purple socks.

471 80 11
                                    

—Necesitaremos esto.

En el supermercado, SoonYoung había tomado el control de toda la situación. Y es que, no iba a dejar que WonWoo hiciera un pastel el solo. No porque quisiera ayudarlo, sino, porque él comería de ese pastel y quería disfrutarlo.

Empezó tomando las distintas cosas que su madre múltiples le había encargado comprar, también se guió por la parte de atrás de una de las cajas de mezcla para pasteles. Por su lado, WonWoo empujaba el carrito emocionado.

Y es que para WonWoo, este pequeño momento lo hacía muy feliz.

No hemos entrado al mundo interior el muchacho, así que esté parece un buen momento para hacerlo. Por su parte, no le molestaba ni un poco la presencia del mayor.

Es más, la disfrutaba.

Con el pasar de los años se dio cuenta de las incontables consecuencias que tenía con el rubio. Todo le parecía demasiado mágico, e incluso, le había preguntado a su madre porque SoonYoung siempre llevaba la misma ropa que él.

—Puede que sea el destino.— La mujer de pelo negro palmeo el lugar a su lado para que su hijo tomará asiento.—Quizás son almas gemelas, ¿Recuerdas lo que son?

Y es que las palabras de su madre casi siempre contenían la verdad. Supo que era verídico cuando, en una ocasión, tuvo que quedarse a dormir en la casa de los Kwon porque su madre había tenido una emergencia. Y es que, para él, no pasó desapercibido que tuvieran las mismas calcetas moradas esa noche.

Con el pasar de los años, a WonWoo se le hacía suficiente con observar a SoonYoung de lejos. Solía observar como reía con sus amigos, preguntándose si alguna vez él sería capaz de hacerlo sonreír. La misión era casi imposible, SoonYoung siempre huía de él cuando tenía la oportunidad o se quedaba completamente callado.

La secundaria le sorprendió un poco.

Se encontraba comiendo su almuerzo de forma tranquila cuando el mayor hizo acto de presencia frente a él, lucía cansado y simplemente tomo asiento a su lado. Pestañeo varias veces pensando que estaba alucinando y siguió con su comida, seguramente estaba alucinando.

—¿Vas a comerte eso?— Señaló un pequeño pulpo de salchicha que decoraba su envase. Negó con la cabeza y le extendió la vasija para que lo tomará.—Gracias.

«Entonces, es real.» Pensó y sonrió por un momento.

La respiración del más bajo se calmó con el paso de los minutos, pero aún, sin entender el porqué, este se quedó a su lado hasta que la campana sonó.

Al día siguiente, el mayor se apareció con su propio almuerzo y tomó asiento a su lado. Él simplemente señalaba las cosas que WonWoo separaba y el último se los daba. Era una especie de acuerdo tácito muy extraño, pero no se quejaba.

—WonWoo.— La voz lo sacó de sus pensamientos mientras sostenía dos objetos frente a él. —¿Qué vela prefieres?

Medito un poco su respuesta antes de señalar las que se encontraban en su mano derecha.

La verdad le sorprendía la tranquilidad que le provocaba estar cerca del rubio, también era gracioso que la situación actual no tuviera ni una pizca de incomodidad. Como si lo hubieran hecho miles de veces.

Pasearon por los pasillos del supermercado en búsqueda de lo que necesitaban, cuando fue encontrado se dirigieron a la caja.

El pago casi le provoca un ataque al corazón al castaño, debió haber prestado más atención a las cosas que SoonYoung había escogido.

s a m e  c l o t h e s;soonwoo {Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora