【Yugi Tsukasa - Fluff】
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❝ Te cojo la palabra, Julieta. Dime tan solo: "¡Amado mío!", dame ese nuevo bautismo, y nunca, ¡oh!, nunca volveré a ser Romeo.❞
La atención que la chica fue arrancada de la fina escritura cuando una sonora y hermosa carcajada endulzó sus oídos entre aquella soledad tan desgastante. Tan triste el ambiente fue cambiado por la alegría de una voz que se escuchaba por entre la flora del bosque, tan colorido y de aroma tranquilizante que creaba una esencia hipnótica para la nariz de la chica.
— No te vayas a meter en el bosque, es peligroso — le había ordenado su padre cuando apenas era una bebita que descubría el amplio patio de su casa.
— Nunca hables con gente extraña, mucho menos los acompañes. Son peligrosos — le había enseñado su madre desde que la mandaba a la escuela.
Pero esa voz sonaba tan infantil e inquieta que descartó la enseñanza de su madre. Porque en su cabecita los niños no podían ser un peligro, si ella que lo era igual, no era una mala niña. La chica se levantó del pasto y abandonó el libro de pasta negra entre las raíces de su árbol frutal.
Con curiosidad se acercó a los árboles de espesas hojas que se adentraba en la obscuridad. La risa volvió a ser escuchada de más lejos, juntándose con las sombras malditas, declarándose amiga de esa maldad que creaban tanto horror en las personas.
— ¿Y eso, qué es? — una pequeña esfera oscura con un dibujo de sangre. Como su fuera una llamarada flotante, pero sin producir calor. Como si fuera un ojo del demonio, pero sin poder observar. Era una pequeña llave voladora.
La pequeña llamarada se adentró entre las matas frutales e iluminaba un camino de piedras coloridas que sirvió como guía para la audaz que no tuvo que hacer esperar a la flama para empezar a seguirla.
El camino era adornado por los árboles y arbustos con flores y frutos que encantaron la vista de la damita. Se detuvo para jugar con la flora multicolor y disfrutar el aroma de aquellas pequeñas amapolas, trenzar los bellos jazmines y regalar orquídeas a su pequeña y dulce guía a lo que parecía ser un paraíso miniatura.
— ¿Hola? — una voz masculina fue lo que escuchó a sus espaldas, la voz de un niño de cabellos negros y ojos cautivadores. Como farolas en la madrugada. La mirada del chico deslumbró el corazón de la inocente chica — ¿Quién eres tú? ¡Yo me llamo Tsukasa!
La pequeña señorita no pudo presentarse cuando el chico de ojos lumínicos agarró sus manos acuñadas con flores y la llevó consigo por otro camino de tierra.
— ¡Te prepararé una merienda para que podamos jugar después!
Entre la soledad del bosque, en un claro decorado con una mesa y dos sillas de madera esculpida con detalles preciosos de dibujos tallados. La mesa, cubierta por un mantel tan rojo como el vino y pintado de dorado por un pincel fino y mano astuta, mantenía los platos y cubiertos de plata colocados frente a cada uno, esperando a cumplir su función. Y una vela alta forrada por cristal como un jarrón.
Tsukasa dejó las flores que lleva su damita dentro del pequeño jarrón a que acompañen en fuego que muestra todo su entorno de una manera inexplicable, en un ambiente romántico. Y el chico se apresura a preparar un manjar para su invitada entre charlas dudosas y desconfiadas.
Sobre la mesa se sirven grandes cantidades de postres; pastelitos con glaseado arcoíris, tartas de frutas caramelizadas, brochetas de malvavisco y chocolate, gelatina con trocitos de manzana en su interior, bocaditos rellenos de manjar y crema, helado junto con galletas. Y, servido solo pensado para la señorita estaba una buena taza de leche de fresa con una bara de caramelo como agitador.
La chica procedió a comer y comer y comer, ain parar, siempre manteniendo su boca llena de las delicias que Tsukasa disfrutaba de darle con una sonrisa. Y así fue como empezó la tarde.
— ¿Más? — preguntó el chico al ver que los malvaviscos desaparecieron, y le acercó la bandeja con los pastelillos — ¿Quieres más? — digerida hasta la última migaja, siguieron las tartas — ¿Aún más?
Cuando la chica dió el último bocado de la gelatina ya estaba cansada, con sus mejillas rojas por la vergüenza de haber comido todo eso frente a un chico casi extraño. Y este sonrió de manera coqueta al ver el tiempo pasado, representado en la vela encendida, que se consumió todo el rato pasado y que había quemado las flores. Estaba a casi nada de consumirse por completo.
— No olvides tomar leche, debes tener sed.
Cuando el líquido de bonito color rosado bajaba por la empalagada garganta de la chica no pudo notar la gran sonrisa que incrementó mientras tomaba hasta la última gota. Tsukasa aplaudió al escuchar el suspiro satisfecho de su damita.
Esta miró atentamente las joyas con la que miraba el de cabellera negra, como si ella también fuera una muy valiosa. Algo dentro de su estómago empezó a ponerla nerviosa y sus ojos brillaron junto al rojo de sus mejillas. Ante sus ojos el chico sonreía con coquetería, y esa simple imagen bastó y sobró para enamorar a la chica de ahora ojos tan rosados como la leche.
— ¿Me puedes seguir a jugar, ahora que has merendado? — la señorita se levantó de la mesa y tomó la mano de Tsukasa. Este la abrazó con cariño y palmeó la espalda de su damita, manteniendo su sonrisa — ¡Que bonita. Que bonita!
Sellando el trato al final, Tsukasa acercó sus labios a los ajenos. Empalagó por completo a su amada, pues sus labios resultaron ser más dulces que el chocolate o el manjar, y lo degustó a él, y la degustó a ella. Y el azúcar asesinó todo gramo de razón que la chica pudo tener.
Tsukasa se la llevó a la soledad y adicción de su amor, en lo más profundo del extenso bosque donde podría alimentarse a sí mismo con la dulzura de su nueva amada. Donde succionaría hasta la última gota de afecto que pudiera satisfacerlo.
Lejos de sus padres. Quienes, junto a la policía y con el drama romántico de consuelo, lloraban por la desaparición de su adorada hija que sólo leía una obra de un amor prohibido y apresurado. Tal y como la que estaba viviendo su hijita en esos momentos.
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Julie's note: me inspiré en un relato Ecuatoriano, una leyenda, llamada "La Tunda" Del autor Edgar Allan García.
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𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋ
Fanfic【𝕣𝕖𝕢𝕦𝕖𝕤𝕥𝕤 𝕠𝕡𝕖𝕟】 Bienvenidos a nuestro libro de one-shots, donde se verán varias historias con diversas situaciones, personajes, sentimientos, lugares... ¡Entre más! ¡Esperamos que les guste! -ˋˏ ༻✿༺ ˎˊ- Los personajes pertenecen al anime...