《 0.005 》 ❝¿Haz visto a Tobi?.❞

4.8K 543 328
                                    

«Deidara»

Camino por la guarida en busca del bueno para nada que  tengo por compañero. La noche anterior Konan me dijo que debíamos salir a primera hora de la mañana; sin en embargo, ya casi son las doce del día y no hay rastro de Tobi por ningún lado.

¿Se habrá ido sin mí?

No, no lo creo, ¡estaba super emocionado por trabajar con su Senpai favorito! Así que, teniendo esto en cuenta, dudo que sólo se haya ido así como así.

—Oye, Kakuzu —Camino hacia el avaro con ambas manos sujetando mi nuca.

—¿Qué quieres, Deidara? —Pregunta sin dejar de contar las monedas que mantiene en su mano derecha.

—¿Haz visto a Tobi?

Su respuesta se hace esperar. Lo veo anotar algunas cifras en una página de su libro de contabilidad, varias veces antes de que se digne a dedicarme un mirada.

—¿A quién? —Su semblante denota confusión. Viro los ojos con hastío. ¿Nadie está dispuesto a colaborar hoy?

—No te hagas el desentendido, sabes perfectamente de quién hablo. Es la misma persona por la que ayer te burlaste de mí hasta el cansancio.

—No —Se cruza de brazos, aunque sin soltar las monedas en ningún momento—. Es la primera vez que escucho ese nombre, Deidara. No sé de quién me hablas, pero tampoco tengo tiempo para eso —Su mirada regresa al libro que reposa en sus piernas—. Ahora, deja de molestar y lárgate, estoy ocupado.

Viro los ojos una vez más y continúo buscando hasta debajo de las pierdas.

—Oye, idiota —Me dirijo a Hidan, quien está haciendo uno de sus rituales raros en la cocina—, ¿sabes dónde está Tobi?

Él abre sus ojos, saca la catana de su pecho y me mira con una ceja arqueada.

—¿Quién?

Bien, tengo un Deja .

—No te hagas el estúpido, sabes de quién hablo. Hm...

—Te juro que no se de qué hablas, estúpido travesti.

Bufo con frustración. Esto es una pérdida de tiempo. Ya comienzo a considerar la opción de ir a recolectar información por mí mismo. Es una tarea sencilla después de todo, ¿para qué necesito un compañero?

Retomo mi búsqueda y al preguntarle a cada miembro que se cruza en mi camino, todos actúan de la misma manera: confundidos, fastidiados, e incluso me tratan de loco. Hasta Kisame me ha mirado con lástima y me ha preguntado si realmente me encuentro bien después de todo lo que sucedió con Sasori.

Si esto es una broma no es para nada graciosa.  Además, ¿qué pinta un difunto en todo esto?

Quiero largarme de aquí, obtener la recompensa por obtener nueva información y quizás hacer volar a Tobi por diversión; pero, el muy maldito me lo está poniendo todo más difícil que nunca.

Ya cansado de todo esto me dirijo a la oficina de Konan y Pain.

Entro sin tocar. Bien, quizás Tobi me pegó su mala costumbre, y ahora, me arrepiento. No sé qué es más incómodo:  si pillar a tus padres en pleno acto, o a las "figuras de autoridad" de la organización a punto de llegar a eso.

Bueno, al menos no es tan completamente desnudos. Clavo la mirada en el suelo, sintiendo mis mejillas arder producto de la vergüenza que me genera estar interrumpiendo tal momento.

Ya, incluso ese imbécil de tres neuronas me contagió lo inoportuno.

—¿Qué quieres, Deidara? —Es Konan quien habla, con un ligero tono de irritación en su voz.

—¿Dónde está Tobi?

—¿Quién es Tobi, Deidara? —cuestiona el líder. Frunzo el ceño ante su pregunta.

Porque, vamos, del resto de los estúpidos descerebrados de aquí me lo creo; incluso de Konan me lo espero, pero, ¿Pain? Vaya, eso sí que es una desagradable sorpresa. Con suerte lo hemos visto sonreír un par de veces —mayormente como un indicio de que estamos en problemas— y ahora resulta que forma parte de un juego que no me produce ni un ápice de diversión.

¿Qué sigue? ¿Kisame dejando de ser el mejor amigo de Itachi? ¿Que yo desarrolle un gusto por las marionetas y me convierta en el sucesor de Sasori?

—Tobi, mi estúpido compañero —aclaro, aunque lo veo innecesario—, con el que se supone debía ir a una misión hace horas, hm... —Me cruzo de brazos y poso la mirada sobre Pain. Su rostro, siempre serio, se encuentra reflejando una pizca casi imperceptible de desconcierto.

—Deidara... ¿Te sientes bien? —Konan parece preocupada. Con su capa ya puesta como corresponde, se acerca a mí y toca mi frente.

—Sí, estoy bien —Intento con todas mis fuerzas no sonar hostil. Aparto su mano de mi frente con toda la delicadeza que puedo y ella me mira extrañada.

—Pero es que, aquí no hay ningún Tobi, Deidara. No tienen un compañero que responda a ese nombre.

Okay, bien, esto ya es desesperante. Frustrante. ¿Podrían parar de una vez?

—Bien, que graciosos son todos, me atraparon —alego sarcástico—. Ahora díganme dónde está Tobi para ir a hacer la estúpida misión, ganar el estúpido dinero, y hacer feliz a Kakuzu con esos jodidos nuevos ingresos.

—No hay misiones asignadas para ti, Deidara. Sólo tenías un compañero: Sasori, y está muerto... No creí que eso te afectaría tanto como para que tu cerebro lo reemplazara por una persona inexistente —El tono de Pain delata que se está cansando de esta conversación. También que no bromea. Pero, no me importa. Sólo quiero que todo esto termine.

Quiero que termine sin tener que recordar el hecho de que Sasori se ha ido para siempre. Gracias. Pero estoy cansado de rememorar este hecho cada día, sin falta, por la más mínima causa.

—¿De qué hablas, Pain? Ya sé que Danna está muerto, hace meses que es así. Pero él no pinta nada en este caso —Suspiro—. Anoche Konan me dio una misión, sí —decido recordarles, aunque sé que será una pérdida de tiempo—.  Y tú mismo me asignaste a Tobi como compañero hace unos cuantos días.

—Deidara, la misión que te di es para que la hagas con Hidan y Kakuzu, no con un tal Tobi —Konan hace una mueca—. Creo que debes descansar un poco; salir a tomar aire, despejarte. Estás confundiendo las cosas y escuchando nombres donde no los hay, insisto, deberías tomarte un pequeño descanso de todo. Si es por lo de Sasori, puedes venir y hablarlo conmigo cada vez que quieras...

Suelto un bufido mientras paso mis manos por mi cara con frustración. Doy media vuelta y salgo de aquí.

Bien, es desesperante. Todo esto es desesperante.

Los odio a todos por inútiles, insectos de pacotilla.

Suspiro. ¿Dónde mierda te metiste, niño estúpido?

Sin más comienzo a caminar a mi habitación. Necesito calmarme y pensar un poco.

• ────── ✾ ────── •  

Hola, hola, mis Little Moon~

/salir de debajo de la roca.

Lamento haberlos hecho esperar tanto tiempo para esto.

Aunque había desaparecido por varios motivos, una de las razones por las que había descuidado esta historia fue por perder la conexión; pero, el ver cómo constantemente le dan amor y disfrutan de lo que hay publicado más de una vez, me ha dado la motivación para seguir con esto.

¡Molesto ha vuelto oficialmente, esta vez, para quedarse!

Gracias por todo. Lxs amo.

• ────── ✾ ────── •  

𝙼𝚘𝚕𝚎𝚜𝚝𝚘 ──  𝚃𝚘𝚋𝚒𝚍𝚎𝚒 .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora