Capítulo 25

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— Bárbara, tienes que salir de ahí urgente.

Me miró con miedo, como si temiera de algo, ¿Leonardo sería capaz de hacerme algo? No lo sé. Christopher estaba preocupado.

— ¿ Que quieres decir con eso, Christopher?

— No conoces a mí papá, y no sabes lo que puede llegar a hacer.

— Me estás asustando.

— Solo sal de ahí. Vete lejos de la vista de mí padre. Es por tu bien, Barbie.

Sus palabras parecían serías. ¿En serio el hablaría así de su propio padre? Yo no entendía absolutamente nada, necesitaba una respuesta a todas estas dudas. ¿Por qué él lo odiaría? ¿Por qué habla así de él? ¿ Por qué si hermanita le tenía tanto miedo? Muchas preguntas sin respuestas. Y necesitaba que me las dé.

En eso sonó su celular.

— No pasará nada, princesa. — habló. — no llores chiquita. Sabes que si me entrometo te hará algo peor. — estaba muy triste. — Descuida cariño, yo te sacaré de ahí lo antes posible, ¿Está bien? Solo haz caso y portate bien. También te amo, hermosa. — colgó. — lo siento mucho, es toda mí culpa. — dijo muy despacio.

— Dime qué está pasando, Chris.

— No entiendo cómo mí parra haya podido estar con un hombre como mí padre. Él es una mierda.

— No entiendo.

— Solo cuídate. Más adelante podré contarte todo. — suspiró. — Solo, ahora no hay mucho tiempo.

Se acercó a mí. Besó mí frente y se fue. Esto era demasiado raro.

Chris escondía muchas cosas, toda su vida era muy rara, él era raro pero estaba mal, necesita apoyo, pero no quiero confundirlo, es muy lindo, y me encanta como lo hace, hasta podría jurar que con él me siento muy bien en la cama, no voy a negarlo, pero no es para mí, no es lo que busco y lo que busco para mí futuro.
No quiero engancharme con él, no quiero pasar mucho tiempo con él, porque me conozco como soy. Y puede que parezca que soy demasiado fría en este tema, pero me enamoro muy rápido, y no quiero enamorarme, lo hice una vez y sufrí, fue la peor experiencia de mí vida y no quiero volver a vivirla, porque a pesar de lo que sea Chris, es hombre, y todos los hombres son iguales, calentones, te enamoran y se largan. Son todos iguales, por esa misma razón prometí, no volverme a enamorar en mí puta vida.

— ¿Donde estabas? — salió mí madre del cuarto donde la estaban revisando.

— por ahí. — pasé mí mano por mí rostro, en forma de cansancio. — ¿Que pasó?

— Tu dime. — se cruzó de brazos. — ¿Que pasa conmigo? Por favor Bárbara, no quiero que me mientas, se que nada buena está pasando conmigo, ¿Por qué tengo que venir al médico todos los días? Por qué el doctor me dijo que ya mañana tengo que empezar mis clases de quimioterapia.

— Mamá. — dije quebrada por sus palabras. — tengo que decirte algo que tenía que decírtelo desde el principio. Pero no me sale. — la tomé de las manos y la llevé a un banco. — Se te despertó el cáncer, mamá. — logré decir.

Ella no decía nada, solo me miraba, sus ojos comenzaron a ponerse rojos, se aguaron, cayó una lágrima por su mejilla. Me partió el alma. Esto era lo que no quería ver, amo a mí mamá y no soportaría perderla, no a ella.

— Todo va a estar bien, ¿okey? Te recuperarás y yo estaré aquí para ti, por siempre a tu lado, no dejaré que nada malo te pasé.

— gracias cariño.



1 mes después...

Tu prostituta favorita (Christopher Vélez y tu) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora