𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋ

𝓢𝓽𝓸𝓹

【Akane Aoi - Fluff】

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— Otra vez pasa esto — pensó ____ al ver su entorno completamente congelado a causa de aquel compañero de clases: Aoi Akane, que pasaba por entre los asientos del salón con una sonrisa encantadora.

La chica no podía negar que el chico que era su amigo era un manjar en su personalidad; tierno, caballeroso y servicial con ella, e incluso era atractivo, ¡completamente su tipo!, ¿Y cuál era el problema entonces, y por qué no le daba una oportunidad?, el chico era tan cálido, tal brillante y estaba tan vivo. Cuando sonreía o tartamudeaba, cuando se sonrojaba o cuando tropezaba, él era como el sol. En cambio ella no tenía calor, ni color en sus mejillas, y toda la temperatura de su cuerpo era tan alta que asustaba, ella estaba más apagada porque su corazón no bombeaba, porque estaba muerta.

Hanako le había advertido sobre enamorarse de una persona viva en su condición, porque la podía entender perfectamente, y ambos decidieron que lo mejor era dejar atrás los sentimientos tan humanos que tenían. Obviamente, dejaron muy mal a ambos seres. Pero el amor no comprende el mundo al que uno pertenece, ni entiende de vida o de muerte, simplemente se encaja como una aguja y la sangre que brota son las mieles de la cursilería y romanticismo que se apoderan de sus mentes.

— Eres muy linda — soltó Akane estando arrodillado frente a su amada, admirando su cabello cayendo hacia un lado y sus ojos fijos en su cuaderno. ____ tensaba sus labios lo más disimulado que podía para no sonreír y seguirle el "juego" al castaño — Tiene sentido que ese chico quiera declararse, pero no voy a permitir algo como eso.

____ se tensó al escuchar el tono de voz de su amigo, tan malicioso y despiadado, que le causó un cortocircuito recorriendo sus venas. No podía negar que los susurros de la voz de Akane eran hermosos, pero las palabras fueron tan venenosas que sintió fallecer en su propio asiento. Su temor se calmó al sentir las manos del chico en su cabeza dando caricias suaves sin intenciones de despeinar o desarreglar algún mechón, teniendo el cuidado que se le da a la porcelana.

Entre susurros de frases bellas y caricias a su cabeza y a su rostro, los cinco minutos pasaron para ambos amantes que se amaban en sus pensamientos. Y Akane dejó un beso en la mejilla de la chica para volver a su puesto antes de que se pudiera notar alguna falla en el ambiente.

— ¡____-chan, estás muy roja! — Yashiro miraba a su amiga con sus ojos iluminados, y la contraria parecía adormilada. Cosa que no pasó desapercibido para el castaño — ¿Estás bien?, pareces cansada.

— Simplemente me dió un poco de sueño, nada más — Yashiro quizo tocar las mejillas de su amiga, pero esta no permitió tal acción — Creo que tengo la cara caliente.

— ¿Eso se puede? — la daikon conocía el estado de su amiga y la miraba algo preocupada, ¿y si tenía alguna clase de resfriado fanstasmal?, por más interesante que pueda escucharse, era su amiga la que lo padecería.

— Podemos ver que sí — ____ sonrió con sus mejillas rojas, concentrada en su amiga y no en Akane que le tomaba fotos a la lejanía.

La manera más eficaz de hacer que la piel pálida y fría de un muerto se caliente y pinte de rosado, eran las acciones tan minúsculas y lindas que se le dedicaban. Y cuando Yashiro le contó a Hanako sobre el rostro de ____, él había entendido el motivo con una carcajada.

— ¿De qué te ríes? — la chica miraba al fantasma algo desencajada de la situación — ¿Qué causo que ____ haya actuado así?

La razón tenía nombre y apellido, y eran Aoi Akane.