𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋ

𝓖𝓵𝓪𝓼𝓼𝓮𝓼

【Yugi Amane - Fluff】

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Las pisadas que daba se esparcían y llegaban por detrás de las puertas de los salones en la escuela. La jovencita de corta edad caminaba intentando no caer con todos los libros que traía consigo, pareciendo un patético payaso. Habiendo sido maldecida por salir tarde de su salón, ____ no escapó del maestro de historia que le pidió llevar los cuadernos del escritorio en el salón de maestros antes de irse a casa. Y siendo tan bajita, chiquita, cargaba con una montaña de tareas de sus compañeros de salón.

— ¡Nos vemos mañana! — alguna voz ajena se despedía de espalda a la chica, y no era nadie más que Yugi Amane, quien, al ver la silueta de la pequeña jovencita envuelta en un acto de equilibrio, sonrió con ternura.

— Juro que la próxima vez saldré de mi salón corriendo — lamentaba la estudiante en problemas — ¡esto es imposible!

— Hey, ¿te ayudo con eso, pequeña? — Amane apareció en el perímetro de ____ como si fuera un fantasma, provocando un chillido en la chica y que la montaña de papel, desde lo alto de ella le cayera en la cabeza — ¡lo siento!

Entre las dolencias que soltaba su boca y las disculpas de Amane, los lentes de la chica cayeron al suelo por un cuaderno que golpeó su cara, y ella reclamó el golpe con un gruñido y lágrimas se asomaban por sus cristalinas ventanas de lástima.

— ¿Te encuentras bien, ____-san? — la nombrada tocaba su cabeza, en aquella zona adolorida por los golpes del papel y la pasta — ¿por qué cargabas tantos cuadernos? Son demasiados para ti, eres muy pequeña.

— ¡Amane-kun! — quejó la chica en un vago intento de ver el rostro del chico con normalidad. Sin mucha suerte — ¡no soy pequeña, todos los demás son muy altos!

— ¡Já! — burló — ya deberías de estar empezando a crecer, ____-san. Pero apenas unos centímetros no marcan una diferencia muy notoria.

Amane recogió algunos cuadernos, uno sobre otro, y fijó su mirada en una ____ que buscaba sus lentes. Palmeaba por el suelo encontrando hojas y pastas, pero no las vitrinas de sus bellos ojos que tenían hipnotizado al mayor de los Yugi. En ese momento a Amane se le cruzó un deseo disfrazado de jugarreta, y en su rostro se formó una gran sonrisa acompañada de un rosado que pintan sus mejillas con vergüenza y cobardía.

____ escuchó su nombre ser llamado por su compañero y siguió su voz, sin esperar que los labios del chico tocarían los suyos de manera tan rápida y gentil que ni ella se percató de cuándo se separó y volvió a besarla, de la misma manera, provocando que el calor de la tarde pasara a su cara completamente avergonzada por las acciones de Amane.

Amane Yugi se rió y le ayudó a levantarse, llevando los lentes del suelo a las manos de su dueña y tomando los cuadernos restantes con él a la sala de profesores, ocultando su rostro con tintes rosados y sus mejillas en exceso calientes.

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Ann's note: No llegas a ver ni pincho de su carita sonrojada toda preciosa bb 🥺💘💖💝