Cap.28

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Comienza la Batalla

SOMBRA APENAS PUDO DELEITARSE con la captura de Katherine. Sabía que si la niñaestaba allí, Norte y Ombric estarían cerca, ¡y la biblioteca al alcance de la mano!Pero un momento después de que los temores le trajeran a la niña, oyó un sonidoextraordinario y de otro mundo.Solo él, de todos los seres que entonces vivían, había oído aquel grito antes. Eraun sonido que había esperado no volver a oír nunca. Lo recordaba del tiempo en elque destruyó la Hermandad Pookana. Lo había oído durante la única batalla de laEdad de Oro que casi había perdido.

—¡Les acompaña un pooka! —susurró alarmado—. Sabía que tenía que actuar cuanto antes. ¡Preparaos! —gritó al ejército de los temores—. ¡Comienza la batalla!

Los temores se reunieron con presteza envidiable. Con la armadura lista y lasarmas en alto, eran una fuerza a la que nadie querría enfrentarse.Sombra agarró a Katherine del cuello de la ropa y la arrastró con él.

—Ven aquí, diablillo —murmuró—. Ahora no tengo tiempo para ocuparme de ti.

Corrió de una cámara a otra, gritando órdenes, asegurándose de que su ejércitooscuro estaba en posición y preparado. 


Mientras tanto, Katherine colgaba a su lado como un saco. Observó cada movimiento de las tropas de temores, una tarea de lo más difícil, ya que tenía el adusto puño de Sombra agarrándole con fuerza del cuello. Pero vio la trampa que Sombra tenía planeada. 

Los temores dejarían a Norte y Bunny avanzar hasta las profundidades del espacio vacío en el centro de la Tierra, y una vez allí los rodearían y los aplastarían.

Su pensamiento discurría a toda prisa. Puesto que Sombra había planeado destruira sus amigos, ella planeaba hacer lo posible para detenerlo.

El grito de guerra pookano se hizo más fuerte y más cercano. El ejército de huevos sin duda había atravesado la pared de plomo que rodeaba la guarida de Sombra.

Quedaba poco tiempo. Katherine tenía muy pocas opciones, y ninguna a su favor.Pero entonces, mientras Sombra se apresuraba hacia la siguiente cámara, vio lasjaulas metálicas con los niños dentro. ¡Sus amigos!

Se habían vuelto a meter dentro de las jaulas para evitar ser vistos por Sombra, pero William el Alto y los demás pudieron verla. Gritaron y aplaudieron con las manos a través de los respiraderos. Ella intentó responderles con un grito, pero de pronto Sombra se la pasó a la otra mano. Al hacerlo, se percató por un instante de que la mano parecía diferente... estaba cambiada... casi parecía humana. Oyó el ruido de una puerta metálica al abrirse. Luego Sombra la metió en una pequeña estancia. La puerta se cerró de un portazo tras ella. Estaba inmersa en una oscuridad total y absoluta.

Sin saberlo, Sombra la había puesto en el lugar donde más necesitaba estar.

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soy yo o ¿pitch le tiene miedo a conejo? XD

El Conejo de Pascua y su ejercito en el centro de la tierra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora