Escalofríos 3 - Horrorland

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Parte 6

Capítulo 5 - La biblioteca

Las calles de la ciudad estaban completamente desiertas aquella media noche que casi alcanzaba la madrugada. Nadie, ni siquiera la tímida cabecita de un gato callejero, asomaba por ninguna esquina. Era como si de repente todo bicho viviente que la habitaba se hubiera esfumado como por arte de magia. Sólo la ligera brisa nocturna era la única que silbaba y deambulaba alegremente por todas partes.

Sin embargo, a pesar del silencio, la soledad y las horas que eran, la biblioteca central seguía con las puertas abiertas y las luces encendidas. Como si esperasen la llegada de alguien en particular Y eso para Kayla fue pura suerte.

La muñeca, con la ayuda de Mr Wood, había logrado escabullirse de la celda donde la tenía encerrada Collin. Y acto seguido consiguió salir del auditorio. No sin antes ponerse una maya negra y una escafandra del mismo color. De tal modo que pudiera contrastar con la oscuridad de la noche. Y así nadie pudiera verla.

Llegar a la biblioteca fue la mar de sencillo. ¿Qué como supo encontrarla? Bastó con mangarle el móvil mientras dormía a Collin. Y como se sabía su contraseña, pudo acceder sin problemas al Google maps y encontrar el camino que llevaba al lugar.

Lo que le resultó extraño al principio fue ver que la biblioteca estaba abierta a tales horas. "¿Por qué?", se preguntó.  Pero igualmente eso no la echó atrás. Y entró en ella con mucho sigilo.

Era muy grande. Cientos de estanterías ocupaban la mayor parte de la sala. Era increíble la cantidad de libros que había. Pero encontrar el que buscaba lo tenía fácil. Seguramente estaría instalado en alguna vitrina.

Caminó escondida hasta dar con una habitación oscura al fondo de la sala.

Por el camino por poco se topa con un tipo de aspecto asiático que fregaba el suelo. Pero logró evitar que la viera.

Tras entrar en aquel cuarto oscuro, el cuál parecía más una sala de reuniones que una sala de estudio, la muñeca vio en la penumbra una pequeña caja de cristal al otro lado. Instalada en un pedestal. La cuál custodiaba en su interior un libro en cuya portada se podía leer el título: "Horrorland".

- ¡Ahí está...! - murmuró para sus adentros.

Rápidamente fue hacia ella con una sonrisa de oreja a oreja. Pero entonces, se paró en secó. Tenía la sensación de que alguien o algo la observaba. De hecho, notaba que la temperatura de la habitación descendía poco a poco. Sin embargo, negó con la cabeza. No quería distraerse. Además, tenía que terminar rápido. Collin no tardaría en darse cuenta de que se había escapado.

Con sigilo, agarró una silla de la mesa. Y la colocó frente al pedestal. Tras llegar a su altura, Kayla retiró la caja de cristal que cubría el libro con cuidado y la colocó delicadamente en el suelo. No pesaba nada.

Dicho y hecho, tomó el libro entre sus manos. Era bastante gordo para tratarse de un proyecto a medio hacer. Y tenía un cúmulo de polvo muy exagerado. No se creía que lo hubiese encontrado. Se sentía muy feliz. Pero...

-¡CHASSS! - un rayo tronó en la habitación. Alumbrando el lugar con una luz ensordecedora.

Tras esa luz, una sombra siniestra se abalanzó sobre Kayla e intentó quitarle el libro.

Esta se calló para atrás con libro en mano. Había conseguido agarrarlo bien fuerte.

- ¿Pero qué...? - se dijo - ¿Qué era esa cosa...? ¿En qué momento se ha nublado el cielo si cuando yo salí estaba despejado?

Intentó salir de allí aminorando la marcha. Pero una mano fría le agarró de la escafandra violentamente. Tirándola para atrás. Arrastrandola por el suelo.

La sombra extraña consiguió quitarle la escafandra de un tirón. Luego, antes de que la pobre intentará huir de nuevo, le agarró con fuerza del brazo y la tiró para alante. 

La muñeca miró a la figura. Su silueta no podía verla muy bien. Estaba muy oscuro. Sólo unos ojos verdes como los de un gato era lo único que le vió. Tenía mucho miedo. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. ¿Acaso del libro acababa de salir un ser del más allá y la estaba confundiendo con un humano o alguien que pretendía hacerle daño?

De repente, truenos y rayos resonaron por todas partes. Como el rugido de un dragón. Y Kayla pudo ver gracias a la ensordecedora luz blanca que proporcionó la tormenta eléctrica del exterior la cara de aquel ser misterioso.

Slappy, con el ceño fruncido y los ojos dilatados, miraba con frialdad a la pobre muñeca.

Kayla no podía creerselo. Había otro ser igual que ella y Mr Wood suelto. Y probablemente provenía de otro libro distinto al de "Horrorland". Era increíble. Seguro que era uno de los monstruos creados por el majara de R.L Stine.

No sabía que hacer. Pensaba en huir. Hacer algo para escapar con el libro. Pero no podía moverse. Cayó presa de los ojos verdes de aquel ser. Y no supo el por qué, a los dos segundos, comenzó a sentir un delicado cosquilleo en su corazón. Una sensación que nunca sintió en la vida.

Eso mismo le sucedió a Slappy. El cuál pasó de mostrar frustración en su rostro a asombro. Tampoco comprendía qué diablos hacía una criatura de su misma especie suelta por ese lugar. Se suponía que todos sus amigos los volvieron a encerrar anteriormente y él pudo escapar. Pero la cara de esa muñeca no la recordaba de antes. No pertenecía a su ejército de monstruos. Era el personaje de otra persona. De otro escritor... Y la vio muy guapa.

Se habían enamorado.

- ¿Qui...? ¿Quién eres? - quiso decir Slappy.

Sin embargo, en ese preciso instante, el conserje de antes entró a la habitación encendiendo la luz.

Rápidamente, antes de que la encendiera, Kayla se escabulló a gatas de allí con libro en mano. Y Slappy desapareció en un pis pas. Como si se hubiese teletransportado.

Lo único que el hombre asiático, cuyo nombre era "señor Chu", vio en aquella habitación fue que la cristalera del pedestal había sido retirada. Y el libro que tenía expuesto ya no estaba.

- Ay... mi madre... - murmuró llevandose las manos a la cabeza.

Continuará...









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