La mayoría de los personajes son de J.K Rowling, de la saga Harry Potter. Hay otros personajes fueron creados por mi, tomé la historia de esta talentosa escritora e hice mi propia historia. Todos los derechos reservados, no se permiten copias ni ada...
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-George Weasley.
Capítulo Cinco: “Pequeño secreto”.
—¿Hablas en serio?—Dijo sorprendida Leila.
—Lo siento chicas, no estoy de humor...—Murmuré debajo de las sábanas y Kate suspiró.
—Está bien pero te traeremos dulces.—Dijo finalmente y se fueron cerrando la puerta detrás de ellas. Leila haciendo berrinches porque quería que vaya pero realmente no estaba de humor y lo pudieron notar.
Ya pasó un día de lo ocurrido con los gemelos, estoy realmente enojada con ellos y sé que lo más probable es que no les importe en lo más mínimo lo que me hicieron. Se habían pasado del límite y ni siquiera tuvieron los huevos de disculparse conmigo. Las chicas se dieron cuenta de que algo me ocurría pero luego de preguntar y contestarles que no quería hablar de ello no insistieron más, lo cual les agradezco mucho.
No siempre fuí claustrofobica, de niña en mi escuela muggle tenía unos compañeros que eran realmente crueles. Siempre trataban de hacerme la vida imposible, en ese entonces no tenía idea de porque les caía mal. Era solo una niña. Iba a una escuela privada de niños ricos, mi madre trabajaba horas extras para poder pagarla y así tener un buen futuro, por si no llegaba la carta de Castelobruxo. Nunca le conté a mis padres sobre esos niños porque no quería que me cambiaran de colegio. No quería ser una molestia, ya bastante hacen por mi.
De niña no comprendía que era lo que les molestaba de mi, que era lo que hacía mal pero la realidad es que no había nada malo en mi. Ahora me doy cuenta que era por mi tez morena, sigo sin entender porque los padres de mi antiguo colegio querían que me echaran de allí solo por mi tono de piel. Según ellos los negros solo somos animales, debemos servirles y eso es realmente absurdo. Los padres de esos niños decían que yo no debía estar con los de su “clase”.
Un día esos niños me encerraron por horas en un armario, ninguno de los profesores hizo algo para evitarlo. Estaba sola en la oscuridad, era solo una niña...
—Ya basta...—Murmuré para mí misma levantándome de la cama, odio recordar esos momentos.
Salí de mi habitación en pijama, ya que sabía que no habría nadie en el castillo, solo los de primero y segundo. Todos se fueron a Hogsmeade. Comencé a pasearme por los pasillos en camino a la cocina luego de buscar la carta que mis padres que me enviaron con una lechuza de la escuela, le pedí a uno de los elfos si me podía dar chocolate caliente con galletas. Él contento me lo trajo enseguida.
—Gracias.—Le sonreí y él me devolvió la sonrisa un poco tímido.
—¡Cuando quiera!.
Luego se esfumó con un chasquido, me encontré con Ron y Harry en el gran comedor. Aparentemente no los dejan ir a Hogsmeade por ahora. Comenzamos a hablar, cuando siento que alguien se sienta a mi lado. Y por el rabillo del ojo supe de quién se trataba.
