Capítulo 13

956 36 18
                                    

En la escuela todo están así: clases y más clases, Lesley, Sophy y yo con el ánimo por el piso, por momentos vemos a Luke de lejos, pero él ni siquiera mira a Sophy, lo que la hace entristecer más.

Vamos con Sophy a un lugar apartado, a un jardín muy lindo que tiene la secundaria y nos sentamos en el suelo verde. Saco una cámara y empiezo a grabarla.

—Annia, déjame en paz, luzco horrible para una foto ahora.

—Claro que no, estás muy guapa, ¿no es así Lesley? —Y también empiezo a grabar a Lesley, pero ella responde a mi pregunta sacándome su dedo medio. —En vista de que te vas, quiero ver este video todos los días, hasta acostumbrarme.

—Si deseas puedo darte uno bailando sensualmente y se lo enseñas a Luke. —Todas reímos. Ella siempre sabe cómo hacernos reír.

Sigo filmando.

—Dime Sophy, ¿por qué no quieres irte?

Suspira. —Porque he vivido aquí diecisiete años, de los cuales te conozco diez y a Lesley cinco. Pero eso no importa, no importa el tiempo, si no lo que hemos pasado juntas. He reído muchas veces, he aprendido a ser fuerte, responsable, aun si mi padre—dice ella, costándole decir la palabra "padre"—. Aunque él nos dejó, siempre lo quise, porque jamás supe el motivo de su abandono hasta ahora, no quiero irme porque no solo las dejo a ustedes, también dejo a Luke y a mi madre que la amo a pesar de que cree que con el dinero de papá la vida se me solucionará. No quiero irme porque aquí soy feliz y si me voy, no lo seré más.

Dejo de filmar y abrazo a mi amiga, a mi consejera, mi cómplice, mi todo. Lesley se une al abrazo.

(...)

En casa, Luke aparenta estar como si nada, pero sé que por dentro sufre. Tomo mi bolso y camino hasta la puerta.

—¿A dónde vas? —me pregunta, curioso.

—A solucionar unas cosas que tengo pendiente.

—No llegues tarde.

Salgo decidida, Sophy me ha comentado que su padre se está quedando en casa de su tía, es decir, en casa de la hermana de su padre. Yo sé la dirección, pues varias veces hemos ido con Sophy a ese lugar.

—¿Annia? —La tía Kate suena sorprendida.

—Hola, quería saber si se encuentra en casa el papá de Sophy, me urge hablarle.

—Entiendo, adelante—Me permite pasar.

Caminamos hasta la alberca de la casa.

—Buenas tardes—digo al hombre alto de ojos miel.

—¿Sí? —Me observa dudoso, no sabe quién soy.

—Mi nombre es Annia, soy la mejor amiga de Sophy.

—Mucho gusto, ¿en qué puedo ayudarte? —Me ofrece su mano para saludarme, toma asiento nuevamente y me gesticula que haga lo mismo.

—Como sabrá, me he enterado que quiere llevarse a Sophy y...

—¿Vienes a pedirme que no lo haga? —suelta.

—Bueno, en realidad vengo a mostrarle algo, pero antes, quiero hacerle una pregunta.

—Adelante—enarca una ceja.

—¿Qué es lo que desea para Sophy?

—Su felicidad—responde de inmediato.

Eso no pensó cuando la abandonó.

—Entiendo.

—Sé que no he sido un buen padre, que para ella soy un aparecido, pero la amo, es mi hija y pese a mis errores, hoy estoy aquí dispuesto a enmendarlos. Sólo quiero darle todo lo que no le di en todos estos años, solo quiero que sea feliz.

Naciste para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora