Seis.

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El silencio en la soledad de la celda era simplemente sobre acogedor, se mantuvo temblando ante el frío y refugiándose en la capa de su padre, el único y último recuerdo que tendría de él durante algún tiempo (o al menos eso quería creer), procuró mantenerse en completo silencio temiendo que aquel ente bestial decidiera regresar en cualquier momento y acabar con su vida sin miramientos y con brutalidad. Por ahora, Lucius debía sobrevivir, eso era lo primordial... Quizá así en algún momento descubriría la manera de al fin poder escapar y ser libre una vez más.

Aunque la duda aún nublaba su corazón.

--Ni siquiera me ha permitido despedirme... --Un sollozo involuntario desgarró su garganta y las lágrimas cayeron por sus mejillas impactando finalmente contra el frío suelo, estaba completamente seguro que si hubiese algún espejo en la habitación podría apreciar sus ojos rojos e hinchados debido al llanto, e incluso si se mirase, le daría absolutamente igual, al fin y al cabo, el llanto era la única manera que tenía ahora para poderse desahogar.

El tiempo pareció una eternidad en aquel reducido calabozo, hacia frío a todas horas y no podía distinguir si afuera era de mañana o noche, puesto que la luz parecía no llegar nunca a través de los huecos de la vieja construcción. Ante su propia histeria supo con certeza que el tiempo había transcurrido a pasos agigantados e intentaba mantenerse sereno incluso si su pobre sufrimiento no le deja en paz; el hambre mantenía inquieto a su cuerpo y no le dejaba descansar, por otra parte era su miedo a la muerte que le negaba el pegar ni un momento los párpados para poder dormir un par de horas. A ese paso su cuerpo irremediablemente colapsaría en sólo cuestión de días.

Con lentitud se arrastró a la puerta del calabozo, sus ojos miraron asustados a cada parte del lugar observando atentamente que nadie estuviese con él y sacó las manos para tentar la puerta y con suerte lograr abrirla y poder escapar. Sus brazos largos y delgados tentaron cada espacio que tocaban siendo de muchísima ayuda para describir su entorno, pero eran inútiles a la hora de encontrar un modo por el cual pudiera lograr abrir la puerta, sus dedos sólo rozaban la palanca llenando su corazón de angustia y desesperación. Después de varios intentos fallidos dejó caer sus brazos cansados y llenos de rasguños causados por el filo de la puerta y por el esfuerzo de huir, dejó reposarlos sobre su cansado cuento que comenzaba a dejarse llevar por el sueño, su mirada se mantenía fija en la pared de piedra y la esperanza comenzaba a marcharse con rapidez de su corazón. Con hambre, frío y temor, el cansancio le obligó a dormir y esperar un nuevo día en las garras de aquel oscuro castillo.

[...]

--¿No crees que es un tanto... Excesivo? --La voz risueña de Sirius sonó con calma, el candelero miraba a la enorme bestia que estaba ante él, sin embargo, sólo podía observar la sombra de su amable y viejo amigo, sólo veía un chico demasiado asustado y agresivo con la nueva vida que le habían obligado a llevar.-- La luna de sangre ha pasado ya hace poco y pareciera que te sigue afectando.

Como respuesta recibió la espalda de Remus.

--Sirius tiene razón, nosotros comprendemos tus cambios de ánimo ante este tipo de situaciones, Remus, pero tú eres mucho más que esto... No dejes que lo que se dice de ti te consuma, la luna de sangre no debe controlarte. --James miró con sumo dolor a su buen amigo, a su vez el enorme lobo caminaba completamente ansioso por todo el lugar, caminaba cual perro enjaulado por toda la habitación después de su arranqué de irá, bufando y gruñendo levemente, perdido y cegado ante sus sensaciones y emociones, Potter podía observar cómo su licántropo amigo veía y reflexionaba con dolor todo el desastre que había ocasionado, sin embargo, a pesar de lamentarse parecía no quererse retractar era una masa de orgullo andando. Los ojos ámbar del lobo miraron fijamente a su par de amigos, bufó con molestia sentándose en el suelo como un cachorro regañado golpeando repetidamente con la cola el piso, bajó el hocico y miró fijamente a ambos objetos que le juzgaban encima del tocador.-- El hechizo sólo se romperá si aprendemos de nuestros errores, y nos amamos así tal y cómo somos, tus actos te definen a un más que antes, Remus, tu dulzura y amabilidad pueden traernos a la normalidad, no servirá de nada si nos volvemos una... Una...

--¿... Una bestia? --gruñó levemente el licántropo y avanzó a través de la habitación hasta llegar a la ventana, a través de ella reconoció los jardines del palacio que en tiempos mejores se llenaban de elegancia y ostentosidad con adornos y las mismísimas flores, entre las memorias más añejas de su mente pudo incluso ver a las sombras tenues de los miles de invitados que vestían para la ocasión todos y cada uno de ellos con vestidos pomposos y llenos de lujos vacíos, con corazones que sólo parecían conocer la ambición, pero más allá de eso, más allá de sus propios recuerdos, miró su propio reflejo; el rostro de un animal bestial se mostró a sus ojos, la vergüenza y frustración le embriagó con rapidez y herido por sus propios sentimientos de culpa su mirada se alejó de sus colegas mientras que con torpeza pronunció: "Si realmente su vida representa algo para él, debe mostrar su valor por sí mismo, o de lo contrario... jamás dejaré que el salga aquí".

Encaprichado a su sentimiento egoísta y autocompasivo, se negó a ver sus errores una vez más, pero al menos la sentencia podría darle un poco más de tiempo para reflexionar... sólo un poco más.

Tras esas simples palabras que se mantenían bastante lejos de una disculpa, Sirius y James se miraron brevemente satisfechos del resultado, salieron de la alcoba principal y con gran prisa y entusiasmo corrieron a liberar al joven mozo que moría lentamente en las desoladas paredes de aquel terrible lugar, con discreción y cuidado Remus continúo tras ellos en calma, dispuesto a obligarlo a cooperar en caso de ser necesario.

Al llegar a los calabozos notaron el completo silencio que reinaba en el lugar, el viejo reloj se acercó a paso apresurado al calabozo donde se encontraba el muchacho de pelo lacio y con un rubio platinado intentando escuchar algo, cualquier cosa. Miró con horror el estado de su cuerpo y rostro, lucía demacrado, sin esperanza, parecía incluso que el chico estaba muerto, sin embargo (y para su alivio), su pecho se mantenía en un compás calmado que indicaba que estaba durmiendo. Sirius llegó tras él y con su ayuda pudo abrir la puerta del calabozo al fin, ambos miraron al chico que dormía en el piso, se miraron entre sí cuestionándose cómo llevarían al hombre a alguna habitación para que pudiera descansar mejor sino podían ni siquiera alzar una pierna entre ambas fuerzas.

--¿Qué es lo que le ha pasado? --la voz ronca de Remus se escuchó como un murmullo, James observó como su amigo se colocaba en 4 patas y con curiosidad olisqueaba al muchacho, pareció calmarse al ver que estaba vivo y sin cuestionar o preguntar si era correcto a nadie, tomó el cuerpo malherido del joven mozo y caminó con él entre los pasillos del palacio.—Tiene fiebre.

Fue lo único que dijo al dejar el calabozo. Sirius y James se miraron ente sí y con prisa corrieron a alertar a todo el personal del palacio con la finalidad de preparar algún lugar para atender el palacio.

De manera interna Sirius agradecía que el rubio estuviera inconsciente, pues ante breves momentos de análisis podía ver en sus acciones y forma de ser cómo había alguien que jamás se doblegaría ante los mandamientos de otra persona, parecía ser alguien orgulloso y testarudo, lleno de curiosidad se cuestionó brevemente su casta y pensó que tal vez era algún beta proveniente de una familia acomodada (pues sus prendas eran pulcras y bien cuidadas) y por eso parecía ser tan arrogante.

Los pasos pesados del lobo le llevaron hasta las habitaciones de servicio del castillo, dejó el cuerpo en una de las camas y con lentitud se sentó en el suelo dejando que su cola se enroscara entre sus piernas, Potter sentía bastante sorpresa de cómo Remus ahora que se encontraba más tranquilo parecía sentir tanta curiosidad por el muchacho, observó cuando con la mirada fija en él movía el rabo lleno de curiosidad. Su cuerpo solía delatarlo con regularidad.

--Por ahora debemos esperar a que se recuperé, le pediré a Molly que nos ayude a Cuidarlo. --Declaró con firmeza Sirius retirándose de la habitación sin esperar Ningún comentario más.

--Por ahora debe descansar... --James golpeó con suavidad el muslo del lobo, Remus le miró con calma y mirando una vez más al chico se marchó sin rebuznar.

Lucius se aferró a la suavidad del lecho donde ahora descansaba y simplemente reposó.

N/A: Al fin pude terminar las correcciones de aquí en adelante son todo capítulos nuevos para poder llevar la historia en paz.

La bestia. [LUMUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora