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Narra Samantha:
Nos vamos a la cabaña pero cuando entramos nos encontramos a dos chicos. Pensábamos que nos habíamos equivocado de cabaña, así que salimos fuera, vimos el número de la cabaña y era el 13.

-X: ¿Os pasa algo?
-S: ¿Está es la cabaña 13?
-X: si, ¿sois las nuevas?
-S: si, pero no sabíamos que las cabañas eran mixtas.
-X: pues ya lo sabes.
-E: Sam si tenemos que compartir cabaña con estos me voy.
-X: ¿Tienes algún problema nena?
-E: no me llames así, que ni siquiera te conozco.
-X: pues mira, me llamo Hugo.
-S: yo soy Samantha y ella es Eva.
-H: pues bienvenidas a nuestra cabaña.
-S: (refiriéndose al otro chico) ¿Porque no hablas? ¿Te ha comido la lengua el gato?
-H: él es Flavio.
-S: encantada Flavio -dijo riéndose-
-E: Sam acompáñame a la habitación un momento.
-H: ya se van a hablar de secretitos.
-E: mira, mejor cállate.

Nos fuimos a la habitación.

-E: no pienso compartir cabaña con ese tío.
-S: venga Eva no será tan malo, apenas nos lo cruzaremos.
-E: bueno vale, pero como me harte me voy de aquí.
-S: vale, ahora vamos a hacer algo productivo con nuestras vidas.
Metimos la ropa en el armario y fuimos a por el horario de la semana.
-S: a ver qué tenemos ahora por la tarde.
-E: aquí pone que tenemos tarde libre, podemos ir a la piscina.
-S: me parece bien, pero mañana vamos a la playa.
-E: vale, me voy a poner el bikini.
-S: y yo.

Cuando salimos ya no había nadie en la cabaña. Nos perdimos unas pocas de veces pero al fin llegamos. La piscina era enorme y estaba llena de gente. No me extraña porque hacía muchísimo calor. Nos tumbamos en dos hamacas que encontramos libres y de repente...

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