---¿Qué hace aquí?
Le pregunté al profesor mientras miraba sus esculturales abdominales, estaba como hipnotizada.
¿Todo eso se ocultaba bajo sus elegantes camisas?
¡Que rico!
Cálmate...
---Aqui vivo ¿Lo olvida?
Creo que notó que lo estaba mirando demasiado, ya sin decir nada simplemente que desapareció por el pasillo que daba a su habitación.
Me preguntaba una y otra vez a mi misma porque me encontraba ahí. Después de su maltrato el no se merecía mis servicios de limpieza.
Luego de un par de minutos volvió a aparecer otra vez pero esta vez ya se encontraba vestido. Sentía que se estaba comportando muy extraño conmigo, como si me tuviese confianza o algo así.
---Lamento que me vieras sin camisa, olvide que vendrias.
Lo vi dirigirse hasta la cocina, en donde tomó un vaso y lo llenó de agua.
---¿Solo eso lamenta?
Lo observé fijamente mientras el bebía del vaso con agua. Su mirada era inexpresiva.
---Debo irme, gracias por venir.
Pasó por alado mío y sin más ni menos se fue.
Suspire resignada.
Solo me quedaba esperar a que los días pasaran para pronto terminar con esto.
Una vez don ogro se fue, empecé a hacer mi trabajo. Me gustaba siempre dejar todo impecable. Mientras limpiaba encontré una foto dónde salía el profesor y una chica. En esa foto el sonreía de oreja a oreja, se lo veía muy feliz, lo más probable es que aquella chica era su novia.
Tal vez no era un ogro después de todo, y muy pero muy en el fondo tenía su corazoncito. De todas formas conmigo se había portado súper mal, para mi seguía siendo un maldito, un maldito sexy.
Lo cierto es que veces me sentía poca cosa, yo no era como el resto de mis compañeros, era pobre y estudiaba en esa escuela porque era becada. No encajaba como decía Lee y Bruno, ellos tenían razón. Hoy era uno de esos días en los que quería simplemente desaparecer.
---¡Gracias maestro Lee! Ha hecho que me sienta como la mierda.
Llegué a casa y no encontré a mi papá. Busqué comida en el refrigerador y me preparé un emparedado de jamón.
Quería una razón para vivir, una razón para seguir adelante pero no la encontraba.
Sonó mi móvil, me había llegado un mensaje.
¡Era Brad!
--- Hola ¿Qué haces? ¿ Quieres ir a una fiesta hoy?
Si, tu eres mi razón de existir. Definitivamente esto era una señal.
--- Claro que quiero ¿A que hora?
¡Yes!
Empecé a bailar solita y como loca.
--- Paso por ti a las nueve ¿Vale?
Subí las gradas y al llegar a mi cuarto me lancé en la cama. Estaba tan emocionada, no podía creerlo.
Ahora tenía la tarea más difícil.
Buscar que ponerme...
Tampoco había mucho de donde escoger, así que decidí usar algo que almenos se me viera decente, en el sentido de no parecer mendiga.

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Distrayendo al profesor
عاطفيةAmelia, una joven estudiante de preparatoria para nada popular se verá envuelta en problemas debido a las alocadas ideas de uno de sus amigos del cuál está enamorada, esto hará que una nueva relación surja entre ella y uno de sus maestros pero no co...