Capitulo V

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Estábamos limpiando nuestra pieza, yo y Tere, ya que la teníamos que dejar todo ordenado para la próxima y última semana de colegio.

  Durante todo este tiempo en el colegio, dos meses, me habían pasado mil cosas diferentes buenas como malas.

  Mi antipatía con Edmund no vario nada y siguió el mismo rumbo durante todo  el tiempo escolar.

  Las gemelas ya tenían todo ordenado y limpio desde que llegamos, eran muy ordenadas y perfeccionistas. No me sorprendería de que ahora, cuando todos estaban ordenando, ellas estuvieran en la playa tomando sol o bañándose en el mar.

  Todavía me faltaba entregar un trabajo para el último día de clases, ¿a quien se le ocurría mandar un trabajo para el último día? La respuesta era muy fácil, gramática de los hechizos. En el último mes tome gramática de los hechizos ingleses, es decir que estudiaba hechizos en ingles y su composición. No eran interesantes ni entretenidos, pero tenía que llegar a casa con un poco de conocimiento del supuesto idioma que fui a estudiar durante estos dos largos meses.

  Como Tere y las gemelas no estaban adelantadas en esta materia no pudieron tomar la misma clase que yo y ni Diego ni Luciana ni Ester la quisieron tomar para acompañarme. Pero a fin de cuentas me sirvieron mucho, ya que tuve que aprender mucho ingles con unos libros de la biblioteca para poder hacer bien las estructuras de los hechizos más difícil.

    Después de quince minutos de la ardua tarea de limpiar no aburrimos y decidimos seguir más tarde, ninguna de las dos era muy ordenada ni nos atraía mucho la limpieza. Caímos rendidas en nuestras respectivas camas pensando en lo que nos tocaría el próximo año en este colegio, aunque no era muy seguro de que yo vuelva. No se lo dije a Tere ni a las gemelas para no preocuparlas, pero al final era yo la única preocupada de mi provenir, extrañaría mucho este mundo, el mundo al que yo pertenecía de verdad, no tenía que aparentar ser normal en ese lugar, ya que ese lugar era normal para mí, pero no iba a poder volver, mi mamá no permitiría que me vaya de nuevo de intercambio, diría que estuvo bien el tiempo en que estuve allí, incluso encontró excesivo que haya ido dos meses y eso que el próximo año eran tres meses; Diciembre, Enero y Febrero.

   De repente Tere mando un grito que me hizo caer de la cama. Desde el suelo le mande una de mis múltiples miradas para que explicara lo que acababa de hacer.

   -¡Podemos usar magia para limpiar y ordenar la pieza! – ¿cómo no se nos había ocurrido antes?

   -Eres un  genio Tere – grite.

   Las dos saltamos sobre nuestros libros de hechizos buscando el dichoso hechizo que nos ahorraría la lata de limpiar.

   Estuvimos media hora buscando y al final encontré uno en uno de los libros que había sacado de la biblioteca para hacer mi trabajo de gramática.

   Estuvimos diez minutos estudiándolo para ver como era, pero después de esa ardua tarea en que me había convertido en una experta después de tantas clases, pudimos hacerlo y en menos de lo que canta un gallo estaba limpia y ordenada nuestra pieza, pudiendo ir al fin a la playa donde nos esperaban las gemelas.

   La tarde del domingo la pasamos igual y gracias a querer ordenar la pieza con magia encontré el hechizo perfecto para mi trabajo, mi último trabajo de magia que haría si no pensaba en algo para el próximo año.

   La ultima semana de clase fue muy entretenida, ya que se habían acabado las pruebas y no había más materia que estudiar, por lo nos dedicábamos en hablar en clases o en practicar un hechizo entretenido. El único ramo que no lo hizo fue el de gramática de lo hechizos, todos nuestros ánimos del día se esfumaban al entrar en esa clase, como envidiaba a Tere y a las gemelas de que no la tenían. Pero la tendrían el próximo año y eso me hacia compadecerlas.

El secreto de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora