Lo que se hace por una galletita.
Tom, bajo las escaleras que lo dirigían a las celdas de su mansión por segunda vez en el día, había quedado intrigado por lo que había dicho el mocoso Potter y no iba a poder concentrarse en otra cosa hasta resolver todas sus dudas. Llego a la prisión del susodicho y encontró al chico sonriéndole inocentemente. Lo odiaba, pero al mismo tiempo lo intrigaba de sobremanera.
El día anterior, el niño se había visto completamente diferente a como se veía ahora, ahora su sangre Potter y un poco de la Black, se podían ver claramente en el chico, hace unas hora habría podido jurar que era un completo Weasley, cabello pelirrojo, ojos verdes y esa extraña fijación a los muggles que parecían tener todos los de esa familia de traidores a la sangre. Definitivamente ser amigo del Weasley menor le ha afectado, pensó en ese momento, pero ahora incluso parecía un muchacho decente ... Merlín, eso había sonado demasiado como su antigua amiga Walburga, pensó horrorizado ¿Qué le estaba haciendo ese chico?
El sabia que el chico era un metamorfomago. Por favor, todo el mundo sabia eso, la extraña habilidad venía, si estaba bien informado, de su abuela Dorea Potter, antes Black que había llevado esa poderosa magia de familia que caracterizaba a los Black a la línea Potter, hasta que, finalmente, se manifestó en el chico. A pesar de saber sobre su habilidad, nada lo había preparado para ver tal cambio de, literalmente, la noche a la mañana, el chico de cabellos pelirrojos, ahora los tenía negros y lacios hasta los hombros, la nariz mas afilada y los rasgos más delicados, la tez ligeramente más nívea y ya no parecía tan ansioso de hablar de esos extraños aparatos del mundo muggle que tanto parecían encantarle el día anterior. Sin embargo sus ojos como el avada kedavra seguían siendo los mismos, solo que ahora, estaban detrás de unas feas gafas redondas iguales a las de su padre. Definitivamente lo había sorprendido y ahora lo había extrañado al hablar de un supuesto secreto que tenía.
- ¿Esas galletas son reales?-Fue lo primero que dijo el chico.
Dirigió su mirada a donde señalaba Potter, viendo la silla, la mesa y las galletas con el juego de té que había dejado el día anterior. El día de ayer, había estado varias horas conversando con el chico que ahora tenía en frente. Harrison Potter parecía fascinado con los muggles y sin darse cuenta comenzaron una discusión defendiendo cada uno su punto de vista, el mocoso decía que ellos eran unos genios a su manera y el había dicho que solo eran unos seres tontos sin magia. Horas después había transfigurado una silla y llamado a un elfo que le llevó galletas y té que habían comido juntos ¿Acaso no recordaba nada de eso? Potter si que era extraño.
-Si, por supuesto
-Bien, te contaré mi secretito y te propondré un trato al que no podrás resistirte, pero, solo si me das una de esas galletitas, muero de hambre.
-Hecho-Le repondió, entregándole una de esas dichosas galletas, las comió gustoso y momentos después, pareció que ya estaba listo para hablar.
-Transtorno de la personalidad disociativa-Dijo el chico, Voldemort lo miró extrañado, cada vez entendía menos al muchacho.
-¿Qué?
-Todo el mundo sabe que todos los Blacks están locos, al parecer, eso, junto con una infancia de traumas con los muggles hicieron que desarrollara una enfermedad mental conocida como transtorno de la personalidad disociativo que significa que en mi lindo cuerpo existen varias personas, yo soy Harry, ayer conociste a Henry y anteayer estuvo Miguel que, al parecer, olvido decirnos que estábamos secuestrados.
-¿A que te refieres con que olvido decirles?-Respondió levantando una ceja
-A eso, solo el que tiene la conciencia sabe lo que pasa, los demás no sabemos lo que hace el cuerpo, es como si todos estuviéramos en una habitación oscura y la única persona que controla el cuerpo va a otro lugar, es algo raro. Cuando estamos dormidos estamos todos juntos en una habitación y el que tuvo la conciencia nos cuenta que hicimos en el día, todos los días, desde que entramos a Hogwarts. Es algo realmente cansado y nadie puede actuar como realmente es, así que hicimos una votación y decidimos que seríamos sinceros contigo para que no tengamos que escondernos aquí.
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¿Loco? ¿Yo?
Fiksi PenggemarAU Tomarry... Donde el salvador del mundo mágico padece una enfermedad extraña para muchos, y un dolor de cabeza para otros. La historia comienza luego de la última prueba del torneo de los tres magos.