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Acordamos salir temprano, ya que no sería buena idea volver cuando el sol se haya ido. Cepillé mi cabello con tranquilidad y di un último vistazo a mi outfit frente al espejo antes de salir. Todo sale bien cuando eres puntual.

Frené el coche frente a su casa y pude ver como Andrés hacía un gesto desde la ventana. Al cabo de unos segundos Iria salió algo despeinada y con un cigarro entre los labios. No tardó en apagarlo sobre uno de los cestos de basura de la calle y subió al coche otorgándome una leve sonrisa. Llevaba una chaqueta de cuero y unos jeans gastados que la hacían ver jodidamente bien.

- Se me ha pasado la hora, perdona. -sonrió- El despertador no...

- No hace falta. -intervine presionando el acelerador para continuar. Le eché un vistazo rápido y evité sonreír también- Has tenido un día de mierda ayer, imagino que necesitabas descansar.

- Si, y me encantaría seguir en la cama... Pero estaría dándole más tiempo a ese tipo para regresar. -hizo una pausa aún viéndome fijo- ¿O no?

Asentí rápidamente.

- Pues si. Pero no dudes en que todo esto se solucionará pronto, tú tranquila...

- Veo que despertaste optimista hoy.

Sonreí. El viaje fue largo, de a momentos íbamos bastante calladas... como si algo pasara. Supongo que es normal, por mucho que intente ocultarlo el hecho de ver a su madre debe de ponerla algo nervios. Es lógico, así que no le di demasiada importancia al asunto, aunque mi cabeza iba a mil.

Finalmente, luego de minutos de carretera y terrenos vacíos llegamos a destino. Era enorme y aterradora, jamás he estado en una.

- Tienes que ir por aquí. -dijo señalando hacia un punto a la izquierda.

- ¿Es... una planta baja? -pregunté realizando una maniobra con atención.

- Si, es el aparcamiento. El poli de la entrada me pedirá unos documentos, no vayas a asustarte o algo.

Asentí. Efectivamente sucedió lo mencionado y un tipo serio y con pocas ganas de hablar pidió la documentación.

- Vaya... -dije adentrándome en el lugar. No parecía haber muchos sitios vacíos para ser tan grande.

- Deben tomar muchas precauciones, podríamos intentar algo o ayudar en una fuga. -comentó como si leyera mi mente- Ve al fondo de todo, seguro esta libre. Supongo que aquí no solo hay autos de visitas sino también del personal, o no se explica como esta tan jodidamente lleno...

Hice lo dicho y así fue. Estaba bastante oscuro y no se oía ni una mosca. El hecho de esperar aquí hasta que ella volviera era un poco escalofriante, pero no tenía opción. Nos detuvimos correctamente en el espacio asignado y un silencio profundo se apoderó del ambiente. Suspiré. No tenía idea de que decir.

- ¿Y... estás lista? -pregunté procurando que no creyera que noto su temor.

- Claro. -respondió algo seca y bajo del vehículo cerrando la puerta detrás de ella sin más.

Creí que iría hacia la salida pero no fue así. Al parecer si tenía intenciones, pero se detuvo apoyándose sobre una de las puertas del coche sin decir nada. Esperé unos segundos pero no veía que fuera a ir ya, estaba cruzada de brazos con la vista fija en la nada misma, así que decidí bajar también.

- Es normal. -expresé colocándome frente a ella.

- ¿El qué? -alzó la vista.

Inhalé una bocanada de aire y exhalé viéndola directamente a los ojos. Estaba actuando extraño, quizás sea su mecanismo de defensa ante situaciones como esta. Y no me extrañaría si así fuera.

La chica del bar. [lgbt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora