pink bento.

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El resto de los días fueron demasiado confusos.

Y vaya que lo fueron.

El rubio había decidido esperar WonWoo todas las mañanas. Se quedaba de pie al frente de la reja de su hogar, jugando con sus manos o arreglando su uniforme hasta que el contrario apareciera en su rango de visión. El rostro del castaño siempre mostraba sorpresa al verlo, el mismo apresuraba sus pasos hasta llegar a su lado.

—¿Has decidido caminar juntos todos los días?— Asintió como respuesta, agradecía internamente que WonWoo leyera su mente. Una sonrisa apareció en rostro a la vez que empezaba a caminar.—Aunque, hoy es algo más temprano.

Y era cierto, Soon se había despertado más temprano de lo normal, sus ojos le pesaban y bostezaba de vez en cuando. Sumándose, que había pasado parte de la noche hablando con JiHoon sobre "Cosas que puedes hacer para darte cuenta que tus sentimientos.", era vergonzoso pensar sobre eso.

El camino hasta la parada de autobuses estuvo lleno de conversaciones triviales. Su comunicación había mejorado bastante gracias a las recientes caminatas, al inicio fue ridículamente difícil mantener una conversación que durara más de 10 segundos. Las cosas cambiaron el día que SoonYoung parecía molesto luego de clases, parece que había desaprobado y terminó quejándose con WonWoo.

Porque sí, también regresaban juntos a casa.

El autobús no tardó mucho en aparecer, así que corrieron un poco para que el mismo no los dejará atrás. Subieron uno detrás del otro, y tomaron asiento uno después del otro. Estando ahí, el mayor empezó a cabecear un poco debido al sueño. Intentaba buscar posiciones cómodas para descansar, pero el autobús simplemente no lo dejaba.

—Puedes recostarte aqui.— El más alto señaló su hombro.—Claro, si quieres.

El cerebro de SoonYoung tuvo un cortocircuito en ese momento, entre el sueño y la sorpresa, se dejó caer en el hombro del muchacho importandole poco la mirada curiosa de las otras personas en el autobus.

¿Era cómodo? Un poco, pero comparado con la ventana del vehículo, era como dormir en su suave y cómoda cama. A pesar de que su cerebro se encontrara reiniciándose no pudo dejar pasar la pequeña sonrisa que se asomó en la cara de su vecino.

Y es que para WonWoo, era una acción pequeña pero significativa. De no ser por estar en público, hubiera empezado a llorar de la felicidad. Sabía que estaba alimentando sus ilusiones, sin embargo, entre reprimirse o ser feliz, prefería la segunda. El simple hecho de que SoonYoung haya decidido ser su compañero de viaje lo llevaba de una alegría indescriptible. Había decido arriesgarse aunque sea un poco.

No iba a perder nada intentándolo.

(...)

—El profesor Hwang me odia.— El más bajo empezó a quejarse mientras salía del salón.-Voy a perder la materia.

—No creo que te odie.— El más alto llevaba en sus manos las vasijas con el almuerzo.-No eres muy bueno en historia, Soon.

—¿Por qué hay que memorizar tantas fechas? ¡No tiene sentido!— El mayor se cruzó de brazos esperando algo de apoyo. Obtuvo silencio.—¡Estas del lado del profesor Hwang!

—Claro que no.— Rió un poco mientras acomodaba sus lentes.—Simplemente eres malo en historia. 

Escuchó un pequeño bufido ser emitido por su vecino.

—No soy malo, el profesor hace la materia difícil.

—Puedo ayudarte a estudiar, claro, si quieres.— Soltó sin más. El muchacho a su lado hizo un sonido imitando un sollozo.—¿Qué sucede?

—JiHoon nunca hubiera hecho eso por mí.— Limpio una lágrima que caía de su ojo, estaba exagerando.—Gracias.

El castaño sólo despeinó el cabello rubio, una pequeña risa los atacó mientras caminaban hasta el patio. Era bastante agradable para ellos la compañía del otro, por lo que en poco tiempo se habían acostumbrado a esas pequeñas muestras de afecto.

Pero alguien no lo había hecho.

El pequeño MingHao seguía de cerca a la pareja, bueno, no tan cerca. Pero había empezado su pequeña investigación hace un par de días, cuando los vio llegar juntos al edificio. Podrían catalogarlo como una persona perseverante, pero era porque realmente no entendía porque SoonYoung nunca me había dado una oportunidad. Así que, a pasos lentos, siguió al muchacho rubio y al castaño alto durante el receso.

«No creo que sean pareja... ¿O sí?» Pensó mientras se escondía detrás de una pared.

—¿Sigues con eso, Hao?— Dió un pequeño salto por la voz detrás suyo, era JiHoon.—¿Cuantas veces te ha rechazado?

—Eso no importa, creo que ya sé la razón.

—No debe haber un razón.— Por algún motivo, JiHoon también estaba escondido detrás de la pared observando.—Cuando alguien dice no, es no. Simplemente no le gustas.

—Pero...

Algo frente a ellos llamó su atención, SoonYoung había tropezado con algo y WonWoo lo había sostenido con su brazo antes de que cayera al piso. El sonrojo en la cara del rubio era visible a kilómetros de distancia, haciendo que una incomodidad se instalará en el pecho del chino.

JiHoon palmeo su espalda varias veces antes de hablar. —¿Quieres un pañuelo?

—Sigo pensando que no son pareja.

—Creo que es momento de abras los ojos.— Cuándo su objetivo dio la vuelta saliendo por la puerta, el mayor tomó su muñeca y empezó a arrastrarlo.—¿Por qué sigues intentándolo?

—Hay que ser perseverante.

—A veces eso puede llegar a ser molesto, ¿Sabes?— Dio un vistazo antes de cruzar la puerta.—Podrías simplemente ser su amigo, como antes.

Se escondieron detrás de otra pared, mientras miraban a los chicos tomar asiento. Al parecer, hablaban de un tema bastante entretenido. SoonYoung alzaba la voz y WonWoo solo asentía a lo que decía mientras llevaba algo de comida a su boca. De vez en cuando, depositaba parte de su comida en la vasija del rubio. Estas mismas eran de un color rosa pálido, lo más importante, es que eran iguales.

—Gracias por dejarme dormir en tu hombro esta mañana.— Soon rascó su nuca nervioso, le avergonzada un poco la situación, pero no le había agradecido.

—Dejaste algo de saliva en mi camisa, pero esta bien.— Los ojos del contrario se abrieron como platos, empezó a disculparse extendiéndole parte de su comida al castaño.—Es broma, pero no deberías despertar tan temprano para esperarme.

Del otro lado, las mandíbulas de los dos investigadores intentaban no tocar el piso. Uno porque no podía creerlo y el otro porque había caído una salchicha al suelo. Se miraron el uno al otro y dieron media vuelta para regresar a la cafetería.

—¿Quieres los pañuelos?

—Sí.




s a m e  c l o t h e s;soonwoo {Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora