Capítulo 05

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Al día siguiente me levanté más temprano, pues mi trabajo como repartidor empezaba a las 8:00 a.m ese día no habría ensayo, así que tendría la tarde libre.

Era complicado ¿saben? Me refiero, iba por las calles de París sobre bicicleta en busca de direcciones mientras tenía a alguien en la mente, me era difícil el poderme concentrar.

La mañana fue algo agitada, luego de la primera hora y media no la pensé mucho. Pero ahora estaba en mi hora de almuerzo y de nuevo... su sonrisa invadió mi mente. Mi turno estaba por acabarse, hacía las últimas entregas antes de entregarle todo al siguiente repartidor de turno. Cuando entonces... la vi.

Iba cruzando la calle, distraída como de costumbre. Me acerqué a ella.

-¿Cómo estás, Marinette? –Ella sonrió.

-Con algo de hambre realmente –Dijo riendo.

-Me quedan dos entregas ¿quieres ir por pizza? –Me atreví a preguntar.

-¿Hum? –Solo parpadeó -¿Pizza?

-Así es –Le respondí – ¿Qué te parece si me acompañas hacer las entregas que me quedan y de ahí vamos? –Yo realmente no tenía mucha hambre, es decir, hace poco había almorzado, pero no importaba realmente, nunca se está lo suficientemente lleno para ir por pizza ¿no? –Y si no me quieres acompañar, no importa. Te veré en el parque en media hora.

Ella no sabía que decir, tenía sus ojos muy abiertos. Me divertía verla así, yo solo sonreía.

-Anda –Le extendí el casco que me quedaba –... vamos.

Torpemente tomo el casco haciendo que nuestras manos se rosaran por milésimas de segundos. Y ahí estaba, ese gesto que tanto adoraba ver en ella. Puedo jurar que verla sonreír me traía calma.

Con cuidado se subió, debido a que cargaba las entregas en la parte de atrás de mi bici ella se fue sentada con ambas piernas hacia afuera, por otro lado, yo iría cerca del manubrio sin sentarme, no era muy cómodo, por suerte ambas entregas no eran muy lejos. Pero, al sentir sus brazos rodear mi cintura en forma de agarre, joder... no me hubiera importado ir a entregar hasta Londres.

-¿Lista? –Pregunté con un pie en el suelo y otro en el pedal. Ella solo asintió.

Manejaba por las calles de París con ella, la chica que me hacía sonreír de solo sentir su presencia. Debía permanecer tranquilo, pero juro que sentirla tan cerca de mí borraba toda la calma de mi ser ¿qué me sucedía?

Primera entrega... lista. La segunda estaba solo a un par de calles, luego me iría con ella.

-Lamento hacerte esperar tanto, debes tener hambre –Le dije mientras conducía.

-No te preocupes, Luka –La pude escuchar torpemente.

-Pero mira, ya estamos por llegar. Pronto estaremos comiendo pizza.

Ella rió. Yo pedaleé.

Llegamos al sitio de la entrega y la realicé sin problema alguno. Siguiente parada... mi trabajo.

-¿Podrías esperarme aquí un momento, por favor? –Le pedí al llegar al local –Debo hacer entrega de mi turno.

-Claro que si –Me sonrió y quitó su casco para así entregármelo y recibir algo de aire. Seguido a esto tomó asiento en una de las mesas de afuera.

Siempre   •Lukanette•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora