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Volví a darle una calada al cigarro, aún mantenía la vista fija en la calle.

- Hace unos segundos podía asegurar que esos dos llevaban siguiéndome hace días. -dije buscándolos con la mirada- Ahora dudo de si al menos son los mismos, ¿qué dices? ¿me estaré volviendo loca?

- No lo creo, siempre has sido muy cuerda. ¿No? -rió- ¿Hay algo que esté preocupándote? A veces la gente se vuelve un poco paranoica por eso.

Me giré a ella y alcé una ceja expectante. ¿Acaso era una broma? ¿En serio estaba preguntando eso?

- No sé, ¿tú que crees?

En ese mismo instante la castaña no pudo contener la risa y se echó a reír. Estalló en una carcajada incontrolable y sólo pude apartar la vista de ella para no reír también.

- Lo siento, joder... -dijo ya cesando la risa.

Volví a verla con una media sonrisa y le pasé el cigarro, ya que era de ella principalmente.

- En fin... -suspiré- Además de ser infiel ahora me he vuelto loca, que suerte la mía.

- ¿Quieres que le diga a Andrés que te acompañe a casa? No me ofrezco porque... bueno, supongo que he entendido el tema de la distancia y tal. -aclaró un poco su garganta- Su turno terminó también, de seguro este bebiendo algo con los otros camareros, pero en pocos minutos se irá.

- No hace falta. -negué- Estoy bien, no te preocupes.

- Bueno, al menos me escribes cuando llegas a casa. Con una letra será suficiente para saber que todo está bien, tranquila. -rió- O envíame el emoji de la caca, si te hace sentir más distante.

Eso es algo que no estaba en mis planes, y mucho menos podría hacerlo. Acomodé mi cabello algo tensa y aparté la vista a la calle otra vez.

- Ya, será mejor que me des tú número entonces. -dije como si nada pasara.

Noté que me veía algo confundida.

- Pero si... -hizo una pausa de unos segundos y chistó- Claro. -rió- Si me has borrado y todo... -expresó divertida.

- ¿Esperabas un texto de las buenas noches todos los días? -pregunté con cierta ironía manteniendo la distancia, en todo sentido- ¿O... que te invite a una cita?

- No, claro que no. ¿Para eso estás aquí, no?

- Que chistosa. -volví a mirarla.

- Vale, vale... -dijo ya pasando del chiste- dime entonces a que has venido y luego yo te envío un WhatsApp.

- Se trata de Raquel, es su cumpleaños este viernes y David quiere organizar una fiesta sorpresa. -comenté- Nos preguntábamos si puedes pedir el bar para eso, ya sabes, ella cree que viene a tomar unos tragos y... sorpresa. -sonreí un poco alzando las cejas.

- Ya, entiendo. -asintió- ¿Te refieres a algo privado verdad?

Asentí expectante.

- Se que tienes buena relación con el dueño.

- Si, claro que si. -rió- Pero las cosas no son tan fáciles para todo el mundo. Al reservar el lugar se estaría perdiendo dinero, por lo tanto la cosa no puede ser gratis. ¿Sabías eso, no? Tengo buena relación con el, pero sigo siendo una camarera. -rió al pronunciar aquellas últimas palabras.

La chica del bar. [lgbt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora