sɪᴇᴛᴇ. ᴛʜᴇ ʟᴀsᴛ ᴅᴀʏ.

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𝘕𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘭𝘭𝘶𝘷𝘪𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘢𝘶𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘢 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘢𝘭𝘦𝘫𝘢𝘴.
𝘘𝘶𝘦𝘥𝘢𝘵𝘦.

•𝘚𝘵𝘢𝘺•
[𝘏𝘶𝘳𝘵𝘴]

☼☼☼

Tantas cosas divagaban por su mente que el irse lejos de Auradon había pasado a lo menos importante. Ahora, todo de ella está concentrado en el hombre de aspecto voluminoso, de cabellos largos y negros. Lo que alguna vez fue un esporádico sentimiento tomó fuerza a los recuerdos de la madrugada.

Los dedos de Lonnie recorrían el recuerdo de besos que los labios de Jay habían dejado con dulzura sobre su brazo. Su dulce y lindo gesto, todo aquello que juro odiar, la hacía temblar con locura.

La mañana estaba próxima a terminar y Lonnie apenas se había levantado de su desvelada.

Alzó su cabeza de la almohada e inspeccionó el lugar. Por un instante pensó que la velada fue obra de su imaginación, sin embargo el aroma masculino de Jay impregnó perfectamente las sábanas y habitación de ella.

Antes de salir del cuarto escucho un gran alboroto por todos lados, dirigió su mirada a la ventana y logró observar la increíble cantidad de personas que corrían desesperadas. Unos con decoraciones de la graduación, otros más con maletas en mano, y una que otra despedida bajo un lindo árbol.

Todo ese ambiente melancólico le daba escalofrío, pena y cierta angustia.

Los pasillos eran un tormento. Intentó localizar a su mejor amiga enmedio del disturbio.

—¡Jane!— grito intentando llamar su atención, quien estaba metida contando las cajas que traían las decoraciones de la fiesta.

—97, 98, 99...¡Falta la numero 100! No puedo colocar 99 luces ¡Deben ser 100! ¿Les pagan acaso? ¡No, claro que no! Esto es una obra de caridad para la escuela. Si no quieren ser expulsados antes de estar graduados deberán conseguir el foco número 100 ¡Par de imbéciles!— exigió la pequeña hada provocando la huida de sus ayudantes.

—¿Todo bien chica bondad?

—¡Qué tiene de bien este estúpido día, Lo! — gruñó, enojada.

—¡Hey! Es mi baile.

La hija del Hada Madrina le extendió algunas cajas esperando su ayuda, que fue bien recibida.

—¡Estúpido, infernal y malparido baile!— bufo al final dando más notorio su estrés.

Lonnie torsio su boca arqueando la ceja. La chica ojiazul soltó una pequeña carcajada y empujó el hombro de ella amistosamente.

—Lo siento Lo, pero en serio esto me está estresado a niveles incomprensibles, mucho más que ayudar a Chad en matemáticas.

—Te entiendo, más te vale que sea perfecto.— apuntó con su dedo acusador al pecho de ella, Jane lo tomó antes de que lo quitara y sonrió.

—Y lo será.

Las dos amigas caminaron por el caótico pasillo llegando al salón donde se llevaría acabo la gran fiesta.

Antes del Amanecer [Descendientes] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora