---¿Quiere que limpie su apartamento?
No podría creer lo que Lee acababa de pedirme.
---Solo será por un mes.
Mire a mi alrededor y luego lo miré a él con mala cara.
---Oiga, este lugar es grande ¿Cómo es que puede pagar un lugar como éste pero no puede contratar a alguien para que haga la limpieza?
Cuestioné indignada mientras el profesor entrelamia sus labios y colocaba sus manos sobre su cintura.
---No suelo contarle mi vida privada cualquier persona pero te lo diré.
Lo miré demandante, esperando a que continuará hablando pero pasaron un par de segundos y éste seguía sin hablar.
---¿Y bien? Sueltelo ya, que no tengo todo el día.
Se notaba que le constaba hablar, ya que parecía querer articular palabras pero estas no salían de su boca.
---Necesito un auto nuevo.
Respondió para luego soltar el aire que parecía haber retenido por mucho tiempo en sus pulmones.
¿Eso era todo?
---Y yo necesito un novio...
Cubrí mi boca tras lo que había acabado de decir. El demonio de ojos azules levantó una de sus cejas pareciendo divertido.
---No haré esto.
Ni mi habitación limpiaba peor la casa de otra persona.
Tomé mi mochila y me puse de pie decidida a largarme de ese lugar.
---Lo harás Amelia, de lo contrario reprobaras mi materia. Tu sabes que lo hiciste estuvo mal.
Touche...
Lo escuché gritarme a mis espaldas, me detuve en seco.
Me giré y lo observé fijamente, su mirada era penetrante como si tratara de hipnotizarme con ella.
---Y la señorita doña perfección seguro no querrá tener una mancha en su historial académico ¿O si?
Quería borrarle esa estupida sonrisa que ahora se dibujaba en su patética pero linda cara.
Aquello era cierto, además no merecía esa mancha.
---¡Esto es tan injusto!
Exclame indignada.
---La vida no es justa señorita Millers.
Caminó hasta la puerta y la abrió, esperando a que yo saliera por ella. Derrotada caminé con desgano hasta donde se encontraba.
---Nunca lo es...
Susurró cuando pasé cerca de él.
---La espero mañana a la misma hora.
Le lancé una mirada de odio y salí de allí.
Me sentía humillada, tendría que ser la sirvienta del maldito de Lee por un mes y no había nada que pudiese hacer para evitarlo.
¿O talvez si?
Sonreí con malicia.
Y si, iba a joderlo...
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Otra noche sin poder dormir.
¡Genial!
Hoy también tendría cara de mal dormida.
---¡Hey! ¿Que sucede contigo mujer?
Henry, un chico del grupo de mis amigos palmeo mi espalda y yo hice una mueca en señal de desagrado ante su comentario.

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Distrayendo al profesor
RomanceAmelia, una joven estudiante de preparatoria para nada popular se verá envuelta en problemas debido a las alocadas ideas de uno de sus amigos del cuál está enamorada, esto hará que una nueva relación surja entre ella y uno de sus maestros pero no co...