Tu no eres como ella

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— Me alegra que se hayan reconciliado.

— Si, lo extrañaba. - recargue mi cabeza en su hombro, mientras mirábamos una película en mi habitación.

— ¿Entonces, ya no tenemos que ocultar nuestra relación?. - el llevó su vista hacia mi, esperando una respuesta.

— Ya no. - sonreí. - Oye, ¿Puedo preguntarte algo?. - el asintió. - ¿Por que tomaste mi diario?.

Río. — Sinceramente, quería acercarme a ti. Pero Christopher me tenía arto, ya que siempre decía "Emily es bonita, deberías de hablarle", y no quería darle el gusto; así que preferí tomar tu diario, eso ocasionaría que pasáramos más tiempo juntos. - sonrío y se encogió de hombros.

— ¿Si lo leíste?. - pregunte nerviosa.

El negó. — Solo la parte de Joel.

— Si, hablando de eso. No le digas que sabes su secreto, le apena bastante. - mordí mi labio.

— Soy una tumba. - sonrío.

Me acerque a él, y lo bese. El inmediatamente siguió el beso, yo me coloqué en sus piernas y el bajo sus labios hasta mi cuello, pude sentir como lo succionaba y finalizó mordiéndolo.

Erick, quedará una marca. - hable preocupada, él solamente río ignorando mi reclamo.

— ¿Quieres ir por un helado?. - me negué a contestar. - Vamos, puedes ocultarlo con un poco de maquillaje.

— Si Joel lo ve, me matará. - me baje de sus piernas, salí de la cama y tome mi suéter.

....

Tu helado será de fresa, ¿No?. - yo solo asentí y él soltó mi mano para ir a comprar los helados.

Buscaba una mesa vacía con mi vista, al fondo había una, caminé hacia ella y justo cuando estaba por sentarme alguien sujeta mi mano impidiéndolo.

Ya me enteré que estás saliendo con Erick, ¿Cuanto crees que dure ese cuento de hadas?, - llevo su mano al mentón. - Yo digo que menos del mes, ¿Tú?. - sonrío falsamente.

— Gloria, no quiero discutir ¿Si?. - trate de alejarme, pero volvió a tomar mi mano.

— Te cambiará por algo mejor, tu eres un asco a su lado. - rio. - Mírate, soy mejor que tú.

— Seré un asco, pero Erick me eligió a mi y a ti no. - sonreí victoriosa.

Ella me arrojó el vaso de agua que tenía en la mano.

— ¡Ah! - di un pequeño grito, ya que el agua estaba helada.

En ese justo momento llega Erick con 1 helado en cada mano, yo tomé uno y se lo embarre en la cara a Gloria.
Ella no dudó en lanzarse sobre mi.

¡Basta!. - gritó Erick mientras sujetaba mi cintura con una mano, ya que en la otra tenía el cono de helado.

Toda la gente miraba la escena.

Gloria, sal de aquí. - Dijo Erick seriamente, pero ella no respondió. - Bien, entonces nosotros nos vamos. - Tomo mi mano, y salimos de aquel lugar.

(....)

Habíamos caminado demasiado, así que decidimos sentarnos en una de las bancas que había por la plaza.

¿Por que hiciste eso?, - preguntó, se escuchaba molesto.

— Erick, me arrojó agua. ¿Querías que me quedar de brazos cruzados?.

— No, pero no tenías que hacer eso. - me miro por unos segundos, y después giro su vista hacia otra parte. - Tu no eres como ella.

— Lo siento, ¿Si?. - el no respondió. - Erick, perdón. En serio no volverá a pasar. - tome su mano.

— Eso espero. - miro mi cuello y comenzó a reír.

— ¿Que pasa?. - pregunte preocupada tratando de mirar pero, no podía hacerlo.

— Espera. - sacó su celular, y pude escuchar como tomaba una foto. - Mira. - me mostró el teléfono.

— ¡Erick!. - grite. - Joel me matara.

— Solo es un chupete, no es nada del otro mundo. - se encogió de hombros.

— Si, lo qué pasa es que ya estás acostumbrado a que cada que te acuestas con una chica, te haga un chupete. - hable algo enojada.

El río. — ¿Estas celosa?.

— Mejor vamos a casa.

Me levante de hay y comencé a caminar, pude escuchar su risa a lo lejos.
Después el camino hacia mi, y rodeo con sus brazos mi cintura recargando su mentón en mi hombro.

Me encantas cuando estás celosa. - susurro en mi oído, lo que ocasionó escalofríos en mi. - y si te hace sentir mejor, eres a la única persona a la cual le eh dejado una marca.

— Eres un mentiroso. - quite sus brazos de mi cintura y avance más rápido.

— ¡Es verdad! - gritó.

— Y si fuera verdad, ¿Por que a mi solamente?. - me detuve y giré, para poder verlo.

El se acercó a mi.

Porque, eres a la única chica que eh querido realmente. - Tomo mi cintura y me beso.

Las personas que pasaban, miraban la escena un poco incómodas, pero realmente no me importaba, solo disfrutaba ese momento.

En ocasiones te odio, Brian.

— Yo no podría odiarte. - susurro, para después volver a unir sus labios con los míos.

¡Oye tú, tú diario!. ||Erick Brian ||.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora