Capítulo 10

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—No, no te preocupes, luego te llamo y te cuento. Adiós, adiós.— Renjun colgó el teléfono y lo guardó en su bolsillo trasero antes de sentarse en la alfombra de su salón donde los otros tres lo esperaban.

—¿Quién era?— Preguntó YangYang sonriéndole como siempre.

—Chungha que quería saber cómo iba todo, seguramente mi hermano la habrá llamado diciéndole que se asegurara de ello. No es por nada, pero por mucho que hayas mejorado con tu autocontrol no se fía de que destruyas nuestro apartamento y menos si estamos los cuatro juntos.— Contestó el más bajito encogiéndose de hombros.

—Lo entiendo, no pasa nada... Y yo creo que pasar una tarde juntos nos ayudará a llevarnos mejor entre todos. ¿No es así chicos?— Preguntó el menor de los Liu observando a Haechan y a Hendery quienes se limitaron a asentir.

—Bien, en ese caso y ya que no podemos salir porque se ha puesto a llover, podemos empezar con el juego.— Sonrió Haechan para romper el hielo mientras tumbaba la botella en medio de los cuatro.

—¿A quién se le ocurrió jugar a este juego tan ridículo?— Bufó Hendery sabiendo que su amigo acabaría por delatarlo si jugaban a ello.

—A mí, obviamente.— Rió el de tez morena mientras giraba la botella.

Esta se detuvo apuntando a la nada así que entre risas Haechan volvió a girarla hasta que señaló a YangYang.

—Yangie, ¿Verdad o reto? Si no quieres responder o hacer el reto tendrás que besar a quien yo diga, esas son las reglas.

—Mm... Reto. — Contestó el chico mientras miraba con suspicacia a su amigo.

—Bien... Te reto a... Con tu permiso, Renjun; a romper algo con tu don.

—Uhm... No sé si puedo hacer eso aún, pero lo voy a intentar.— YangYang se levantó del suelo y cogió un lápiz de color blanco que había sobre la mesa situada al lado de ellos, esperaba que Renjun no lo necesitara demasiado para dibujar.

Lo dejó sobre el suelo y le pidió a los demás que se apartaran un poco para no hacerles daño. Estos le hicieron caso y YangYang se concentró tanto como pudo, recordando los consejos de Kun y de sus profesores acerca de controlar su don. Podía sentirlo, como este envolvía el débil lápiz y como la destrucción que había dentro de él se transmitía al pequeño objeto.

Más fuerte, más fuerte. Crack. Abrió los ojos para asegurarse de que el lápiz se había roto en mil pedazos pero lo único que encontró fue una pequeña grieta por la mitad y la punta rota. Tan solo había conseguido romper la punta del lápiz con su "asombroso" (como decía Kun) don.

Las carcajadas no tardaron en oírse haciendo que las mejillas del chico se tintaran de rosa mientras que se sentaba de nuevo en su sitio con el poco orgullo que le quedaba.

—La próxima vez os sorprenderé, solo debo practicar más.— Murmuró este mientras los otros intentaban aserenarse.

YangYang para quitar la atención sobre su persona giró la botella, mirando, expectante, como esta se detenía frente a Renjun.

—Renjunnie... ¿Verdad o reto?

—Verdad. — Dijo él mirando al chico con ternura por el apodo que le había puesto.

—Bien... Hace tiempo que tenía curiosidad sobre esto. ¿Cuál es tu don?— Preguntó entusiasmado YangYang.

—No es nada del otro mundo como lo que hace Ten de cambiar se forma o como mi hermano que puede calmar a las personas o sanarlas y reparar cosas pero bueno... Puedo hacer que las cosas que dibujo cobren vida. Después os lo enseño, si queréis.— Contestó el chino dejando a los demás algo estupefactos.

King of hearts | KuntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora