchachos que, a pesar de la evidente y abismal diferencia económica, le guardaban con gran amor en el alma como si de un hermano se tratara.

Sin embargo, la vida tan dulce como las hojuelas con miel no podía serlo siempre, y como suele ocurrir el tiempo los alcanzo; aquella dulzura acabó y se marchó con el corazón de los habitantes del castillo tras la muerte que inevitablemente llegó a tocar sus puertas, Lupin que siempre había contado con el amparo de sus buenos y amorosos padres, ahora se encontraba solo tras perder a ambos de manera irreversible y brutal.

El tiempo siguió su camino y el mismo destino que acongojaba el alma del único hijo de los Lupin deparó para el primogénito de los Potter: James, quien había perdido a su madre en las garras de aquella cruel jugarreta llamada destino, más allá de eso y a diferencia del joven de dulce mirar con el que compartía una valiosa amistad, Potter no lo supo sobrellevar, y su padre mucho menos, cegados por la pérdida de su amada esposa y madre, su alma... Se envenenó.

El buen mozo que Remus había conocido en su más dulces años comenzaba a marchitarse al paso lento del tiempo, cosa que el joven Black podía apreciar también en su intimó colega, sin embargo, en vez de negarse a esa turbia corriente que devoraba a James, decidió mantenerse, desviándose de manera ciega por el mismo tormentoso camino intentando vagamente consolarlo; pero, ambos jóvenes necios e inexpertos ante las cuestiones de la vida se dejaron llevar por su infantil amistad, apoyándose indiscutiblemente y a cómo diese lugar, incluso si resultaba tan difícil de avanzar ante sus propias consecuencias.

El pueblo, por su parte, parecía perecer junto con la alma de los Potter, quiénes  perdían el brillo que con tanto amor se habían ganado,  y el cual en mejores años les caracterizaba. La familia de sangre pura utilizaba a los aldeanos con brutalidad y sin vergüenza, les quitaba sus pertenencias para poder así satisfacer sus inútiles caprichos y deseos, sin miedo a las consecuencias que esto pudiese traerles, no parecía  detenerse, no parecía tener fin.

La bestia. [LUMUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora