Epílogo

1.1K 37 19
                                    

Narra Alex

Echar un vistazo al pasado y encontrarse con los recuerdos, es una de las sensaciones más satisfactorias que he tenido, porque aprendí de cada una de mis acciones y del trabajo diario que requiere una relación para mantenerla.

Estoy enormemente agradecido con la vida, soy un tipo con mucha suerte. Tengo a la mujer que amo, somos felices y compartimos una vida juntos.

Así es, llevamos tres años de casados.

A mis veintiún años ya sé lo que conlleva tener la responsabilidad de mantener un matrimonio y un empleo. Papá confía en mi esfuerzo y capacidad, así que puso a mi cargo ciertas áreas de la empresa.

Annia está tan hermosa como siempre y no me arrepiento ni un solo segundo de que sea mi esposa. Es una mujer encantadora, al llegar a casa y verla esperándome me llena de dicha.

Sin duda hoy por hoy he comprobado que el amor si existe y que lo encontré en esta hermosa mujer.

—¿Soy la protagonista de esos pensamientos? —me pregunta mi esposa al notarme pensativo.

—Siempre llevas el papel principal.

—Alex, creo que deberías acompañarme a la ginecóloga, no me gustan las inyecciones, realmente prefiero la píldora—me platica.

Habíamos quedado en que por ahora no pensaríamos en bebés, ya que debíamos terminar la carrera y estabilizar bien nuestras vidas en el aspecto económico.

—Iremos el lunes ¿te parece? —propongo.

—Si, es perfecto.

La atraje hacia mis brazos para percibir el aroma de su cabello. Luego de estar acaramelados un domingo por la tarde en casa, Annia opta por preparar algo de comer.

Yo sigo en la cama ya que los domingos francamente no me dan ganas de nada.

Observo el álbum de fotos que reposa sobre el velador y antes de abrirlo mi amada entra al dormitorio con un par de bebidas.

Me levanto de la cama y voy hasta la cocina para traer los piqueos.

Entro a la habitación y esta vez está ella hojeando el álbum.

Me acomodo a su lado.

—¿Recuerdas esto? —me pregunta, riendo.

Es una foto del día de su cumpleaños, justo cuando aquellos supuestos policías empezaron a bailar.

—Lo recuerdo, te veías muy feliz y no quiero imaginar por qué—respondo simulando sarcasmo.

—No disfruté de ese baile, aunque si mi encantador esposo me baila, yo no me enojo...—me dice—, mira. —Señala una foto. Es Sam junto a Lesley tomándole de la mano y Annia haciendo caras graciosas detrás de Sam.

—A veces parece que nada es suficiente...—digo por lo bajo.

—No todos corremos con la misma suerte.

—Depende de dos personas el estar juntos, no se puede navegar solo, se necesita el apoyo para hacerlo, de lo contrario la relación se hundirá.

Hace un año Sam y Lesley terminaron, luego de acabar la secundaria Lesley empezó a tomar una actitud diferente según lo que Sam me contaba, tenían problemas y por si fuera poco Sam le perdonó dos infidelidades. Ella lo había engañado dos veces en el mismo año con un tipo de la universidad.

Durante ese tiempo Sam realmente estuvo mal, pero creo que ya lo ha superado, luego de la ruptura viajó a Brasil y a pesar de la distancia hemos estado en contacto.

—Fueron buenos tiempos...

Pasó a otra foto y en ella aparecía Luke y Sophy.

Sophy estaba sobre Luke, besándose, pero cuando se percató de nuestra presencia puso una cara de horror al mirar el lente de la cámara que sostenía Annia.

Hasta ahora me causa tanta gracia recordarlo, fue durante nuestras vacaciones, los interrumpimos a propósito y le sacamos aquella foto.

—Por cierto, Luke me ha llamado esta mañana, dijo que el viernes sabría el sexo del bebé, así que nos invitó a su casa—menciono.

—Y ¿por qué no me llamó a mí? —pregunta mi esposa.

—Amor, tu celular ha estado apagado todo el día—le recuerdo.

—¡Que despistada! ¡Lo olvidé! —dice riendo—, bueno, entonces ya no compraré colores neutros al momento de regalarle algo a Sophy, ya que las veces que hemos hecho compras solo han sido de esos colores.

—No comas ansias, debemos esperar al viernes.

Luke y Sophy atravesaban por una experiencia única, la misma que por el momento está pausada en la vida de Annia y la mía. Iban a ser padres. Aún no estaban casados, pero según por lo que Luke me había contado, iba a pedirle matrimonio en el momento del parto, justo cuando ya tenga a su bebé en los brazos.

Sophy estaba más feliz que nunca, Annia la visitaba muy seguido, desde que se enteró de su embarazo no han dejado de planear un sin fin de cosas.

—Te amo como jamás lo pude haber imaginado—me dice ella, recostándose sobre mi pecho.

—Y yo a ti, mi amor—respondo, mientras acaricio su piel con mis dedos y voy sintiendo como suaviza su respiración.

Se va quedando dormida.

Naciste para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora