Cap.33

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El Gusano de los Libros se Transforma

ERA UNA TARDE MAGNÍFICA en el bosque encantado de Santoff Claussen. Los niñosdel pueblo jugaban a su nuevo juego preferido: «la batalla en el centro de laTierra». Los descomunales árboles que bordeaban el claro inclinaron sus ramas de talmodo que imitaban las columnas de la guarida de Sombra. William el Casi-Menorfingía ser Ombric, William el Alto era Bunny, Niebla era el genio y Petter era LuzNocturna. El oso era Sombra, un papel que le iba muy bien, ya que era muy grande yse le daba estupendamente pelearse con los niños con la cantidad suficiente de furiapara que se divirtieran de verdad. Además, era muy difícil que le hirieran sin querer.Un grupo de ardillas jugaba a ser los niños, vestidas con pequeñas prendas que separecían a las que ellos llevaban durante la batalla. Los pájaros del bosque erantemores, y un grupo de huevos guerreros de verdad (un regalo de Bunny) hacían de símismos.

William el Menor siempre quería hacer de Norte. Lo quería mucho y fue el últimoen abrazarlo antes de que cayera.Petter gritó a Katherine para que se uniera a ellos y que hiciera su propio papel,pero ella no contestó. Casi nunca participaba en aquel juego... Al fin y al cabo, lohabía vivido, así que no necesitaba jugar. Sascha, la hermana de Petter, ocupóencantada su lugar.

Katherine estaba en las ramas más altas de la Gran Raíz. Se había hecho una cabaña destartalada en un ángulo del punto más alto. Solía entrar a menudo. Allí podía estar sola para pensar y recordar.

Pasaba el día inventándose historias de lo que había visto. Algunas veces inclusoescribía pequeños poemas sobre sus aventuras. Había un huevo que se había caído deuna pared de la cámara de Sombra durante la batalla. Estaba segura de que serompería, pero la armadura lo protegió. Ojalá le hubiese pasado lo mismo a Norte.Había caído. Y nadie había pensado que pudiese recuperarse.Hoy estaba mezclando esas dos historias en un poema, dibujando un gran huevoque se había caído y no había forma de que se recuperara. En algunas ocasiones hacíaque las historias fueran distintas de lo que había ocurrido, pero mostraban lo que sentía o lo que le hubiera gustado que pasase. Era una forma de pensar nueva para ella y le gustaba... la necesitaba. Las historias se habían convertido en una nueva y misteriosa fuerza en ella, en una forma de curarse y entender las maravillas y las amarguras de su nueva vida.

En realidad, nunca estaba sola en la cabaña del árbol. Kailash la subía volando y se dormía tranquilamente mientras Katherine escribía. Envolvía su largo cuello alrededor de la niña y apoyaba en ella su suave cuerpo emplumado. Y había otro compañero con ella: el señor Qwerty. O, por lo menos, el ser en el que se había convertido.

Cuando Luz Nocturna le pidió al señor Qwerty que se comiera la biblioteca parasalvarla de Sombra (sí, había sido idea de Luz Nocturna), algo extraordinarioocurrió. Los conjuros mágicos contenidos en las miles de páginas transformaron algusano de luz. Cambió dentro de su capullo, pero no se convirtió en una mariposa. Envez de eso, se transformó en algo que el mundo nunca antes había visto. Tenía alas,muchas alas, pero estaban hechas de papel. ¡Se había convertido en una especie delibro viviente! Sus páginas estaban todas en blanco. Y Katherine escribía sus historiasen esas mismas páginas.

La niña podía oír a sus amigos jugando en el bosque. Ellos también inventaban una historia con aquella terrible batalla. Siempre cambiaba, porque cada vez actuaban de una forma distinta. Algunas veces, el que hacía de Bunny llegaba demasiado tarde, o el oso huía demasiado rápido, o las ardillas decidían que debían participar en la batalla y se escapaban demasiado pronto de las «jaulas». Pero una parte era siempre igual: Norte caía. De algún modo, parecía importante representar esa parte tal como había sucedido.

Mientras Katherine permanecía sentada en la cabaña del árbol, oyó a sus amigospreparándose para la batalla final. Dejó de escribir y prestó atención.Abajo, en el bosque, William el Menor había caído al suelo con un palo, suespada imaginaria, a su lado. Sascha, Niebla, Petter y los otros estaban junto a élcuando parecía estarse muriendo. Entonces agarró la espada mágica.De pronto, una voz resonó entre los árboles al borde del claro.

—¡No! ¡No! ¡No! —gritó Nicolás San Norte. Se acercaba a ellos dando grandes zancadas—. ¡No ocurrió así! Antes Bunny me dio el chocolate mágico.

Norte llegó con aspecto sano y feliz. Portaba sobre el hombro un gran saco.

—El chocolate mágico me salvó, cogí la espada y volvió a brillar —les recordó.

—Pero nuestra espada de palo no puede brillar de verdad —le explicó William elMenor.

—Bueno, esta sí —respondió Norte alegremente mientras puso el saco del revés para vaciarlo. Ante ellos se derramaron sobre el suelo un montón de espadas, bastones, reliquias y disfraces de juguete—. Lo he hecho esta mañana. Bueno, el genio me ha ayudado un poco.

Los niños estaban encantados con sus regalos. Agarraron los disfraces y las armas y se dispusieron a seguir jugando.Katherine voló hasta el suelo a lomos de Kailash. Quería ver cómo sus amigosrepresentaban el resto de los acontecimientos ahora que tenían accesorios.Bunny salió del suelo muy cerca en compañía de Ombric. Ambos se habían hechoestrechos colaboradores desde la batalla, desde que Ombric descubrió que Bunnyhabía sido su salvador el primer día que había utilizado la magia. Intercambiabanconjuros e historias de esto y de lo otro. Ombric sintió una gran simpatía por elhombre-conejo, la única criatura viva que era más anciana y más sabia que él. Estarcon ese ser maravilloso hacía que Ombric se sintiera más joven, casi como unestudiante.Los dos se detuvieron un momento para ver el desarrollo del juego de los niños.

—Entonces, ¿de qué modo te transforma el chocolate, Bunny? —preguntó Ombric a su nuevo compañero.

—Querido amigo —contestó el conejo—, no estoy del todo seguro. No hace faltaresolver todos los misterios. ¿Realmente ayuda entender por qué se produce un arcoiris?

—Creo que sí —replicó Ombric.

El conejo casi soltó una carcajada.

—Estos humanos...

Y desde lo alto de los árboles, un espíritu valiente y amable los observaba a todos.Luz Nocturna, el que menos hablaba pero quizá el que más sabía, pensaba solamenteen lo confortado que se sentía. Estaba rodeado de amigos de verdad. La luz de luna,que había vuelto a la daga de diamante, también estaba contenta. Ahora la daga eramás grande. Contenía las lágrimas que la luz de luna había recogido de los niñoscuando los habían secuestrado. Las usó para volver a unir la daga rota. Luz Nocturnasabía que soportar las penas de tus seres queridos al final te hace más fuerte.Ese recuerdo le hizo brillar con más fuerza. Katherine notó su mirada. Se volvió ylevantó la vista. No podía verlo —estaba escondido—, pero sabía que estaba allí. Elpoder de la amistad es realmente mágico. La alegría que Luz Nocturna sentía seextendió a todos ellos. Habían hecho lo que hacen los buenos amigos: se salvan losunos a los otros. Por muchas pruebas y muchos problemas que tuvieran por delante,desde aquel momento sus vínculos serían irrompibles. Eran una sola mente y un solocorazón.Y ese corazón latiría para siempre. Más allá del tiempo, las mareas y las historiaspor contar.

 Más allá del tiempo, las mareas y las historiaspor contar

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ADIVINEN QUE??

ADIVINEN!!!!

ESTE FUE EL FINAL DE ESTE LIBROOOOO

PEROOOOO

EL DIA DE MAÑANA PUBLICARE EL SIGUIENTE LIBROOOOOO

Y EL SIGUIENTE ESSSSSS

EL HADA DE LOS DIENTES!!!!!

LOS ESPERO AHI EL DIA DE MAÑANA BYEEEEEEEEEEEE

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2020 ⏰

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El Conejo de Pascua y su ejercito en el centro de la tierra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora