flower notebook.

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La mañana llegó cuando los rayos del sol lo sorprendieron colándose entre la tela que cubría su ventana. Abrió los ojos lentamente, se dolía un poco la cabeza, por lo que hoy se pondría sus anteojos. Los tomó, limpiándolos un poco y luego colocándose los mismos sobre su rostro. Se apresuró en alistarse, el proceso fue un poco más lento de lo normal, había dormido fatal y su mente no dejaba de torturarlo desde hace un par de noches, algo que lo mortificaba.

—Amor, ¿Vas a desayunar?— la voz de su madre lograba traerle algo de calma, asintió con su cabeza antes de tomar asiento.—¿Te sientes bien? 

Negó varias veces, pero, no iba a hablar sobre el tema. Su madre dejó el plato en la mesa y se acercó para verificar si era algo físico, al darse cuenta que no, abrazo el cuerpo de su hijo mientras acariciaba su cabeza.

—Lo que sea que te está molestando, no debería afectarte tanto.— Plantó un beso en la coronilla de su cabeza. —Si las cosas se dieron de esa manera, es por algo, no te preocupes tanto.

La verdad, envidiaba la forma en que su madre podría leerlo tan fácilmente. Siempre habían sido ellos dos, pero eso nunca desmotivó a su madre de seguir adelante.

¿Por qué no podía ser como ella?

Me sonrió al ponerse de pie y agradeció por la comida, la mujer dejó un beso en su mejilla antes de despedir a su pequeño.

El camino al colegio se hizo demasiado pesado, incluso cuando solo había dado unos cuantos pasos por la pequeña calle donde vivía. Mantuvo la mirada en el piso mientras tatareaba una canción por lo bajo, golpeaba las pequeñas piedras que encontraba en el camino, hasta que vio unas converse, demasiado, parecidas a las suyas.

—¿SoonYoung?

El rubio se encontraba de pie frente a él, definitivamente, el destino le estaba jugando una mala pasada desde que nació. El contrario por su parte, había decidido que no podría seguir siendo un cobarde mientras dejaba salir unas lágrimas mientras se duchaba, porque ninguna decisión era fácil en esta vida.

—Yo... Caminemos juntos.

—¿Te has despertado temprano solo para eso?— El más bajo asintió lo que provocó que una pequeña risa saliera de la boca del castaño.—Eso... No me lo esperaba.

Y es que tenía que comprobar si lo que había dicho JiHoon era cierto, vamos, que ahora mismo la teoría de que existía la remota posibilidad de que le gustará WonWoo podría comprobarse como verdadera por la reacción del menor. En su mente, sólo se reproducía un chico pequeño repitiendo "Te lo dije." con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Odiaba eso.

Tampoco piensen que todo fue cómodo, la tensión podía palparse en el aire. Incluso, podía ser cortada con un cuchillo y repartida en un grupo de 13 personas. Pero, hagamos un recuento de los hechos, el chico que te gusta se ha aparecido frente a ti, pidiéndote que caminen juntos al colegio.

No era fácil para WonWoo.

Su cuerpo estaba ahí pero su mente se encontraba participando del tour de Francia por lo rápido que trabajaba, ¿Qué significa esto? ¿Caminaremos juntos todos los días? ¿O sólo hoy? ¿Me va a decir algo o se va a quedar callado? ¿Estoy soñando o he pasado al más allá? Su cabeza estaba llena de incógnitas que no tenían respuesta, al menos, por ahora.

Y es que, no le dijo nada.

Todo el camino desde su hogar hasta el colegio fue en completo silencio, cada uno tomo asiento en su respectivo lugar. De vez en cuando, WonWoo miraba a SoonYoung y viceversa, pero nunca cruzaron mirada.

No fue hasta que JiHoon cruzó la puerta que Soon pudo sentir alivio, necesitaba contarle su pequeño avance.

—Así que me has pedido caminar juntos, ¿Pero no le has dicho nada?— hizo un ademán para que bajara la voz.—Eso es completamente inútil y sólo hiciste las cosas más incómodo, genio.

—No sabía que hacer, fue lo único que se me ocurrió.

—En algún momento tendrás hablar con él.—Dio un mirada hacia donde se encontraba el castaño escribiendo algo, alzó una ceja y mire nuevamente al rubio.—¿Es en serio?

—¿Qué?

—Tienen el mismo cuaderno.—Lo alzó frente a su cara mirando la pequeña flor que había en el centro.—¿Tú no compras tus cosas en un lugar super extraño para que los otros no las tengan?

—Si lo hago.— Dejó caer su cabeza en el pupitre.—Pero con él, siempre es así.

—¿A que te refieres?

—Siempre tenemos las mismas cosas.— el tono con el que hablaba lo hacía sonar abatido.—Mira sus zapatos, su mochila, incluso el anillo que tengo puesto, son iguales.

—Tienen la misma ropa.

—Desgraciadamente.— Miró la cara de su amigo, estaba concentrado en algo.—¿En que piensas?

—Esto es el destino en su máxima expresión.— se acomodó en su asiento colocando la cabeza sobre su mano.—Sólo falta que te des cuenta de que te gusta, y está será una historia de amor perfecta.

Rodeó los ojos y se acomodó en su asiento luego de que el profesor entrará. Dio un último vistazo a WonWoo y luego observó su mesa.

«Es el mismo.» Pensó.

s a m e  c l o t h e s;soonwoo {Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora