Escalofríos 3 - Horrorland

Sinopsis:
Slappy, el perverso títere de la franquicia "Escalofríos", ha regresado. Pero esta vez no estará solo. Mr Wood (un títere igual que él, pero amable) y Kayla (una muñeca perversa), lo ayudarán para liberar a sus amigos los monstruos. Por lo que Timmy, el nuevo protagonista de esta historia, junto con Sarah, Zach y Champ, deberán de detenerlos. Adentrándose en una peligrosa y divertida aventura

(Parte 2)

Capitulo 1 - El cobertizo
Sobre las tres en punto de la tarde, un coche familiar llegaba a Madison. Era un Mercedes Benz azul oscuro y brillante. El cual, tras haber cruzado varias manzanas, se paró frente a una casa de tejado rojo. En cuya puerta principal había pegado un cartel en el que rezaba la palabra "vendida".
Delehículo salieron cuatro miembros: una mujer con un niño en brazos, por un lado, y un hombre cuarentón junto con un muchacho que rondaría los dieciocho años, por otro.

El señor, muy alto, por cierto, les preguntó a los tres: "¿Os gusta la nueva casa?"
La mujer y el niño contestaron a la vez: "¡Es preciosa!"
Pero el chico no dijo nada. Sólo se limitó a observar el lugar en silencio. Con cara melancólica. Hasta que se giró al hombre y le preguntó: "Papá... ¿Cuánto tiempo tendremos que vivir aquí?"
Y este, sin ni siquiera mirarle, le respondió: "Hijo... Este será tu hogar a partir de ahora".

*
Para el día siguiente ya habían limpiado toda la casa y colocado cada objeto de la mudanza en su lugar. Durante ese trabajo, los vecinos de enfrente fueron a ayudarles. Eran un matrimonio con un único hijo. De quince años.
Las dos familias hicieron buenas migas aquella tarde invernal. Especialmente los dos adolescentes.
El recién llegado se presentó:
- Yo me llamo Timmy ¿Y tú?
Y el vecino le contestó amablemente:
- Yo me llamo Alan...
Nada más conocerse se hicieron amigos al momento. Tanto que la noche del día después de la mudanza, sobre las siete, decidieron ir a jugar a unas pistas que había entre el pequeño bosque que se abría al lado de sus casas.
Para esa hora, el sol todavía no se había ido del todo. La visibilidad era adecuada.
Los dos caminaron con tranquilidad por aquel lugar. Charlando amigablemente sobre el día a día. Pero entonces, entre los árboles, vieron algo que les llamó la atención: un cobertizo destartalado de aspecto misterioso, con un coche viejo aparcado al lado.
Los dos se quedaron mirándolo durante un momento. Hasta que Timmy, señalándolo con el dedo, optó por entrar a verlo. Era curioso por naturaleza y de niño le encantaba visitar lugares desolados. Pensando que terminaría dando con algún fantasma.
Alan, que por el contrario, era muy miedoso, se negó al principio. Pero al final, viendo que su amigo lo dejaba solo, fue tras él.
La puerta del lugar estaba abierta. Cosa que extrañó a Timmy al principio. Luego miró el coche aparcado. Estaba polvoriento y lleno de hojas. Como si hubiese estado allí mucho tiempo.
Dispuesto a seguir, entró sin miedo. Con su amigo detrás.
El lugar estaba oscuro. No sé veía nada. Alan activó la linterna de su móvil. Y los dos pudieron ver mejor.
Era una simple sala de estudio. Con su escritorio y muchos papeles encima. Detrás de él había una pequeña estantería llena de libros. Todos con el nombre de R.L Stine.
Timmy se sorprendió mucho. Pues el autor de esos libros era su escritor favorito.
De repente, un sonido metálico sonó a sus espaldas.
Ambos se sobresaltaron.
Temblando del susto, estos se giraron despacio hacia ese sonido. No podían creer lo que veían sus ojos.
Un muñeco de ventrílocuo, de pelo y ojos castaños, piel pálida y de traje gris, los miraba atentamente sobre un sillón mugriento de al lado de la entrada. Lugar que hace un momento, cuando estos entraron, estaba vacío.
Al instante, sintiendo una punzada en el pecho, a Timmy y a Alan se les puso la piel de gallina.