Era la quinta vez que marcaba el número de su madre pero esta seguía sin contestar. La desesperación de Ten crecía por momentos y Kun lo miraba preocupado sin saber muy bien qué decir.
—Será mejor que descanses, Ten, no quiero que te dé un ataque de ansiedad o algo por el estilo.— Comentó el peligrís mirando al contrario mientras acariciaba su cabello.
—Está bien, pero no te vayas, no quiero quedarme solo. Ven conmigo.— Murmuró Ten cogiendo su mano y llevándolo hasta su habitación.
Ya más tarde se acabarían de tomar el té, lo cierto era que a ambos se les había quitado el apetito.
Kun se sintió algo tímido de entrar a la habitación del cambiaformas. Observó con atención su alrededor y sonrió al ver lo ordenado que estaba todo, reflejando la personalidad de Ten a la perfección. Meticuloso y atemorizado de que algo se saliera de su control.
En silencio Ten apartó las sábanas y le indicó a Kun que se tumbara junto a él. Este no dudó en hacerlo y abrazar a Ten una vez estuvo a su lado, logrando tranquilizar al más bajito.
Los ojos amarillos del cambiaformas brillaron al mirar al contrario. Ninguno quería romper la calma del momento ni hacer un mal movimiento. Kun no pudo resistirse demasiado a la belleza de Ten por lo que mientras acariciaba su mejilla con delicadeza se acercó más a él haciendo que sus narices se tocaran.
—Es injusto que tú me hayas besado a mí pero yo a ti no... Creo que merezco besarte.— Murmuró Kun por lo bajo con una bonita sonrisa que logró lo mismo en Ten.
—¿Lo mereces realmente?— Se cuestionó el otro medio en broma medio en serio.
—Quiero demostrarte que así es... Pretendo enamorarme de ti y enamorarte en el proceso. Por mi parte no creo que sea difícil, por la tuya... Bueno haré todos los hechizos y trucos de magia que hagan falta... Y me guardaré algún as bajo la manga.— Contestó con sinceridad Kun mientras le daba besitos de esquimal a Ten.
—¿Harás trucos con cartas? Me gustan esos, YangYang y yo solíamos practicarlos de pequeños...
—Sí, me gustan mucho. ¿Tienes alguna carta favorita? Ya sabes... Todo mago tiene una.
—Por supuesto, es el diez de diamantes. ¿Y el tuyo?— Susurró Ten acercándose unos milímetros más al mayor.
—El rey de corazones... Pero ahora mismo del único corazón que quiero ser rey es del tuyo.— Contestó él peligrís antes de cerrar los ojos y besar los labios del contrario.
Al principio fue apenas un roce, nada desesperado sino más bien calmado y paciente, queriéndose reconocer. Kun le dio pequeños picos a Ten antes de besarlo más prolongadamente, tomando su labio inferior entre los suyos y adorarlo antes de hacer lo mismo con el superior. No fue un beso profundo pero sí cargado de sentimientos que lo hicieron cálido y emocionante. A este le procedieron unos cuantos que dejaron a ambos chicos algo atontados y sonrojados no queriendo ir más allá de eso.
—Ten, ¿Me puedes decir qué significa cada color de tus ojos? Siempre he tenido curiosidad sobre eso y la primera vez que... Bueno, que supe que no eras solamente un gato le pregunté a YangYang sobre ello pero no quiso responderme.
—Sí, claro... Y YangYang no te lo explicó porque sabe que detesto que desconocidos sepan eso sobre mí, en aquel tiempo tú lo eras para mi. A ver, ¿Algún color en concreto que te llame la atención?
—El azul... Cuando viniste a mi apartamento y fui a recibirte tú tenías ese color en los ojos.
—Oh... Bueno, el azul significa que estoy enfadado. Puede que me enfadara cuando Hyuna me dijo que eras su novio, creo que ahí me di cuenta de que no solo sentía amistad por ti.— Kun dejó un beso en su frente y Ten sonrió dejando de lado aquellos pensamientos.
—También me gustaría saber qué significan el gris y el verde. El primero lo tenías casi siempre cuando empezamos a conocernos y después siempre que te veía estaban verdes.
—El gris es algo así como la indiferencia, ni feliz ni triste, simplemente... Normal. Y se me ponen verdes cuando estoy feliz. Lo cierto es que conocerte me ha hecho feliz... Más de lo que algún día llegué a imaginar.— Respondió Ten haciendo que el otro sonriera de manera que se marcaban sus hoyuelos.
—¿Y cuáles son los otros colores?
—El negro es para cuando tengo miedo, el violeta cuando estoy triste, el naranja cuando algo me desagrada o me causa rechazo, el rojo cuando estoy sorprendido y el amarillo... No sé nada de él porque es la primera vez que los tengo así y como casi nunca veo a mis padres... Espera... Ahora que pienso en ello mi madre solía tenerlos amarillos cuando yo era pequeño pero nunca me comentó su significado.
—Eso es bueno, probablemente no sea nada malo si ella solía tenerlos de ese color así que no te preocupes demasiado.
Permanecieron abrazados y entre besos y caricias en el pelo ambos cayeron dormidos dejando pasar las horas mientras ellos yacían en su pequeño nido de amor. Despertaron cerca de las nueve de la noche con el sonido de la puerta principal cerrarse de golpe.
Tardaron bastante en despejarse pero tampoco es como si tuvieran mucho más que hacer por lo que al ir hasta el comedor con algo de sueño aún en sus aturdidas mentes no pudieron creer en primera instancia lo que estaban viendo.
YangYang estaba besando a Renjun en el sofá del salón como si no hubiera un mañana. Decir que la situación era incómoda para los mayores sería un eufemismo, aún más al escuchar un jadeo ronco de parte del menor de los Liu.
—YangYang, ¿Podrías dejar de comerte a mi hermano estando yo delante?— Dijo Kun haciendo que los otros dos se separaran rápidamente mientras que Ten reía por lo bajo.
—Y yo que iba a preguntarte cómo habían acabado las cosas entre tus amigos y tú cuando volvieras a casa... Supongo que bien para vosotros dos.— Añadió Ten con tono divertido mientras se dirigía al sillón que había delante del sofá donde estaban los más pequeños.
Renjun y YangYang se miraron entre ellos antes de reír, algo abochornados por la situación.
—Por fin le he dicho lo que sentía por él... Puede que Hendery se haya enfadado porque al parecer le gustaba a él pero...
—Ahora somos novios, se lo pedí de camino aquí y bueno... Lo estábamos celebrando.— Le cortó Renjun a YangYang ganándose una mirada reprobadora de su hermano mayor.
—Bueno, con lo que respecta al amor me has ganado.— Confesó Ten encogiéndose de hombros mientras encendía la televisión buscando algo con lo que distraer su agitada mente.
Kun rió por la manera indirecta de decirle que aún no eran nada y se acercó a él para dejar un beso en su cabello, ganándose las risas de los menores.
—Voy a pedir algo para comer... Invito yo, después nos iremos, pero por ahora hay que celebrar que nuestros hermanos están saliendo y ya no tendrán tanto tiempo para molestarnos a nosotros.— Bromeó Kun sacando su teléfono móvil para llamar a una tienda de comida rápida.
En aquel preciso instante otro teléfono empezó a sonar llamando la atención de los presentes. Era el de Ten. Una llamada entrante de su madre revolucionó el ambiente otra vez.
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Hoolap, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que os haya gustado. Solo quedan cuatro capítulos para el final de esta historia.
Muchas gracias por vuestro apoyo y por leerme.
Hasta pronto 💞
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King of hearts | Kunten
FanfictionHan pasado ya tres meses desde que las clases empezaron en la universidad de hechicería "WayV", pero YangYang parece no hacer una sola pócima bien y casi siempre acaba expulsado de clase por haber hecho estallar esta o llenarla de ranas por todos la...