Realidad

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Sigo aturdida, la cabeza me duele al punto que parece explotar, no puedo mover mi cuerpo, ni si quiera abrir los ojos.

Debe de ser el efecto de la morfina, que sigue vigente.

Ya no escucho la voz de nadie. Pero percibo pasos que se acercan, resonando en la madera hacia mi posición.

Debe de ser el.

Siento un ligero pellizco, y entonces siento un liquido corriendo por mi brazo.

Tengo una IV.

Me esta inyectando algo? Debe ser algo para que despierte. Debo de intentar moverme una vez mas.

Intento mover un dedo, y el pulgar de mi mano izquierda responde. Si!

Ahora los ojos, me digo a mi misma como un mantra.

Los abro de golpe, y lo primero que veo, es el color de las paredes, un blanco como la nieve, la puerta de madera cerrada y la reluciente perilla dorada.

Muevo mi cabeza hacia mi derecha y no lo veo.

Entro en pánico y en un intento desesperado por salir de aquí trato de pararme de la cama de golpe.

Y seguido un fuerte dolor en mi abdomen hace que vuelva a caer en la cama. Suelto un leve gemido.

Una mano me acaricia la cabeza.

-Tranquila, no pasa nada- es su voz la reconozco.

Volteo hacia mi izquierda, y ahí está con la misma ropa, los ojos cautelosos buscando alguna especie de reacción en mi.

Frunzo el ceño y sonríe, parece divertirle mi gesto.

-Si soy yo, el pelotudo del camión- esboza una media sonrisa, y suelto una pequeña risa.

-Pelotudo? Bah, te queda corto- le sonrió a su vez y esta vez el ríe.

-Te sientes mejor?- me pregunta sentándose a la orilla de la cama.

-Lo dices en serio? Es como si un maldito carro me hubiera pasado encima.

Que diablos me paso?- le pregunto intentando acomodarme en la cama.

Suspira y se prepara para decirme. Oh no puede ser nada bueno.

-Después de que te sacara de la terraza los hombre del jodido Bill, nos rodearon, y la única salida era volar el piso y salir pitando de ahí, estaba casi seguro que ya estábamos a salvo, pero me equivoque, cuando las ventanas explotaron un pedazo se enterró en tu cuerpo, no sangraste ni te quejaste, nunca lo supuse hasta que viniste casi muriéndote, intentando gritarme.- baja la mirada y y tuerce la boca.

Bill? Quien demonios es?

-Creo que ya entendí el asunto del agujero de mi estómago- le dije mientras poco a poco lograba sentarme en la cama aún bajo las sabanas.

Volvió a mirarme y esta vez algo le molestaba.

-No deberías hacer tanto esfuerzo- me reprime frunciendo el ceño.

Le pongo mala cara.

-No estoy invalida vale? Soy completamente capaz de moverme a mi antojo.- le respondo mientras me quito las sabanas de encima y me logro sentar al borde de la cama sin el más mínimo esfuerzo.

Compruebo mi estado, ya no llevo mi ropa anterior, sino que tengo un blusón blanco y unos pantalones de chandal blancos.

-Que le paso a mis padres? Realmente murieron?- le pregunto mirándole a los ojos.

Suspira y se levanta para sentarse a mi lado.

-Lo siento mucho, realmente trate de llegar a tiempo, pero a veces no es suficiente.- se me llenan los ojos de lagrimas.

Black heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora