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Una pregunta que definitivamente no esperaba oír, pero pensándolo bien, creo que necesitaba oírla. Luego de la escena del baño, recogí el movil destrozado del suelo y la cantante y yo subimos a la azotea. No suelo irme con desconocidos, pero este era un caso diferente. Además, prefería no cruzarme con Raquel por un rato, por mucho que odie darle la razón a la chica de los anillos, en realidad si me avergüenza que lo sepa. Mi amiga tan... liberal, y yo tan sumisa, creería cualquiera. Se que no es así. Ella no sabe como son las cosas desde mi lado, visto desde afuera siempre se verá... ¿poco feminista? Da igual, solo necesito pensar y no sentirme juzgada por una mirada conocida ahora.

- Soy Iria, por cierto. -sonrió antes de darle un sorbo a la cerveza.

Asentí.

- ¿Lo sabías? -inquirió.

Asentí otra vez, pero inconscientemente.

- Digo... no, o sea... -suspiré- Raquel mencionó tu nombre cuando te veía cantar.

- Y... ¿Te gustó?

Tragué en seco. Esta insignificante conversación estaba poniéndome un poco nerviosa. Es extraño, como una pelea puede joderte la noche. Ya que es probable que tenga que ver con eso, Alvaro es capaz de cambiar mi humor muy fácilmente.

- Tienes una voz muy bonita. -bebí un poco y apoyé mis brazos sobre la baranda en la que me encontraba de espaldas. Me impresionó un poco la altura.

- Me gusta lo que hago. Creo que eso es lo mas importante.

Asentí pensativa. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, me costaba prestar atención a otra cosa que no sea mi mente torturándome.

- No te encuentras bien. ¿Verdad?

- Lo siento. -negué- Soy un desastre, pero si estaba escuchándote.

Rió bajito.

- Está bien. Entiendo, acabas de discutir con tu novio y... -se detuvo- Se que ni siquiera me conoces, no debería meterme pero...

- Supongo que ahora se tu nombre, y se que te gusta mucho cantar... -sonreí- ¿Que tienes para decirme, Iria?

- Solo diré que... ese tal Alvaro es bastante tonto para enfadarse por un vestido en vez de presumir a su novia luciéndolo como una diosa.

¿Eso ha sido un halago o... solo intenta ayudarme? Yo también me preocuparía por subirle el ánimo a una desconocida que destroza su movil en el baño.

Sonreí otra vez, pero no dije nada. En realidad, no sabía que decir.

Iria me extendió el cigarro que aún no había terminado. Lo pensé unos segundos, pero finalmente acepté. Le di una calada larga y cerré los ojos un momento. Necesitaba despejar mi mente, aunque sea por una milésima de segundo.

- No suelo hacerlo. -confesé.

- Vaya, ahora me siento un poco culpable.

- Está bien. Mi novio detesta que lo haga y yo... se controlarme, supongo.

- Ya. -asintió- ¿Te controlas... tú o tu novio?

Esa pregunta me chocó un poco. Alce las cejas y la miré. ¿Insinuaba lo mismo que diría Raquel?

- Me cuido sola. -respondí bastante cortante.

- Te enfadaste. -afirmó con una media sonrisa. Me quitó el cigarro y lo colocó en sus labios- No pretendía ofenderte, rubia.

- Me llamo Mia.

- Lo sé. Bonito nombre, por cierto.

- Creo que me iré a casa. -dije incorporándome un poco.

La chica del bar. [lgbt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora