𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋ

𝓑𝓸𝔂𝓯𝓻𝓲𝓮𝓷𝓭

【Mana, no sé - Fluff】
Requested by: Analu-M

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El rostro de ambos chicos se iluminó notoriamente al ver pasar la silueta de una chica, fácilmente identificada entre el grupo de alumnas que se encaminaban al patio con sus respectivos almuerzos. Se miraron retadores entre sí, chocando la electricidad de sus ojos que unían el cielo y la tierra rojiza antes de que el rubio lanzara la primera piedra al levantarse y caminar hasta la joven.

— ____-chan — la voz de Teru llamó la atención del grupo de amigas que ya empezaban con miraditas acusadoras y bromistas para la nombrada — Me alegro mucho ver a tan hermosa doncella el día de hoy.

Con su sonrisa encantadora, que derretía los corazones de cualquier persona, aquel chico inclinó su espalda y se permitió tomar la mano desocupada de la alumna, y en un susurro delicado habló:

— Quisiera almorzar con mi bella doncella el día de hoy, ¿es posible?

Dentro del salón, en el marco de la puerta estaba Aoi Akane muerto de la rabia de ver la piel de su adorada ser ensuciada por aquel desgraciado. La chica sonrió ante el gesto amable del presidente, y con vergüenza quitó su mano ante la mirada impresionada de sus amigas y el joven.

— Hoy estaré almorzando con alguien más, lo siento Teru-senpai — dijo la chica bajando su cabeza antes de despedirse empujando al dúo que la acompañaban en el descanso.

— ¿Crees poder hacerlo mejor? — la risa pésimamente disimulada de Akane había enfurecido al Minamoto, que le dedicaba una muerte súbita y dolorosa con sus hermosas ventanas a los cielos paradisíacos.

Akane no tenía esa reputación de Don Juan como Teru, en cambio era el conocido "amante apasionado" de una sola chica, y últimamente ni siquiera se sabían las razones para que no siguiera a su amiga de la infancia con esa ferviente decisión que le caracteriza. Y eso molestaba al presidente, pues esa llama tan emotiva estaba dedicada a llegar con la chica que a él le gustaba.

— Tengo fe en mis métodos — tuvo el descaro de hablar con confianza, y al rubio pareció no gustarle pues se acercó amenazante, con una sonrisa molesta, frente al chico.

— Tus métodos no funcionaron antes, menos lo harán ahora.

Y como la lava ardiente choca con el hielo gélido, la electricidad que producía el odio que se tenían se convirtió en una bandera alto para una guerra de amor, en la que todo valía la pena perder si su premio era el amor de la señorita.

Una rápida batalla de miradas entre ellos y el chico de cabellera rojiza se dirigió al patio, siendo seguido a la distancia por el Minamoto, en busca de su amada que descansaba de la comida con los labios en la pajilla de un cartón que se apartó de ella como un secuestro.

— ¡Akane-kun! — las cejas fruncidas de ____ no eran más que una bella fase presentada para los ojos del chico que ahora bebía de lo hurtado — Estaba bebiendo eso, qué asco.

— No te daría asco si te besara, ¿verdad? — la desvergonzada voz del Aoi había provocado un rojo fuerte en sus mejillas.

— ¡No digas eso! — ahora estaba buscando las palabras para contradecir lo dicho, y la llegada de otro chico de mirada azulada complicó las cosas — ¡Kou-kun!

El menor de los Minamoto miraba a sus acompañantes con curiosidad, sin entender bien la razón de que aquel cartón que fue un regalo para la chica esté siendo bebido por alguien más.