black backpack.

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El camino hacía el aula fue realmente silencioso.

El pequeño se cuestionaba sus sentimientos por el más alto, mientras que este, evitaba que el contrario se golpeará con alguna puerta.

Para SoonYoung, WonWoo siempre había estado en su vida por mera casualidad. Nunca se había cuestionado sobre como se sentía hacía el de pelo negro, ¿Era su amigo? Se preguntó cuando entró al aula, y observaba fijamente como el menor saludaba amigablemente al no-es-mi-pareja de JiHoon, e incluso, al mismo JiHoon.

Dejó caer su cuerpo sobre la banca, miró por un momento al más alto y acto seguido dejó caer su cabeza sobre el pupitre.

—¿Qué te sucede?— Jihoon lo estaba mirando, no lo podía ver, pero sabía que tenía una cara de disgusto muy grande. —¿MingHao se declaró de nuevo?

Alzo un poco su cabeza y sacó la lengua. —No me recuerdes eso.

La campana sonó recordándole que las clases volverían a su curso normal, decidió sacar cualquier pensamiento extraño sobre WonWoo.

No voy a mentirles, pasó todo el día pensando en eso.

No es que no quisiera poner atención en clases, sólo que su situación actual era más importante que algunos de esos ángulos que explicaba el profesor.

Cuando las clases infernales dieron por finalizado, SoonYoung prácticamente corrió para llegar a la parada del autobús. Miraba hacía atrás constantemente para asegurarse que no hubiera rastro del pelinegro.

Al asegurarse que WonWoo no seguía sus pasos, dio un suspiro bastante largo, tan largo, que casi se ahoga con su propia saliva. Mientras intentaba calmar la tos, una voz bastante característica inundó sus oídos.

—¡SoonYoung!

Si había una persona desafortunada en el mundo, debía ser él. Definitivamente, era él.

—MingHao.— Realmente no sabía que decirle. — Hola.

SoonYoung era amigo de MingHao, era.

Su relación se fue deteriorando a la misma velocidad en la que el se le había confesado, por alguna razón, había desarrollado sentimientos hacia su persona. No le incomodaba, siempre y cuando, supiera que él no podía corresponderle.

—Young.— El apodo entró con dificultad sus oídos, provocando que empezará a sudar. —¿Podemos hablar?

¿Hablar con el chico que he rechazado incontables veces?

Buscaba en su cabeza alguna excusa creíble cuando vio a lo lejos el autobus que lo llevaría a su preciado hogar donde podría tener sus crisis existenciales mientras comía a las dos de la mañana.

—No puedo ahora, Hao.— Apunto con el dedo a la máquina andante. —Voy a perder el autobus.

—Oh... Esta bien.

—¡Nos vemos!

Corrío lo más rápido que sus cortas piernas se lo permitian pero al momento de pasar la tarjeta del transporte no tenía dinero.

—¿Como no voy a tener?

Pasó frenéticamente la tarjeta mientras que el conductor lo miraba con lástima, señor, usted no entiendo los problemas de un joven estudiante desempleado.

Cuando estuvo a punto de bajar para recuperar el poco honor que le quedaba, una tarjeta fue puesta en la máquina permitiendo que pasará. No tuvo que mirar sobre su hombro para saber quién era, así que simplemente camino arrastrando los pies hasta los asiento, dejando caer su cabeza frente en la parte trasera de otro asiento.

Sintió como alguien tomaba asiento a su lado, no le tomó importancia, porque a estas alturas del día, nada le sorprendía.

—Te lo voy a pagar.

—No tienes que hacerlo.

—Ya es la cuarta vez que lo haces.

—Me sentiría muy mal si tuvieras que caminar.

El menor giro su cabeza con una cara directamente enviada desde la ultratumba, haciendo que el castaño se removiera en su asiento.

—Puedes pagarme, si quieres.

El más bajo volvió a su posición inicial, WonWoo podía jurar que estaba murmurando algo en algún idioma que no conocía. Para él, SoonYoung era una persona peculiar.

El trayecto fue en extremo silencioso, con un SoonYoung mudo —cosa que era extraña, ya que el mayor siempre estaba hablando.— y un WonWoo teniendo un debate mental sobre si tomarle el puso a contrario para verificar si seguía vivo o no.

Cuando el autobús estaba a cerca de la parada a sus hogares, el pequeño se puso de pie aún con esa cara de miseria total y comenzó a caminar hasta la puerta. El castaño siguió sus pasos hasta la salida, la verdad no entendía que pasaba en la cabeza del mayor.

¿Había hecho algo mal?

Bajaron del autobus uno detrás del otro, pero por alguna razón que desconocían, había un charco de charco de agua, donde el pie de Soon había caído.

Definitivamente, no es mi día. Pensó el mayor mientras sacudia de pie y empezaba a caminar como en ese deporte donde no corrían pero tampoco caminaban, dejando al castaño algo desconcertado detrás suyo.

Y no lo malinterpreten, SoonYoung no quería hablar con WonWoo, no porque estuviera molesto, sólo que cuando se sentó en el autobus y pensó un poco sobre su triste vida se dio cuenta de algo que lo atormentando.

Apresuro aún más el paso hasta que llegó al portón de su casa, lo abrió y entró despavorido mientras que dejaba la puerta principal abierta.

En la entrada, un muy confundió WonWoo lo observaba desde fuera. Dio un suspiro largo y luego una sonrisa se posó en su rostro.

Es realmente extraño. El pensamiento abandonó rápidamente su cabeza en cuando empezó su camino a casa.

Desde la ventana de su hogar, el más bajo observaba—escondido tal y como lo haría una chica enamorada del hermano de su vecino y no quisiera que la descubrieran en el acto— como la figura del mal alto se desvanecía a lo lejos, no sin antes percatarse de la mochila negra que tenía puesta era la misma que él mismo había dejado caer en la entrada de su casa.

s a m e  c l o t h e s;soonwoo {Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora