Ir a clases para mi es como ir a la guillotina, ósea, es como para morirse.
No soy popular ni tampoco invisible, diría que soy una X, es decir, un cero a la izquierda, nadie me nota.Siempre he pensado en que en la universidad todo cambiará.
Ruego a Dios que así sea.
---Sube Amelia, tengo prisa.
El conductor del autobús me sacó de mis pensamientos.
Subí al autobús y como era de esperarse no había nadie, claro, eso era porque yo era la primera a la que recogía en la mañana, miré mi reloj y eran las 6 y 30 am.
Era inhumano estar despierta a esta hora.
Me senté en el asiento en donde lo hacía cada mañana y cerré los ojos, dormiria hasta llegar a la escuela.
---Amelia...
Escuchaba una voz a la distancia, alguien quería despertarme pero no quería abrir los ojos.
---¡Amelia!
Pegué un brinco debido a que aquél grito casi rompe mis tímpanos.
---¿Que ocurre?
Pregunté algo fastidiada al sujeto que me miraba con falsa empatía.
---Ya vete mocosa, ya llegamos hace diez minutos.
---¡Carajo!
Me moví tan rápido como pude, no quería llegar tarde a las clases del señor antipático.
Corrí como alma que lleva el diablo pero afortunadamente llegué antes de que la puerta del maestro de ciencias sociales (el señor antipático) se cerrará.
---Millers muevase.
Agitada tomé asiento, el maestro me lanzó una mirada de odio.
---Abran su libro en la página 48 y hagan un resumen, me lo entregan al final de la hora.
Indicó el ojiazul en altavoz para luego simplemente marcharse del aula.
Yo no era la mejor de las alumnas pero tampoco me gustaba sacar malas notas, así que sin más, me puse a leer aquél libro.
Más tarde, a la hora de educación física me di cuenta que desafortunadamente había olvidado mi short y hoy tenía examen.
---Maestra olvidé mi short y...
Me interrumpió.
---Ya sabes como son las reglas, sino tiene su short no puede dar su examen señorita.
Preocupada, se me ocurrió buscar a un compañero de clase, con el que mejor me llevaba.
Caminé hasta la cancha de baloncesto y para mi buena suerte, ahí estaba Bradley, mi amigo.
---Hey Amy ¿Cómo estás?
Habló mientras se alejaba del equipo y se acercaba a mi.
---Necesito que me prestes tu short de educa.
Le rogue con la mirada, el solo sonrió.
---¿Otra vez olvidaste el tuyo?
Cuestionó divertido, oh, esos hoyuelos en sus mejillas.
Este no es buen momento...
---Si, si, préstamelo porfa.
Volví a suplicar.
---Están en mi mochila, tomalos.
Volvió a acercarse a la cancha, me guiño un ojo y siguió jugando con sus amigos.
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Distrayendo al profesor
RomansaAmelia, una joven estudiante de preparatoria para nada popular se verá envuelta en problemas debido a las alocadas ideas de uno de sus amigos del cuál está enamorada, esto hará que una nueva relación surja entre ella y uno de sus maestros pero no co...